El ‘efecto Zidane’ se desvanece
“No hace falta que Bale venga a casa o que cene con Benzema. Eso de los besitos y abracitos no cuenta para nada. Lo importante es dentro del campo, y es ahí donde hay que valorar”. Palabras desafiantes las pronunciadas por Cristiano Ronaldo antes de enfrentarse a la Roma. Desafiantes porque de esa manera se refería el astro portugués a la relación de la MSN fuera de los terrenos de juego.
Agarrándose a esa justificación de Cristiano, lo cierto es que el Real Madrid dentro del campo se valora y se hace valorar más bien poco, sobre todo en lo que a la Liga se refiere. Veinticinco jornadas únicamente disputadas y el conjunto blanco se encuentra a un abismo del Barcelona, en puntos -nueve más un goalaverage prácticamente imposible de levantar-, en resultados -obviamente- y hasta en sensaciones -que no en juego-.
Zinedine Zidane llegó para tratar de tapar unas carencias que Rafa Benítez sufría casi partido a partido, acentuándose de manera alarmante lejos del Santiago Bernabéu con una sangría de puntos perdidos impropia de un equipo que quiere pelear hasta el final por todos los títulos. El llamado ‘Efecto Zidane’ ha durado lo mismo que un caramelo en la puerta de un colegio. Efímero y sin la fuerza necesaria para levantar al equipo, no pudo superar su visita al Real Betis, sufrió lo indecible para vencer al Granada y volvió a tropezar ante el Málaga hace un par de días. Conclusión: el francés recogió al Real Madrid a cinco puntos del Barcelona. Ahora está a nueve.
Con este panorama, en Concha Espina solo queda agarrarse a la Champions League, y es que al menos la eliminatoria ante la Roma quedó encarrilada en la visita al Olímpico, curiosamente el único compromiso de verdadera exigencia en el que el Real Madrid ha dado la talla fuera de casa. Que el conjunto blanco solo funcione en Europa, obviamente, tiene algo que ver con una planificación que en los últimos años deja bastante que desear: solo una Liga en los últimos siete años -que serán ocho si el Barcelona confirma un título que tiene en el bolsillo-.
El eterno objetivo de cada año se viste de triplete, de pelear por todas las competiciones, de llegar a la altura de un Barcelona que es prácticamente inalcanzable a pesar de que a día de hoy tampoco deslumbra con su juego; pero lo cierto es que la escaleta nunca concuerda con lo que se ve después, desnudo demasiado pronto, casi siempre en evidencia, y esta temporada, además, con una eliminación copera vergonzosa y un cambio de entrenador a mitad de temporada, algo que en los equipos grandes chirría demasiado.
Zinedine Zidane aseguró en rueda de prensa tras el empate ante el Málaga que todavía no daba por perdida la Liga, pero su discurso no se ve refrendado ni por los resultados, ni por el juego ni por los números, hasta el momento calcados a los que logró Rafa Benítez. La Champions League se convierte en un clavo ardiendo.
efecto Benitez = -2
efecto Zidane = -9