¿Cómo vamos a progresar?
A poco que nos detengamos a reflexionar sobre la situación social y laboral de nuestro país, nos daremos cuenta de que prácticamente no existe un tejido industrial pujante liderado por la sociedad civil. Disponemos de buenas fábricas de automóviles, de algo del sector aeroespacial en colaboración con otros países del entorno europeo y de alguna que otra industria de ferrocarriles. Todas ellas de capital extranjero y dirigidas por los intereses de las casas matrices que no radican en nuestro país.
Más del 95% del empleo se genera por las pequeñas (muy pequeñas) pymes y por los sufridos y agobiados autónomos, dedicadas a los servicios. Aquí ser autónomo es heroico. – ¿Y porqué nos ocurre esto?-
La raíz del problema se llama macro-estructura del Estado. Un País con 17 reinos de Taifas, con más de 8000 ayuntamientos y manteniendo igualmente su presencia en las instituciones europeas. Nos tienen engañados en eso de que somos los que más crecemos de toda la UE, ¡mentira!, eso lo hace Irlanda que crece anualmente a un ritmo de 7% y ello debido a que la intervención de la UE consiguió achicar las estructuras del Estado Irlandés, asignatura ésta que jamás el Partido Popular, con toda su gran mayoría, acometió.
Pero claro, meter las tijeras a las estructuras elefantiásicas de nuestro Estado, es quitarles la “pólvora del rey” a los cientos de miles de empleados públicos que ocupan todos los rincones e iniciativas que deberían caer en las manos de los ciudadanos y de la iniciativa privada. A día de hoy, hay más empleo público que privado. Así pues, una iniciativa privada se ve aplastada por la cantidad de impuestos, tasas y permisos necesarios para mantener a tan disparatada organización administrativa.
¿Y quienes son esos empleados públicos, que no funcionarios? Esta es la pregunta del millón. Pues la gran mayoría son los afiliados a partidos mayoritarios, amigos y estómagos agradecidos que viven de la “teta” del Estado. Es decir, de usted, de mí y de la falta de futuro de nuestros hijos. Consejeros de alcaldes, jefes y jefecillos varios, que cobran hasta más de 60.000€ año por ser amigo del poliquito de turno. Igualmente, los lameculos de las “NNGG” de los partidos, que viven a sueldo del mismo y que usted y yo pagamos, nos guste dicho partido o no. Al igual que los sindicalistas y liberados, etc, etc. …
En definitiva, no puede existir desarrollo cuando al ciudadano se le ponen tantas trabas encima para que viva tanta gente por amor a “La Política”.
Y mientras esto siga así nuestra sociedad se va hundiendo en -(y perdón por la expresión)- la mierda. Las servidumbres que los políticos tienen con sus estructuras de partidos, les impide eliminar la red clientelar de “colocación” de sus afines. Y lo que peor llevo, es que todo eso se hace con el esfuerzo de los pocos que aún pueden trabajar en nuestro país, eso si, pagando como nadie lo hace en cualquier país que quiera de verdad progresar.
Aquí progresas si te metes en un partido político, un sindicato o vendes humo, porque en caso contrario la única salida que nos quedará será servir cañitas a los alemanes, ingleses, franceses y americanos que nos visiten. Los que valen, se tendrán, y de hecho se van, a esos países que si progresan y saben cuidar de sus ciudadanos no interviniéndolo todo.
Algunas Cosas no cambian, esto mismo es lo que dice Enrique desde hace mogollón de años. Nada cambia, el futuro es ser funcionario, así una sociedad no va a ninguna parte. Ya que ser autónomo, asalariado o pequeño empresario soporta una carga fiscal imposible. Es un desequilibrio que se tiene que igualar, a estos que se les llena la boca con la igualdad, mismos derechos para todos los trabajadores.
Cuando se hable de ese proceso llamado la transicion “traición” española se hablará sin duda de la gran abdicación de un país que había lograda la independencia tambien económicamente. No olvidemos qué por lo que estaban a la greña en el extranjero era por nuestra unidad sindical y por la independencia que nuestros Sindicatos tenían respecto a las grandes internacionales. Lo que se llama homologación no fue sino una torpe servidumbre en bandeja de nuestras fórmulas propias e intransferibles para caer en los internacionalismos. De la misma manera España había logrado un capitalismo “sui generis” bastante más independiente de lo… Leer más »
Totalmente de acuerdo.