Asesinado por ser padre
El día del padre casi coincide, tristemente, con la muerte del Miguel Ángel Salgado, un padre responsable y cariñoso que fue asesinado por amor a su hija, hace ahora 9 años.
En un largo y complejo proceso de divorcio, plagado de irregularidades, maltrato psicológico hacia él, manipulación de la menor y falsas denuncias, la madre de la hija en común, la abogada María Dolores Martín Pozo, perdió la custodia de la niña de 7 años a favor de Miguel Ángel. Al finalizar el juicio tuvo que ser escoltado por la policía ante las amenazas de muerte que su ex mujer le “escupió” públicamente. “Vamos a acabar contigo. No permitiremos que tengas a la niña. Antes te mato”, le dijo delante de testigos.
Y así fue. Dos meses después, el 14 de marzo de 2007, fue asesinado a tiros por un sicario, contratado por ella, en el garaje de su casa. Un mes después, gracias a una escucha telefónica de la guardia civil, se descubrió que un custodio privado, Eloy Sánchez Barba, contrató al asesino de Miguel Ángel, Charles Michael Guarin.
Dolores Martín sería finalmente detenida y condenada a 22 años de prisión por instigación al crimen y he aquí el drama: La niña se ha quedado sin padre y sin madre. Y peor aún, dada la manipulación ejercida sobre ella en contra de su padre y su familia extensa, sus abuelos paternos no han podido restablecer con la nieta una relación normal. Como padre, mi esperanza de que algo así no suceda nunca más.
Gracias por mostrarnos la realidad ocultada por el tentáculo feminazi del monstruo del pensamiento único de la socialdemocracia.
La amenaza, cuando es verosímil, es un delito. De nuevo falló el sistema al no encarcelar a esta mujer por un delito grave de amenaza. Esta injusticia institucionalizada la ha pagado el padre con su vida.