Diego Quiñones Estévez.- En España, tras casi cuarenta años de fracasada democracia social, monárquico parlamentaria, la Doctrina Social de la Iglesia, jamás se ha aplicado en la vida política nacional, y no será porque en todos los partidos políticos, convertidos en partidocracias oligárquicas en coalición con los poderes financieros y político- mediáticos, se supone, se dice y hasta incluso presumen algunos de los que forman parte de ellos, que hay o se consideran cristianos católicos. A la vista de los nefastos y ruinosos resultados sociales y políticos, morales y éticos, culturales y económicos, los autodenominados cristianos católicos en la vida pública, han desistido siempre de hacer viable en la vida pública y hasta en la privada, la Doctrina Social de la Iglesia católica.

Han sido, y son, apóstatas serviles de la dictadura relativismo y de la neoliberal y neomarxista ideología de género. A muchos que en su necia contradicción farisaica se autoproclaman católicos no practicantes y a la carta de sus apetencias individualistas e ideológicas, es a los que habrá que recordarles que la Doctrina Social de la Iglesia, parte de la irrenunciable unión entre la justicia y la verdad, el amor fraterno y la libertad del Evangelio de Cristo y la vida histórica y social de la Humanidad, para una transformación espiritual de las sociedades de todos los tiempos desde los fundamentos o principios irrenunciables de la ley moral natural, del derecho o ley de Dios que está inscrita en la conciencia humana.

Los fundamentos o principios de la Doctrina Social de la Iglesia católica, parten de lo que es todo lo contrario en las leyes neopositivistas del neo-cientificismo y la tecnocracia materialista dimanadas de los parlamentos europeos y de España: de la dignidad de la persona humana que ha sido creada a imagen y semejanza de Dios con un fin sobrenatural que transciende y trasforma las realidades históricas de la Humanidad desde la ley natural de los Derechos Humanos, desde la solidaridad y la subsidiariedad en una comunidad universal que busca el bien común con la participación social de todas las naciones, dentro de un orden político y jurídico que proteja en la vida social y privada, los derechos y deberes de las personas, la distribución equitativa y justa de los bienes y las riquezas creados por Dios, la propiedad social y la propiedad privada, el derecho y el deber al trabajo.

Tantas e inicuas leyes de la dictadura del relativismo anticristiano católico y del multiculturalismo filoislámico y del economicismo intervencionista, desintegradores de la identidad histórica de España y Europa, nos ha conducido al destierro de la Doctrina Social de la Iglesia católica, que, en España, nos ha abocado a una situación caótica por las nefastas y fracasadas políticas de la bipartidocracia PSOE-PP y los nacionalismos secesionistas y terroristas, unos y otros siempre aferrados a los intereses, las corrupciones, los nepotismos y las políticas antifamilia y el desprecio de la dignidad de la vida humana del no nacido y de los enfermos terminales y ancianos; unos y otros siempre protegiendo y alimentando el descomunal e insolidario, corrompido y despilfarrador estado de las autocráticas autonomías, que lleva a España a una deuda pública total de casi del 144 % de PIB, con un endeudamiento para las futuras generaciones de 1,52 billones de euros, a lo que se añade el infame número de casi cinco millones de parados(23%), y el 22,2% de la población viviendo por debajo del umbral de la pobreza, con menos de 7.961 euros anuales, y más de 700.000 parados sin ninguna cobertura, sin ninguna ayuda por desempleo; al igual que hizo la partidocracia del neosocialismo laicista, el PSOE, se continúa con la demolición de la clase media trabajadora y degradación laboral de los trabajadores con unos salarios bajísimos y unos injustos despidos exprés, debido a un empleo temporal y precario en contra de los contratos indefinidos y a tiempo completo.

La salida de la crisis ha sido otra mentira del poder político en el Gobierno de la nación, el Partido Popular(PP), como fue la misma mentira la negación de la crisis descomunal que trajo el Partido Socialista Obrero Español(PSOE) en las anteriores legislaturas en las que volvió a controlar de forma despótica los poderes del Estado español.

En este año 2015, la deuda total de España, tras casi cuatro años en legislatura de la partidocracia neoliberal del Partido Popular (PP), ha alcanzado unos 1.454. 018 millones de euros, la mitad del PIB nacional; un déficit de la Seguridad Social que en el año 2011 era de 995.000 euros, y al final de la legislatura de este año 2015, es de unos 16.000 millones de euros; y en relación con el expolio de la Caja de Pensiones y el excedente de las Mutuas de Accidentes, de los 79.000 millones en el año 2011, se ha pasado al final de este año 2015, a 34.000 millones de euros: 45.000 millones de euros, ha sido el latrocinio del ahorro en la hucha de las Pensiones de los españoles.

La bipartidocracia PP-PSOE, junto a los nacionalismos secesionistas y terroristas, han sido los responsables directos del expolio económico y político, social y cultural, espiritual y moral, en definitiva, del destierro y de la persecución de la dignidad y la identidad histórica de España: el Cristianismo católico. Las partidocracias neoliberales y neocomunistas con nuevos nombres camaleónicos, que, ahora en el año 2015, emergen de las cloacas de las revoluciones liberales, socialistas y leninistas comunistas de los siglos XIX y XX, en el siglo XXI van a continuar con la misma trayectoria de demolición contra él y la Doctrina Social de la Iglesia cuando logren el cambiazo revolucionario de la Constitución Española de 1978, por una constitución fabricada según los moldes ideológicos de la partidocracias.