Ingeniería Social. El orden espontáneo
Durante el siglo dieciocho, teóricos como Adam Smith comenzaron a examinar el impacto que las consecuencias no queridas de la acción humana tenían sobre la sociedad. Éstas eran las consecuencias colectivas que se amplificaban como un resultado de los individuos persiguiendo sus propios intereses individuales. Por ejemplo, si veinte personas caminaban la distancia más corta a través de un campo, un sendero tosco a través del campo sería establecido. Pero el forjar el sendero sería una consecuencia involuntaria de la meta consciente de cada individuo—alcanzar el otro lado rápidamente.
Smith venía a creer que la sociedad y sus instituciones podían ser comprendidas de la mejor manera posible mediante la referencia a tales consecuencias no queridas. Considérese el precio del pan de ayer. Nadie legisló cuánto se encontraba usted dispuesto a pagar el pan ayer. Ese precio resultó de factores imprevisibles tales como cuán altamente usted apreciaba al pan veinticuatro horas atrás. La institución social del precio, por lo tanto, ha sido establecida espontáneamente. La misma era también auto- correctiva; es decir, el precio espontánea y rápidamente fluctuó para reflejar los factores cambiantes, tales como la disponibilidad de pan. Y porque tales cambios eran imprevisibles, sólo una respuesta espontánea—no una pre planificada—podía responder adecuadamente.
Ningún escritor contemporáneo ha explorado la idea de las instituciones sociales espontáneas y auto-correctivas en mayor profundidad que Hayek. En su ensayo “Principios de una Orden Social Liberal,” Hayek abordó una objeción que él encontraba a menudo. Escribió: “Mucha de la oposición a un sistema de libertad bajo leyes generales surge de la inhabilidad para concebir una coordinación efectiva de las actividades humanas sin la organización deliberada por parte de una inteligencia comandante” (Studies in Philosophy, Politics and Society, 1960).
Para los holistas sociales, el “orden” y la “eficiencia” eran conceptos que parecían estar ligados juntos. Mises y Hayek acordaban, pero utilizaban una definición diferente de “orden.” Para los holistas sociales, la palabra parecía conjurar visiones cuasi-militares de una sociedad marchando hombro a hombro hacia una meta común. La misma se encontraba incorporada en planes quinquenales que reducían el funcionamiento de la sociedad a ecuaciones matemáticas. Por el contrario, el orden al que adherían Mises y Hayek era uno espontáneo en el cual los individuos perseguían sus propios y diversos intereses sin la coordinación de una autoridad central.
¿A qué se parece dicho orden? Un ejemplo clásico es el Mercado de Valores de Nueva York, el cual fue creado como un lugar en el cual las acciones podían ser compradas y vendidas de lunes a viernes a partir de las 9 de la mañana y hasta las 4 de la tarde. Ninguna autoridad predominante establecía los precios, límites de volumen, etc. Estos eran establecidos por los bolsillos de los individuos que perseguían sus propias preferencias de una manera que se asemejaba al caos. Vociferando en el piso, que se encontraba dispuesto a comprar la acción ABC al precio X, un comerciante intentaba perseguir nada más que las preferencias de su cliente. Pero una consecuencia involuntaria de su acción era el establecimiento de un precio general para la acción ABC.
El orden espontáneo puede asemejarse al caos. En palabras de Hayek, es la clase de orden “cuya justificación en el instante particular puede no ser reconocible, y el cual. . . aparecerá a menudo ininteligible e irracional.” (“Individualismo Verdadero y Falso” en Individualism and Economic Order, 1948) Irónicamente, esta semejanza al caos puede indicar un aspecto de por qué el orden espontáneo es eficiente. Después de todo, las circunstancias cambiantes a las cuales esta clase de orden responde no poseen algún orden lógico o predecible. Así como el piso de la negociación de un mercado de valores no puede funcionar según las reglas de etiqueta de la Srta. Manners, también una sociedad dinámica requiere de instituciones con fluidez.
De hecho, la principal ventaja de un sistema de toma de decisiones descentralizado puede bien ser su capacidad para ajustarse constante y rápidamente a las circunstancias cambiantes. Allí donde la ingeniería social exige un futuro estable y un conocimiento divino del presente, el orden espontáneo reconoce e incorpora la inevitabilidad del cambio y la insuficiencia del conocimiento humano. Un individuo conoce tanto como es posible conocer sobre sus propias preferencias y actos futuros. Cuanto más lejos usted se mueve del individuo, menos confiables se torna la información—y menos perfectas las consecuencias de la toma de decisiones.
Divergiendo desde un Punto Común
Hay un sentido en el cual tanto Hayek como Mises basaron sus argumentos para la libertad individual sobre la ignorancia humana. En La Constitución de la Libertad (1960), Hayek reconoce que la necesidad de libertad “descansa principalmente en el reconocimiento de la inevitable ignorancia de todos nosotros en lo referente a muchos de los factores sobre los cuales dependen el logro de nuestros fines y el bienestar.” Irónicamente, los constructivistas emplean en gran medida el mismo argumento para su posición: los seres humanos no son naturalmente perfectos, por lo tanto, la sociedad debe ser dirigida y diseñada. Desde un punto de acuerdo común—es decir, la insuficiencia del conocimiento humano—las dos partes alcanzan conclusiones diametralmente opuestas.
Valga todo lo dicho y escrito hasta ahora sobre el diseño y planificación de las sociedades para postular que nos encontramos a favor de las posturas de Hayek y Mises para explicar los fenómenos sociales y en contra, completamente, de las explicaciones críticas y constructivistas entre las que se encuentran muy allegados los defensores del neo-marxismo y de los diseñadores a través de la Ingeniería social.
*Teniente coronel de Infantería y doctor por la Universidad de Salamanca
Teniente,
Hace un tiempo entraba aquí a hacer el idiota. En sus artículos vertí muchas tonterías.
Ofrezco mis más sinceras disculpas. Todo lo que dije sólo iba en mi contra por el ridículo nivel, el cual no puede ni llegar a considerarse un ataque.
Un cordial saludo.
Mi Teniente Coronel, Le llamo así porque yo también fui militar, Hice el servicio militar en los tiempos en que se libraba la guerra de Ifni, cuando el Crucero Canarias efectuaba bombardeos de costa apoyando a las unidades de tierra sitiadas por el enemigo.. Es por eso que conservo un gran cariño y respeto hacia el estamento militar, Bueno excluyendo a ese asqueroso con barbas que con cara de baboso seguía a la Chakón llevándole las compresas en su maletín. Mi abuelo también militar de carrera participo en el desembarco de Alhucema. Yo después de acabar la carrera me dediqué… Leer más »
Un secreto que desde siempre se guardó en mi familia protagonizado por mi abuelo en el desembarco de alhucema , eso lo cuento ahora pues creo que ya no tiene importancia y todos los protagonistas ya hace mucho que fallecieron . Contaba mi abuelo que cuando el desembarco , el en aquel tiempo Presidente Primo deRivera, asistió para presenciar el desembarco, se habilitó un pequeño buque auxiliar, eligió a mi abuelo para que fuese su comandante, se eligió a una pequeña tripulacion de absoluta fidelidad y confianza , y desde ese pequeño buque perdido entre la flota al que nadie… Leer más »
Es de agradecer que un periódico dé la palabra a las élites militares. Las aportaciones de gran calidad intelectual que éstos pueden aportar a los civiles es muy importante y necesaria. El Ejército lleva muchísimos miles de años de evolución acumulados en su ADN mejorando cada vez más. El Ejército no es sinónimo únicamente de pegar tiros, como aquí puede verse. Suelen ser siempre los que se adelantan en todas las nuevas tecnologías y descubrimientos científicos cuando los civiles aún son incrédulos. Podría poner aquí una lista larguísima de cómo gracias al Ejército hemos mejorado nuestros grandes telescopios de los… Leer más »
Perdone, pero señores como este Teniente Coronel son una minoría en nuestro actual ejército donde lo habitual es la cobardía y la mediocridad. El JEMAD podemita es sólo uno de tantos.
Decía el catedrático que nos daba termodinámica, refiriéndose a la Entropia , que el universo tiende al equilibrio entrópico. Nos decía, si en un sistema cerrado ( una habitación cerrada) se mete una vela encendida, una barra de hielo, un gato, un taza de café caliente, cerramos la habitación y la abrimos al cabo de un mes, nos encontraremos. La vela apagada, el hielo derretido, el gato muerto y el café a temperatura ambiente. Según me ha enseñado la vida, después de tantos años, es que las relaciones entre familiares, también tienden al equilibrio entrópico. Después de tanto tiempo tengo… Leer más »
Pues lo dudo mucho, que dicho principio se cumpla también en la mecánica cuántica, pues el vacío no está vacío cuanticamente y la desintegración de la materia se compensa con aparición de materia, ya sea en forma corpuscular o en forma de onda. De todos modos, yo con la mecánica cuántica me pierdo bastante, no llego a comprender todo. Sería mejor que alguien como Sonia Fernandez-Vidal, especializada en esta materia, respondiese a esta pregunta.
Todos los que no somos doctores en física teórica nos solemos perder por ahí. Anécdota, asistí en una acasion como público a la entrega de títulos de doctorados de diferentes disciplinas en Albert Halls en Londres, se lo entregaban a mi hijo, me decía mi hijo, cuando entren los de doctorado en física teórica fíjate bien, parece que vienen de otro planeta Comenzó la ceremonia con todo el público de pie mientras sonaba el Dios Salve a la Reina, todos los que se doctoraban iban entrando con sus típicas ropas de estas ceremonias. Cuando entraron los de Física Teórica iban… Leer más »
Sí. Teniente Coronel de Infantería y Doctor por la Universidad de Salamanca.
Yo no soy ni lo uno ni lo otro, (lo cual le admiro), pero hablando de orden, en cualquier aspecto, no solo el social, ni el humano, ya sabemos o debemos saber, (porque lo estudiamos en el bachillerato), sobre la divergencia de la entropía y la entalpía del Universo y todo aquello que contiene en su seno.