Malditos bastardos
La situación que padecemos no es fruto de la casualidad. Nada más lejos de la misma. Es consecuencia de múltiples factores y que podríamos englobar de manera fácil en una sola, la corrupción y no solo la monetaria, como se tiende vulgarmente, esa es una consecuencia más.
Hace unos días, viendo una las infinitas tertulias que están de moda, escuché a un político del Partido Popular preguntarse asombrado sobre las razones por las que hemos llegado a este punto de incertidumbre y desgobierno. Se decía: -¿Pero que hemos hacho para estar como estamos?-
He de confesar que el que se quedó perplejo fui yo. ¿Qué no sabéis las causas de lo que está ocurriendo?. ¿Pero en que mundo viven estos políticos?.
El término “Casta”, que atribuyen a Podemos, pero que acuñó E. De Diego, es un piropo que no califica verdaderamente en lo que la política (en general) se ha convertido durante estos pasados 30 años. Han sido más una Mafia bien organizada y como tal, se han creído inmunes a las consecuencias de sus actos. Todo está comprado a través de subvenciones de los más variados pelajes y que no responden a las necesidades del pueblo llano. Redes clientelares de colocación de amigos, cargos, carguitos y simpatías personales en contra del sentir del ciudadano.
Clase política que como consecuencia de sus abusos, han alimentado al monstruo del populismo, al odio enconado de las nuevas generaciones a las que le han sustraído el futuro, la ilusión y el proyecto de vida, mientras día tras día salen a la luz caso tras caso de latrocinio.
Como en paralelo se ha intervenido igualmente La Educación, anulando el mérito y el esfuerzo, se ha hecho creer a la juventud que tienen derecho a todo por el solo hecho de existir. Se ha vaciado de contenido y de valores el proceso educativos y a día de hoy vivimos las consecuencias de una generación vacía, blandengue y sin ambición personal, cuyo único objetivo es robar tanto de la administración tal y como han visto que hacían los que teóricamente dirigían el país.
Así que vivimos el odio de un PSOE hacia un PP, unos de Ciudadanos que quieren cambiar esto, pero que no pueden, porque no los creen y los ningunean, y un Podemos que ve su oportunidad de asalto al poder y dar alas al populismo más zafio y radical que podamos imaginar.
Vemos todo menos el querer el bien de los ciudadanos, el progreso de la sociedad y la libre expresión y desarrollo una sociedad civil madura. Hay que alimentar a demasiados que cuelgan del tesoro de todos y llevan 30 años viviendo de cuento con el beneplácito del bipartidismo. Mantenido y soportado con el dinero de todos a través de las malvadas subvenciones.
Pero amigos, de esto no habla ninguno de los partidos. Todos quieren y necesitan del status quo, porque todos quieren sus redes clientelares. Así seguimos y así seguiremos, mientras padecemos la ruina que día a día se nos viene encima.
Difícil situación que me lleva al título de aquella película de ficción bélica, Malditos bastardos. Y así veo yo a esta clase política de que nos desangra y empequeñece.
Y otro problema añadido es que si cae la estructura clientelar del Estado, al haber destruido el potencial industrial y económico español y haber abandonado toda estrategia económica y laboral durante 40 años, millones de españoles (unos culpables y otros no) se verían abocados al paro perpetuo, de ahí a la miseria personal y familiar, y de ahí a una nueva guerra o revolución social.
La televisión ha hecho estragos, lamentablemente algunos se creen que es la Biblia.
Muy de acuerdo, Antonio. Y además, muy muy bien escrito.
Olivia (de Popeyes)
Gracias Carmen