Vargas, en el centro, en una asamblea extraordinaria del partido, en el mes de noviembre.

Después de coquetear en varias ocasiones con dar un paso atrás, el secretario general de Podemos en Málaga, José Vargas, ha presentado esta tarde su dimisión como máximo responsable del partido en la capital debido a las diferencias que mantenía, tanto con la dirección nacional y provincial del partido, como con gran parte del propio Consejo Ciudadano.

Con este movimiento, se confirma que el rumbo que quería tomar Podemos en Málaga estaba claro desde hace tiempo y que pasaba por prescindir de la figura de su actual secretario general, José Vargas, para poner al frente del partido una gestora que pilote el proyecto a corto plazo y con el horizonte puesto en la consolidación de la formación en la capital.

Durante los últimos días, la presión a la que ha sido sometido, sobre todo por parte de la gran mayoría de consejeros que conforman el partido, han acabado por tumbar a Vargas que se ha anticipado de esta manera al consejo que se iba celebrar este fin de semana y en el que todos los círculos, exceptuando el de Málaga-Oeste, iban a pedir su dimisión.

Detrás de estas presiones se encuentra, según confirman fuentes del propio consejo ciudadano, el expreso deseo de la líder andaluza de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, que estaría buscando poner al frente del partido a personas afines a su persona, además de devolver a la formación a la centralidad política y alejarla del viraje radical a la que la había sometido el propio Vargas. Con esta dimisión se confirma una muerte anunciada y se abre un futuro incierto en la formación, que ahora tendrá que recomponer su consejo ciudadano y queda en Málaga huérfana de su principal órgano operativo.