La mayoría silenciosa
Estamos asistiendo -al menos informativamente- a una deificación de la Constitución de 1.978. Lo que es Norma Fundamental lo es tanto en cuanto instrumento básico que recoge las esencias para que una comunidad política pueda vivir en paz, en libertad, en justicia. Convertir el instrumento en parapeto es como hacer de María Antonia Iglesias el reflejo de una madre. Nos puede cegar para no ver más allá o para convertir sus normas en inalterables e inamovibles, como lo pretendieron ser los “principios fundamentales” del anterior régimen, del que deviene una institución, hoy declarada ejemplar por casi todos, la monarquía, a la cual, por cierto, poco juego se le dio en la Constitución de 1978.
Hago hoy aquí una radiografía de la democracia que tenemos, con sentido sobre todo de elevación constructiva:
Pasotismo político: No nos engañemos. La abstención puede llegar a ser la única actitud responsable de esa mayoría silenciosa. Y si alcanzase cotas excesivamente altas o si llegara a su nivel límite, pudiera poner en cuestión la estabilidad y hasta la legitimidad real de la democracia. La abstención es la principal amenaza de las democracias. La abstención casi siempre es el resultado lógico de la decepción. En este caso, la democracia termina por convertirse en el gran fraude de nuestra sociedad.
Reconversión de los partidos: Se viene denunciando esta antinomia radical entre las ambiciones, los intereses y la disciplina de los partidos o las instituciones que les representan con los intereses legítimos, la libertad real y la conciencia individual de sus miembros, adheridos o seguidores. ¿Es este el precio de una democracia de partidos? ¿No puede el ciudadano independizarse para reencontrar su libertad de conciencia y su capacidad de decisión personal?
La Verdad: Los políticos deben mantener vivo el gran debate sobre la política de la verdad. Deben tomar en serio nuestro humanismo. La política de la verdad consiste en definir la realidad de nuestra condición espiritual y confrontar su significado con la realidad política. Se puede degenerar en fraude a la democracia cuando por medios democráticos los políticos se empeñan en precipitarnos en un modelo de sociedad que no queremos ni deseamos.
Los políticos: Los políticos tendrán que demostrar una mayor lealtad a nuestra sociedad y a los hombres que la integran, reconociendo y respetando los verdaderos intereses que muchos piden y están reclamando a gritos por los cauces posibles de una sociedad moralmente sana.
El Miedo: El miedo destruye la capacidad de pensar racionalmente y provoca fácilmente comportamientos irracionales y contradictorios. Ciertas tensiones o formas de agresividad contra el adversario han sido creadas y manipuladas deliberadamente por líderes políticos mediante la censura de los medios de comunicación o mediante la difusión de informaciones falsas.
Como el lector verá, todos estos condicionamientos están más allá del hecho constitucional, que siendo importante no lo es todo para un convivir democrático ni mucho menos para la construcción de un mundo mejor que el que tuvimos.
Es la unica solución. ABSTENCION.
¿Entonces, qué se supone que sería lo correcto en un sistema del que renegamos y estamos hartos de que nos mientan, nos manipulen y además traten de distraernos con burdos entretenimientos? ¿No es pues un voto, una voz?¿Si callamos estaremos dejando que se salgan con la suya y que sigan montando su circo?Creo que el gran mal de todos los regímenes políticos conocidos hasta ahora ha sido el propio ser humano y que seguirá siendo así, pues a mi parecer los valores morales de nuestra sociedad se están deteriorando, por no decir pudriendo y a grandes pasos. Estamos en una… Leer más »
Razón tienes Armando… Yo siempre he dicho “Que votar con el actual sistema perjudica seriamente la libertad individual.
Saludos.
José Luis.