El pasado 4 de febrero se encontró en un Boeing de la compañía Saudi Arabian Airlines (Saudia) que estaba a punto de despegar del aeropuerto de Barajas una nota clavada con un cuchillo del servicio de catering del avión con la frase “amenaza de bomba 11,30 horas” en inglés.

Un miembro de la tripulación descubrió la misiva en la sala de oración del avión cuando el aparato rodaba a las 10,30 horas de la mañana por la pista con 97 pasajeros y 15 tripulantes a bordo con destino a Riad.

La inteligencia saudí asegura que la amenaza de Barajas no es una “broma de mal gusto”, sino un síntoma claro de que España está en la diana del yihadismo

Inmediatamente se activó la alarma general en el aeropuerto madrileño y el avión fue desviado a una zona segura donde agentes del Grupo Especial de Desactivación de Explosivos (Gedex) de Barajas y de la Unidad Canina procedieron por espacio de una hora a revisar el aparato. Por su parte, la Policía Judicial interrogó al pasaje.

El servicio de inteligencia saudí Al Mukhabarat Al A’amah, dirigido por Youssef ben Ali al-Idrissi, considera que la amenaza de bomba no se trata de “una broma de mal gusto” por parte de un pasajero como se pensó a raíz de las primeras investigaciones, sino de un síntoma claro de que España está en la diana del Estado islámico o Daesh, como repetidamente insisten los vídeos de la organización terrorista que circulan por internet, señalan medios de inteligencia árabes en contacto con la seguridad saudí.

Modus operandi

Para las fuentes citadas el objetivo buscado, el modus operandi y la escenografía empleada, coinciden con la forma en que se perpetran los atentados terroristas: un avión de la compañía aérea Saudia, país acusado por Al Qaeda y por el Estado Islámico de renegado y aliado de Satán; un anuncio colocado en la sala de rezos de la aeronave, donde el supuesto terrorista habría jurado cometer la carnicería; y uno de los aeropuertos con más tráfico del mundo.

España comparte información de inteligencia con los servicios antiterroristas que combaten el yihadismo; participa en misiones de apoyo táctico y logístico en focos de guerra como Iraq, Libia, Siria, Sahel; y combate el reclutamiento y la financiación del Estado Islámico y de Al Qaeda con detenciones continuas de células islamistas.

Razones más que suficientes que justifican el estado de alerta de los servicios antiterroristas. En la misma semana del falso atentado de bomba en Barajas fueron detenidos cinco presuntos yihadistas en las localidades alicantinas de Crevillente, L’Alqueriad’ Asnar, Muro, Alcoy y Alicante, así como en la localidad valenciana de Onteniente y en Ceuta. Los siete detenidos son presuntos integrantes de una red logística que enviaba material electrónico, de comunicaciones y armas al Estado Islámico y al Frente Al-Nusra en Siria e Irak, camuflado como ayuda humanitaria que partía en contenedores desde puertos españoles.

Desde 2015 y hasta la fecha han sido detenidos en España 83 yihadistas, y otros 27 fueron arrestados en el extranjero en operaciones conjuntas de los servicios antiterroristas españoles con los de otros países. Actualmente se encuentran en las presiones españolas 200 islamistas y desde el 11-M han sido arrestados 600.

El elevado número de detenciones en los últimos catorce meses y las continuas referencias a la recuperación de Al-Andalus en vídeos y publicaciones por parte del Estado Islámico y Al Qaeda del Magreb Islámico ponen de manifiesto que España se ha convertido en un objetivo de primer orden del terrorismo yihadista, contenido hasta el momento por el eficaz trabajo de la Guardia Civil, Policía Nacional y CNI.