La popular narguila molesta a los islamistas marroquíes
La narguila o pipa de agua, tan popular en todo Oriente Medio y que en los últimos años ha llegado también hasta Marruecos, molesta a los islamistas marroquíes, que quieren prohibirla incluso con penas de prisión.
El Partido Justicia y Desarrollo (PJD), a la cabeza del gobierno, ha presentado una proposición de ley en el parlamento para castigar con penas de hasta tres años de cárcel a los consumidores y de hasta cinco a los vendedores de este tabaco aromatizado que se fuma con una pipa de agua.
La propuesta del PJD, presentada el 16 de marzo, ha suscitado la sorpresa por la dureza de las penas con que se castiga este fenómeno, y que para los diputado islamistas se explica por razones sanitarias y morales.
Supuestamente, el tabaco de narguila o “moassal” es más nocivo que el tabaco normal, pero el PJD va más lejos y opina que “es un fenómeno vergonzoso que constituye la puerta de entrada a otras drogas”, según señalan diputados del partido al diario Aujour’hui le Maroc.
Y es que la narguila no sería tan “inocente” como muchos piensan: es una idea extendida que su consumo en Marruecos está asociada a la práctica de la prostitución, y que los “cafés de shisha” (como también se conoce a la narguila) se han convertido en lugares encubiertos de proxenetismo.
En Rabat y Casablanca, ciudades donde ha calado más esta moda, hay redadas aleatorias contra los clientes de estos cafés, que hasta ahora eran arrestados por delitos como “atentado a la moral” o “proxenetismo”.
La paradoja es que la venta de tabaco de narguila sigue siendo legal en los estancos del país, por no hablar del hecho de que, más allá de las fronteras de Marruecos, es un fenómeno completamente normal en países como Túnez, Egipto, Irak o Líbano.