10 versos eternos de Gustavo Adolfo Bécquer a 180 años de su nacimiento
Nació el 17 de febrero de 1836 en Sevilla como Gustavo Adolfo López Bastida, pero tomó su apellido Bécquer de sus antepasados flamencos, asentados en España en el siglo XVI. El poeta debió pensar que firmar como Bécquer acompañaría mejor el espíritu romántico de sus versos.
A los 11 años Bécquer ya había perdido a sus padres y se crió con su madrina, poseedora de una biblioteca que pronto sedujo al futuro poeta.
Cuando cumplió la mayoría de edad abandonó una incipiente carrera como pintor y se trasladó a Madrid, donde se volcó de lleno a las letras.
La obra de Bécquer surgió en una época donde el realismo estaba en su auge en España, sin embargo sus características la mantienen en el limbo de la cronología literaria, ya que mientras unos insisten en llamarlo romántico, los demás lo denominan post romántico.
Para el poeta las rimas eran el móvil para intentar comunicarse con una profunda belleza acompañada con musicalidad y una aparente simpleza formal en los versos.
Entre 1858 y 1864 publicó sus Rimas y Leyendas, un conjunto de narraciones aparecidas en El Contemporáneo y La América, y probablemente la obra más conocida del poeta junto a Las Golondrinas.
Seis años después de Rimas y Leyendas, Bécquer sufrió una recaída de su tuberculosis y murió 22 de diciembre de 1870. Tenía sólo 34 años.
Elegimos 10 versos que dibujan la dimensión del poeta romántico.
1 -¿Qué es poesía?, dices mientras clavas /en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? / Poesía… eres tú.
2- Dos rojas lenguas de fuego / que a un mismo tronco enlazadas
se aproximan y al besarse / forman una sola llama… / Eso son nuestras dos almas.
3- No digáis que agotado su tesoro, / de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; / pero siempre habrá poesía
4- Por una mirada, un mundo, / por una sonrisa, un cielo,
por un beso… ¡yo no sé qué te diera por un beso!
5- ¡Oh qué amor tan callado el de la muerte! / ¡Qué sueño el del sepulcro tan tranquilo!
6- Como yo te he querido…, desengáñate, / ¡así no te querrán!
7- ¿Quieres que conservemos una dulce / memoria de este amor?
Pues amémonos hoy mucho, y mañana / digámonos ¡adiós!
8- Mi vida es un erial: / flor que toco se deshoja
9- Donde habite el olvido, / allí estará mi tumba
10- Madre mía, / cuántos sentimientos.