En la imagen, Carmen Marín (con gafas de sol) participando en el oficio religioso

Son víctimas del hombre y merecen por ello una especial protección. Alerta Digital tiene como uno de sus principales ejes editoriales la defensa sin tacha de los animales domésticos que alegran e incluso confieren una mayor autenticidad a nuestras vidas. Los ataques a ellos dirigidos nos provocan igual o peor rechazo que el infringido a un ser humano. Por eso hemos hecho causa común con miles de animalistas de toda España para difundir y denunciar casos que por su crueldad rebasan cualquier posibilidad de atenuante.

A finales del pasado año se descubrió que en una supuesta protectora de animales de Torremolinos, muy ligada al Ayuntamiento de aquella localidad, habían sidos sacrificados miles de perros y gatos de una forma lenta y dolorosa. Los detalles los conocen ustedes. Resultó casi tan grave como los propios hechos conocer la relación que existía entre los encargados del recinto con las autoridades municipales de Torremolinos. Recientemente publicamos una imagen exclusiva que mostraba al alcalde torremolinense, Pedro Fernández Montes, entregando una placa de reconocimiento a la presidenta de Parque Animal, Carmen Marín. Ello desdecía las explicaciones del Consistorio costasoleño queriéndose mantener al margen de los hechos. Hoy les ofrecemos una imagen aún más repugnante. Se trata de un representante de la Iglesia participando en la mascarada de bendición de estos animales, posteriormente sacrificados, coincidiendo con la conmemoración de San Antón. ¡A Dios rogando y al perrito matando!

Pregonar algo y hacer lo contrario constituye algo ya demasiado habitual en la sociedad. El problema reside en que esa doble moral sea validada por instituciones que trendrían que servirnos de ejemplo y no de vergüenza.

En cualquier caso, que estas líneas y el documento gráfico sirvan de revulsivo moral para quienes teniendo que denunciar ciertos hechos criminales, no lo hacen por cobardía o complicidad con los más fuertes. En este caso, los más fuertes, empezando por el Ayuntamiento de Torremolinos que ignoró unos hechos a sabiendas de que se estaban produciendo, acabaron vil y cobardemente con las vidas repletas de miles de indefensas criaturas. Ojalá corran ellos la misma mala suerte.