Se habían prometido una tregua, pero cuando falta poco más de un mes para las elecciones generales, la pretendida calma en el seno de Podemos se ha roto. La dirección del partido en Andalucía, región liderada por la siempre crítica Teresa Rodríguez, se ha levantado contra lo que consideran un «dedazo» de la dirección de Podemos en las listas que presentará para el 20-D. Hasta trece de los quince parlamentarios de Podemos en Andalucía, incluída su secretaria general, suscriben el manifiesto en apoyo al candidato Antonio Manuel Domínguez como número 1 por Córdoba, que finalmente ha sido desplazado por la sevillana Marta Domínguez por deseos de la dirección estatal.

Trece de los quince diputados de Podemos en Andalucía, incluída su secretaria general, suscriben el manifiesto en apoyo al candidato Antonio Manuel Rodríguez como número uno por Córdoba, que finalmente ha sido desplazado por la sevillana Marta Domínguez por deseos de la dirección estatal.

Según el manifiesto, Antonio Manuel Rodríguez «tiene el apoyo de la gran mayoría de personas de los círculos y órganos de la provincia, así como de un amplio sector de la sociedad civil», y «es el cordobés más votado en las primarias celebradas el pasado mes de julio». Tanto Rodríguez como Domínguez concurrieron a las primarias en la lista de Iglesias, pero la segunda logró más apoyos que el primero. El manifiesto admite que la candidatura de Domínguez es «legal», pero se quejan de que «por parte de la dirección ha faltado voluntad de escuchar a la gente» de la provincia. Cuatro de los ocho cabezas de lista de Podemos en Andalucía son sevillanos, por lo que desde la región critican que no se esté teniendo en cuenta la cuestión territorial en la confección de las listas.

En Galicia también comienzan a oirse voces que se quejan de las listas «precocinadas» tras el pacto con IU y las mareas. Desde las bases recuerdan que la consulta que la dirección les lanzó para abrir huecos para posteriores pactos con otras formaciones «no da derecho a saltarse a la torera los principios políticos y éticos», como el que obliga a someter a primarias la elección de los candidatos.

Esta crisis se suma a la salida de dos de los fichajes más flamantes de Podemos a pocas horas de que se cerrara el plazo de conformación de las listas. Se trata del catedrático en Derecho Constitucional Javier Pérez-Royo, quien solo una semana después de que Pablo Iglesias anunciara su incorporación como número tres por Sevilla abandonó la lista por «motivos personales». Fuentes de Podemos en Andalucía apuntaron a este diario que su interés desde el primer momento no era ocupar un escaño y, «al verse con posibilidades de salir elegido, a sus 71 años, se lo ha pensado mejor». Pérez-Royo seguirá colaborando con Podemos y lo sustituirá el histórico dirigente de IU Luis Carlos Rejón, nuevo número tres por Sevilla.

«Motivos personales» es también la causa argüida por el partido para la salida del ex vocal del CGPJ José Manuel Gómez Benítez, que concurrió a las primarias de Podemos dentro del equipo avalado por Pablo Iglesias y que aún no tenía un hueco oficial en las listas. Gómez Benítez, que pretendía concurrir por Valencia, se habría visto afectado por el pacto con Compromís. El acuerdo con los nacionalistas recoge que el cabeza de lista por Valencia será designado por Compromís, por lo que Ángela Ballester, número uno de Podemos, ocuparía el número dos, relegando a Gómez Benítez a un puesto en el que podría no asegurarse el escaño.

CAÑAMERO: “LA DIRECCIÓN DE PODEMOS TIENE TENDENCIA A IMPONER A SU GENTE”

Diego Cañamero y Juan Manuel Sánchez Gordillo

El exportavoz nacional del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), Diego Cañamero, es otro de los nombres que se cae de las listas de Podemos para el próximo 20 de diciembre. El jornalero se presentó a las primarias de Podemos dentro de la lista «Utopía y Dignidad», alternativa a la de la dirección del partido y que fue la segunda más votada a nivel nacional, como también hiciera su compañero Juan Manuel Sánchez Gordillo.

Cañamero indicó ayer que la decisión de no concurrir en las listas de Podemos la había tomado «con antelación». «Voy a hacer campaña con Teresa Rodríguez para las elecciones generales, pero quiero retirarme como jornalero y no como político», señala.

El sindicalista incluso asegura que su presencia en las primarias fue para «darle crediblidad a la lista», aprovechando que él mismo y Sánchez Gordillo son más conocidos, pero nunca tuvieron intención de convertirse en diputados.

Cañamero, sin embargo, sí sostiene que en la dirección de Podemos hay cierta «tendencia a querer imponer a su gente», lo que considera «una pena y un error». El sindicalista arremete contra la figura de Sergio Pascual, secretario de Organización de Podemos y cabeza de lista por Sevilla, a quien considera «falto de experiencia». «La línea de Teresa Rodríguez s más real, más desde abajo y con más mano izquierda. Deberían confiar en ella al 100% y no haberle dado a Pascual la responsabilidad» de confeccionar las listas, indica.

Vuelven a visibilizarse las dos sensibilidades que conviven en Podemos en Andalucía, y el dirigentes del SAT se alinea con Teresa Rodríguez: «Hemos apostado por este proyecto confiando en su línea de trabajo y porque creemos que es importante que haya gente con experiencia en la lucha sindical, como nuestros candidatos andaluces», señala.

La decisión de Gordillo y Cañamero, lejos de ser un problema para Pablo Iglesias, se antoja más bien un respiro. No sólo por su apoyo explícito a la corriente crítica que lidera Teresa Rodríguez, sino porque amenazaban con convertirse en otra fuente de disensos para la dirección de Podemos.