Mantener los 12 principales palacios de Mohamed VI le cuesta a Marruecos un millón de euros cada día
Sólo los 12 principales palacios de Mohamed VI, en los que trabajan 1.100 sirvientes, consumen un millón de euros al día para su puesta a punto. El más grande de ellos es el de Rabat, y en realidad es una pequeña ciudad: tiene una clínica, un cementerio, una escuela, un matadero, una caballeriza, dos piscinas, un campo de golf de 18 hoyos, pistas de tenis, un bosque y hasta una cárcel, según desveló el periodista francés Jean Pierre Tuquoi en su libro ‘El último rey’.
Crepúsculo de una dinastía
Afortunadamente, ahora ya no se sigue la onerosa práctica que había con Hassan II de que las cocinas de cada uno de estos palacios preparasen todos los días pantagruélicas comidas y cenas por si el monarca aparecía de improviso. Al margen del acondicionamiento palaciego, el Ejecutivo marroquí asigna en la actualidad unos 250 millones de euros anuales para el sostenimiento de la familia real (esta partida es secreta dentro de los Presupuestos Generales), 17 veces más que la Corona británica y 28 más que lo que el Parlamento español aprueba para nuestra Jefatura del Estado (8.896 millones de euros).
Asimismo, el parque automovilístico de Mohamed VI -cuenta con bólidos de Ferrari o Mercedes- engulle 6 millones de euros del presupuesto marroquí y sus cada vez más frecuentes viajes al exterior suponen 7,75 millones a las arcas públicas alauíes, ya que con él viaja un séquito de más de 300 personas. Amante del esquí acuático y de montaña, siempre tiene tiempo para practicar la caza mayor y realizar compras de lujo en las tiendas del diseñador Gianfranco Ferré en París o Milán.
Cada año las ausencias reales son más prolongadas. De cinco semanas de asueto en República Dominicana en 2004, a los dos meses que el monarca dedicó el año pasado. Además, las prácticas feudales como la beia o juramento anual de fidelidad siguen imponiéndose a las reformas iniciales que tanta expectación crearon en el país vecino. Mientras que la nueva ley de familia, que otorga más derechos a las mujeres, es un ejemplo en el mundo árabe, el monarca sigue sin autorizar la publicación de una foto de su madre, Lalla Latifa, a la que los marroquíes no conocen físicamente. Y mientras que la instancia Equidad y Reconciliación -creada para superar los años de plomopermite a las víctimas contar en público las tropelías que se cometieron con Hassan II y recibir indemnizaciones económicas, luego las recomendaciones finales de este organismo caen en saco roto. De ahí la frase “Mohamed VI es nuestro último rey” que, según Tuquoi, circula por los barrios de las principales ciudades marroquíes.
Y este estúpido pais (vamos, los gili…as de siempre), haciéndose cargo de los miles de delincuentes que cada año nos cuela, beneficiándolos del agónico sistema de protección social, con prioridad sobre los nacionales.¡¡Toma ya!!