Cada día tengo más claro que éstos que se dedican a la política nos toman a los contribuyentes como el pito del sereno, a pesar de que en España ya no quedan ni serenos ni pitos.

Como recordarán ustedes, el pasado julio 2015 el ex ministro José Ignacio Wert fue nombrado embajador ante la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). Este ministro títere y cobarde donde los haya, y que ha sido mofa y befa entre sus mismos votantes precisamente por su notoria cobardía, solicitó dejar la cartera de Educación, Cultura y Deporte “por motivos personales”.

Los motivos obedecían a que su esposa Monserrat Gomendio Kindelan -también exsecretaria de Estado de Educación, Formación Profesional y Universidades-, había sido fichada como directora general adjunta de ese mismo organismo (OCDE) en París. Es decir, que con el chollo otorgado al señor Wert, ya estaban colocados los dos “tortolitos” en la capital francesa, para poder celebrar una romántica luna de miel a orillas del Sena, eso sí, muy bien retribuidos con dinero público.

Aquel nombramiento lo solapé de inmediato a todos y cada uno de los chollos que se otorgan entre ellos, después de su paso por la política. Demos un ligero repaso:

-Bibiana Aído, de ministra de Igualdad, a ONU-Mujeres en Estados Unidos, donde ejerce como asesora de la presidenta chilena, Michelle Bachelet a la que España lleva destinados más de 225 millones de euros.

-Leire Pajín, de ministra de Sanidad, a Nueva York, como asesora de la Organización Panamericana de Salud (OPS).

-Elena Salgado, de ministra de Economía y Hacienda, a consejera de la compañía eléctrica Chilectra.

-Magdalena Alvárez, de ministra de Fomento, al Banco Europeo de Inversiones a percibir 23.000 euros mensuales.

-José María Aznar, de presidente del gobierno a, entre otros muchos cargos, asesor externo de la cúpula directiva de Endesa.

-Eduardo Zaplana, de portavoz en el Congreso por el PP, a adjunto a la secretaria técnica de Telefónica.

-Rodrigo Rato, de vicepresidente del gobierno con Aznar, al FMI y un largo etcétera.

Pero ahí no acaba la cosa. Mientras la mayoría de los españoles pasan a percibir la prestación por desempleo cuando se quedan sin trabajo, los ex diputados del Congreso pueden acceder a una indemnización por no encontrar un empleo. El Congreso de los Diputados reserva una partida de 1,3 millones de euros para estos menesteres. Esto es no es algo nuevo, lo que ocurre, es que todos los que chupan de la ubre nacional ocupando sus escaños sean del partido que sean, han mantenido un silencio sepulcral ante semejante canallada.

Ana Mato, por poner un ejemplo, ya que la lista es larga y de todos los colores, dice que después de dejar la silla no encuentra trabajo, de ahí que el sistema constitucional de 1978, proclame que tiene derecho a recibir 53.464 euros de indemnización repartidos en 19 meses. Pero, Ignacio Gil Lázaro, que dice que tampoco encuentra empleo, aun cobrará más. Los ex diputados pueden cobrar hasta un mes de sueldo por año trabajado.

Imagino, la cara de gilipollas que se le puede quedar a cualquier contribuyente español que, por motivos personales, tiene que pedir una excedencia en su empresa para afrontar por ejemplo la grave enfermedad de su esposa, o peor aún, el trabajador autónomo que con un panorama dramático porque uno de sus hijos se encuentra afectado de cáncer, tiene que dejar de trabajar sin poder invocar ningún derecho, teniendo que acudir diariamente con una fiambrera a un comedor social. Ni que decir tiene, que estos dos ejemplos son el pan nuestro de cada día, y son miles los hogares españoles en los que ahora mismo se están viviendo episodios similares o muchísimo más dramáticos. Pero da igual. A estos sátrapas de la política les importa un cojón que un millón de hogares de familias españolas no tengan ahora mismo nada que echarse a la boca.

¿Qué país es este? ¿Qué democracia es esta? ¿Qué se han creído estos sinvergüenzas? ¿Qué empresas y que riqueza crean estos parásitos de la política? ¿Cómo pueden hablar de justicia social sin sonrojarse? ¿Cómo pueden mirar a los ojos a un desvalido sin que se les caiga la cara de vergüenza? ¿Cómo puede quedar todavía ignorantes que los aplauda en los mítines y les pidan autógrafos?

¿Acaso no se dan cuenta ustedes mis queridos compatriotas, de que estos parásitos de la política, solo persiguen los chollos que la política les ofrece en nombre de la democracia?

¿Dónde iba a cobrar un Patxi López 12.000 euros al mes, fuera de la política? ¡EN NINGUN SITIO! Estaría muriéndose de asco mendigando un puesto de “reponedor” en Mercadona.

¿Cómo podemos aguantar que mientras los obreros en paro pasan hambre, los ex presidentes del gobierno, de las autonomías y de las cámaras legislativas, cobren pensiones vitalicias de 78.000 euros anuales, amén del Consejo de Estado, o de sus ingresos por lo sembrado mientras ostentaban el poder?

¿Cómo nos podemos tragar la milonga de los que dicen que vienen a regenerar el sistema, cuando son ellos los que en ningún momento abren la boca para acabar con los chollos que les ofrece el sistema constitucional de 1978?

¿Qué coño está pasando aquí, que a pesar de estos insultos a la inteligencia de los ciudadanos por parte de esta gentuza, sigamos yendo a votar como corderitos para legitimar sus atracos?

Me siento totalmente impotente ante el hecho de tener que resistir la presión de los sátrapas, después de contribuir con mis impuestos al mantenimiento del entramado político que, por desgracia, nos está tocando vivir.

La tiranía oprime, el “satrapismo” exprime.