La economía de Túnez se desangra por culpa del terrorismo
La economía de Túnez está gravemente herida por dos grandes atentados sucedidos en marzo y junio del presente año. Alrededor de 70 hoteles se han visto obligados a cerrar sus puertas en el último mes y medio se espera que otros también lo hagan, según fuentes oficiales.
El número de turistas se ha reducido a la mitad. Algunas cadenas ya han anunciado que cerrarán sus establecimientos en invierno, dada la incapacidad de mantenerlos con tan pocos clientes.
El presidente de la Federación de Empresarios Hoteleros del país magrebí, Radhouane Ben S
alah, lamentó reconocer que su sector está paralizado: “Las reservas no superan el 20 por ciento de la capacidad”, informó en una entrevista.
Los turistas europeos se han esfumado. Varios países del Viejo Continente han advertido del peligro que corren sus turistas que viajen al antaño pacífico Túnez. Durante este verano, los hoteles estuvieron parcialmente ocupados por turistas locales y de la vecina Argelia.
Con esta situación, las perspectivas son pésimas. Se esperan nuevos cierres de establecimientos hoteleros, con el consiguiente aumento del desempleo.
De momento, el índice de paro está en el 30 por ciento. Este problema resulta especialmente grave entre los jóvenes. Uno de cada seis ciudadanos de este país se encuentra bajo el umbral de la pobreza.
Aunque Túnez fue el país que comenzó las protestas democráticas en 2011 que recibieron el nombre de ‘Primavera Árabe’, siempre se ha destacado por ser un país especialmente tranquilo, en donde apenas incidía el fenómeno yihadista.
Los atentados de marzo y junio cambiaron la tendencia. En el primero fue atacado el Museo Nacional del Bardo, uno de los más importantes del país y más grandes del Mediterráneo. Tres terroristas armados irrumpieron en las estancias y asesinaron a 19 turistas extranjeros, y tres tunecinos. Dos de los atacantes también resultaron muertos por disparos de la policía. El Estado Islámico se responsabilizó del atentado.
En junio murieron 38 turistas que descansaban en un hotel costero de la ciudad de Sousse. Un terrorista, también a las órdenes de Estado Islámico, se paseó por la playa disparando contra todos los turistas que encontró, hasta que la policía lo mató. Las víctimas tenían nacionalidad belga, británica, irlandesa y alemana, por lo que el impacto que tuvo el atentado fue mucho mayor en estos países. Y consiguientemente, afectó a las reservas turísticas.
En las últimas décadas, la industria turística ha sido un factor fundamental en el progreso económico del país, que ha conseguido sostener durante años cifras entorno al 4 y 6 por ciento de crecimiento anual.
Sin embargo, desde la revolución que derrocó al dictador Zine El Abidine Ben Alien en 2011, la economía permanece estancada, con crecimientos insuficientes. Este año resultará especialmente duro. Las previsiones de crecimiento del PIB para este años están ahora sólo en el 0.5 por ciento.
Alrededor de 400.000 empleos dependen del turismo, directa o indirectamente. Ahora, estas personas corren el riesgo de verse sumidas en la pobreza.
Tras los atentados, y previendo el impacto que tendrían en el sector, tanto el gobierno como los dueños de los hoteles proyectaron un sistema de manutención de los trabajadores. Se creó un subsidio mensual de unos 100 dólares para aquellos que se quedaran sin trabajo, con una cobertura de la seguridad social por medio año renovable.
“Los turistas europeos se han esfumado..”
Esos mismos turistas europeos son los que están de acuerdo en meter a la morería en Europa, cosas veredes Sancho.
consecuencia colateral de la primavera arabe promovida por el aguilucho y financiada por la judiada internacionalista.
los mentores de la paz y la democracia, me dan repelus, y risa hasta en los cojones.