Suma y sigue
El escándalo se acrecienta y nos sorprende con multitud de panoramas diferentes, aunque siempre repletos de irregularidades, abusos y amiguismo. Ya no se trata exclusivamente de prejubilaciones con intrusos colados para beneficiarlos con dinero público, sino de la corrupción total instalada en la Consejería de Empleo. Ello ofrece muchas posibilidades de actuación y van aflorando casos continuos cada uno más abominable que el anterior.
Hace un par de semanas conocíamos por los medios de comunicación que la Fiscalía, en colaboración con la Guardia Civil, llevaba desde mayo de 2010 investigando un nuevo fraude relativo a las ayudas concedidas a empresas por el gobierno socialista andaluz. Nada se ha aclarado ni explicado al respecto por parte del presidente de la Junta de Andalucía ni por ningún otro miembro del gobierno. De nuevo el silencio, el disimulo, la justificación y la complicidad.
Se han concedido subvenciones a empresas concretas sin Orden que las regule, sin publicidad para solicitarlas ni para otorgarlas. Se han limitado estas ayudas a empresas conocidas que disponían de información privilegiada vetada al resto del empresariado andaluz. En definitiva, la ausencia de procedimiento reglado permitía contactar con los afines y favorecer sus negocios sin fiscalización alguna.
Así, por limitarme a un ejemplo, una cooperativa sevillana de El Pedroso eligió como presidente a una persona del entorno familiar del consejero de Empleo precisamente por haber asegurado que sería capaz de conseguir dinero público. El consejero poco después se reunió con 50 de los socios y sin mayor tramitación les concedió la ayuda en unos días. Sin más.
El alcalde socialista de ese mismo municipio fue incluido como intruso en una prejubilación. Su hijo, cuando dejó de ser concejal del PSOE, se dedicó al mundo de la empresa llegando a lograr sin expediente administrativo de ningún tipo, más de ocho millones de euros. Bastaba una conversación telefónica entre amigos para alcanzar la ayuda más abultada que se conoce de este fondo de reptiles. Nunca después hubo control del uso del dinero y nunca antes se cumplieron los requisitos de publicidad, información e igualdad de oportunidades.
Se han vulnerado una y otra vez la Ley de Subvenciones y la Ley de Hacienda Pública. Se han despreciado los reiterados informes de la Intervención que advertían de las irregularidades. Los consejeros conocían estas recomendaciones y no sólo hicieron caso omiso, sino que deliberadamente decidieron incumplirlas para poder ayudar a sus preferidos.
Ayer nos desayunábamos con un nuevo escándalo de consecuencias millonarias. En esta ocasión se trata de fondos europeos gestionados por la Junta para la creación de empleo. Bastaba con contratar al personal unos días para acceder a las ayudas y después de cobrarlas, los trabajadores iban a la calle. Nunca se realizó seguimiento de estas contrataciones permitiendo el enriquecimiento ilícito y el uso de la efímera plantilla como conejillos de indias.
Con lo anterior y con lo que nos queda por saber, parece que la Cueva de Alí Babá se hubiese acomodado en la Consejería de Empleo. Todas las actuaciones de este departamento se encuentran salpicadas por la corrupción, con lo que el gobierno andaluz al completo se sitúa bajo sospecha. Eso en cualquier Democracia decente supondría la dimisión de los consejeros implicados. Pero aquí no sucederá nada, no dimitirá nadie, no se proporcionará a los grupos parlamentarios la documentación requerida, no se aprobará una Comisión de Investigación.
El gobierno de la Junta se ha decantado por la Andalucía desigual, por la Andalucía de los privilegios y los abusos de poder, por la de clases y categorías, por la de la casta socialista repleta de prebendas. Por la del boicot a la competitividad y al progreso. Por la de la falta de libertad.
El presidente de la Junta de Andalucía amparando estas conductas chapuceras y corruptas, atacando a los denunciantes y no a los presuntos delincuentes demuestra su responsabilidad. Esconde la trama sin importarle ni la culpa ni los culpables. El presidente de todos los andaluces carece de solvencia, de credibilidad y de inocencia.
Andalucía vive cercenada por políticos de poca monta, por políticos sin altura de miras que se aprovechan de nuestra resignación. Acabemos con esta etapa larga y perjudicial.
*Alcaldesa de Fuengirola y portavoz del PP en el Parlamento andaluz.