El juez Ruz avala los indicios contra la cúpula de la Policía por el chivatazo a ETA
Pablo Ruz, el juez que investiga el chivatazo a ETA de 2006, considera buena la versión del equipo investigador dirigido por el inspector Carlos Germán que apunta a que la delación procedió de la cúpula de la Policía. Es más, el instructor avisa al que fuera comisario jefe accidental de los servicios antiterroristas y hombre de confianza del Ministerio del Interior, José Cabanillas, que tiene altas probabilidades de ser imputado por falso testimonio por sus ataques a Germán, al que acusó sin pruebas de intentar destruir pruebas claves del caso.
El instructor hizo públicos ayer tres autos en los que rechaza practicar varias diligencias pedidas por las acusaciones y las defensas. Entre ellas la del todavía jefe superior de Policía de Euskadi e imputado, Enrique Pamiés, quien había solicitado hacer tabla rasa con los casi cinco años de trabajo del equipo de Germán, cancelar los informes que le señalan a él mismo y al entonces director de la Policía, Víctor García Hidalgo, y nombrar a un nuevo grupo de investigadores. La respuesta de Ruz es tajante: «Procede rechazar de plano esa pretensión» porque «no concurre motivo alguno de pérdida de confianza por este instructor en la labor realizada por dicho equipo».
Pero el juez va más allá y señala al comisario Cabanillas, quien encabeza dentro de la Policía la ‘cruzada’ contra Germán y los informes que apuntan a Interior. El pasado 8 de febrero, Cabanillas llegó a asegurar ante el juez que el propio Germán le propuso destruir la prueba clave que reveló la delación policial a ETA: la grabación de la conversación del supuesto recaudador de la banda y dueño del bar Faisán, Joseba Elosúa, en la que comunicaba a su yerno que un agente le había avisado de la redada. Cabanillas jamás había mencionado esta supuesta propuesta de Germán ni siquiera la había incluido en sus informes.
Ruz asegura que esta revelación de última hora es «sorpresiva» y ve sospechoso que nunca mencionara este hecho, dada la «entidad y gravedad» de la propuesta, «sin que hubiera razón alguna para omitir un dato tan decisivo (de ser cierto) como que se había intentado destruir una evidencia judicial».
El juez parece que se inclina a pensar que es una invención de Cabanillas para emponzoñar la investigación que apunta a Interior y le avisa de las consecuencias: su presunta mentira podría haberle llevado a cometer un primer delito por no perseguir un delito -como el que dice que le propuso Germán- y un segundo ilícito de falso testimonio. Recuerda Ruz que el comisario general de Información y superior de Cabanillas, Telesforo Rubio, negó hasta en ocho ocasiones haber sido informado de las graves acusaciones contra Germán. El instructor, por la desconfianza que le despierta la declaración de Cabanillas, rechaza el careo entre este y Carlos Germán. También descarta una nueva declaración de José Cabanillas.
Camacho
Tampoco acepta otras diligencias que habían pedido las acusaciones, como que testificaran los agentes que hicieron vigilancias en el Faisán. Rechaza la nueva petición de Dignidad y Justicia, AVT y PP de que declare el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, para explicar su tráfico de llamadas con García Hidalgo los días del soplo.
Insiste en que «no hay base suficiente en la investigación practicada para poder presumirse, con mínima solidez o rigor indiciario, que tales contactos telefónicos no obedecieran o se ajustaran al normal proceder entre los interlocutores intervinientes en los mismos, con motivo precisamente de la responsabilidad oficial que ostentaban en la fecha de los hechos».