¿Por qué te tachan de extrema derecha por decir la verdad?
El uno, se niega a dejar el poder pese a quien pese; quizás sea sabedor de los miles de enchufados que se quedarían en la “puta calle” y con el partido hecho unos zorros. El otro, ha visto la posibilidad de alcanzar la poltrona desbancando al primero, y no solo está dispuesto a pactar con quien sea, sino que se dejaría “violar” si fuese preciso, para alcanzar el poder y cumplir con sus fieles palmeros colocándolos en los puestos que dejen los lacayos del primero.
Felipe González, allá por 1982, comenzó la cata del dulce melón que le brindaba el sistema. Tras su promesa de crear ochocientos mil puestos de trabajo si alcanzaba la poltrona, cumplió su palabra colocando en las distintas administraciones a casi un millón de militantes a costa del presupuesto, y además, estableció un paradigma en su feudo andaluz que ha dado como resultado la corrupción generalizada y vergonzosa que todos conocemos. De ahí, esa lealtad y fidelidad durante tantos años de los estómagos agradecidos a sus benefactores, a pesar de la interminable lista de corruptelas; OTAN de entrada NO para meternos de lleno en la NATO; y de los incalificables episodios sobre los crímenes de Estado.
A partir de aquí, la alternancia de los dos partidos en el poder ha constituido la oportunidad de ambos, para premiar a los que aplauden en los mítines y llenan sus sedes. Con la crisis, el panorama tomó otro cariz, surgieron dificultades para mantener el enchufismo masivo, lo que no ha sido obstáculo para que las “colocaciones” a dedo, sigan siendo la clave milagrosa para que los partidos no se queden sin parroquianos que sostengan el chiringuito, sus intereses, y tachen de extrema derecha con saña diabólica, a todo aquel que con argumentos, denuncie todos y cada uno de los episodios de esta farsa puesta en escena, y que sin vergüenza torera siguen llamando democracia.
Pero, lo que resulta todavía más preocupante, es que los “nuevos demócratas” que acaparan los medios con el anuncio de venir a regenerar el sistema, y que han sido meticulosamente elegidos por el poder de esos mismos medios, no vienen con una idea diferente a los dos de siempre, de ahí que ninguno hable de acabar con los chollos que les brinda la democracia, y se pongan todos de acuerdo como esta Semana Santa, para tomarse felizmente unas largas “vacaciones escolares”. Ni que decir tiene, que los enchufes en el ayuntamiento de Madrid por parte de los podemitas, es simplemente el preámbulo de lo que pretenden, si logran alcanzar la Moncloa.
Hace más de cien años, don Benito Pérez Galdós (1843-1920) hacía un profundo análisis de la situación política española. Sus palabras de entonces, con algún pequeño matiz, bien podríamos aplicarlas a la España de nuestro tiempo:
“Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en el poder son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, pobrísima y analfabeta. Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán a España a un estado de consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte. No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolitos… Si nada se puede esperar de las turbas monárquicas, tampoco debemos tener fe en la grey revolucionaria (…) No creo ni en los revolucionarios de nuevo cuño ni en los antediluvianos (…) La España que aspira a un cambio radical y violento de la política se está quedando, a mi entender, tan anémica como la otra. Han de pasar años, tal vez lustros, antes de que este Régimen, atacado de tuberculosis ética, sea sustituido por otro que traiga nueva sangre y nuevos focos de lumbre mental”. (La fe nacional y otros escritos sobre España, (1912).
Pero, si lo dicho por Galdós hace más de cien años no tuviese suficiente enjundia, resulta todavía más curioso descubrir que don Miguel de Cervantes ya nos advertía en El Quijote sobre los “podemitas” de ahora, cuando escribió aquella obra universal publicada en 1605:
“Tengo por costumbre querido Sancho que, en viendo el burro venir, ya de lejos me apercibo sin confundirme, de las patadas que pudiera propinarme, por tanto mi fiel escudero fíjate en los andares y si viéndolo retorcido y mal encarado vieres que arranca sin compostura hazte a un lado, que de estos con mala idea, sucios y desaliñados, mejor no tener contacto (…). Y hay que tener cuidado con tal calaña, que de ser menester utilizan a las más tiernas criaturas y hasta pretenden adoctrinarlas y que salgan de su mala hueste con títeres y cabalgatas. Y cuidado amigo Sancho que son los mismos que luego cobran de berberiscos y de otros que más allá someten a sus pueblos y ello, tanto mal vestidos cuando procede el buen hábito, como vestidos de la más cursi casta, cuando no es tan menester”.
Un paréntesis de cuarenta años con orden, paz, trabajo y estabilidad económica, surgió de un régimen tras una guerra civil entre hermanos. Un hombre, a quien sus propios enemigos y antiguos aduladores han llamado irrepetible, se hacía cargo de esta gran empresa política que se llama España. La recogió en la miseria, en alpargatas y caminando sobre burro; rescató a la Patria, gano la guerra contra el comunismo y contra la masonería, y nos dio el legítimo orgullo de ser una gran nación; de saber ser y sentirnos españoles, que es, como decía José Antonio, una de las pocas cosas serias que se puedan ser en el mundo. Durante aquel régimen, a pesar de que los artífices de la transición política que nos trajo la actual democracia falsifiquen la historia y nieguen la evidencia, se creó, entre otras muchas conquistas sociales, el Régimen General de la Seguridad Social para todos los trabajadores de España, y nuestro país, que había salido de una guerra y sus reservas de oro habían sido saqueadas por los republicanos y trasladadas a Moscú y a México, alcanzó la novena posición industrial en el mundo sin haber entrado en la CEE, en la Unión Europea ni en el euro.
Pues bien, tras ese paréntesis de pleno empleo, paz y prosperidad, han vuelto de nuevo aquellos a los que Pérez Galdós se refería hace más de cien años; han vuelto encarnados en otros personajes a jodernos la vida, a destruir nuestras familias, a romper nuestra Patria, y a saquear las arcas públicas que el antiguo régimen con el esfuerzo de todos logró reponer. Otra vez han vuelto enarbolando la falsa bandera de la democracia, y a tachar de extrema derecha, a todo aquel que se atreva a decir la verdad sobre lo que sucede, y los señale como responsables de la ruina moral, social y espiritual que sufre nuestra Patria.
Volvemos a estar imbuidos en un torbellino que nos hunde cada vez más. Es necesario retomar los valores de nuestros mayores, que crecieron en un país arruinado por la Guerra Civil, sin ayuda ni comprensión de nadie, y que con la cultura del trabajo, el esfuerzo y el respeto, sacaron adelante a sus familias, y por ende, a la nación. Hemos de interiorizar que todo aquello que vaya en contra de nuestros valores, nuestras costumbres, nuestra cultura, nuestras tradiciones, es intrínsecamente malo y a extirpar. No todo vale. No todo es relativo. Está lo que favorece al Bien Común y lo que no, lo que forma y lo que deforma, lo constructivo y lo destructivo, lo justo y lo injusto. Y para conocer la diferencia no hacen falta jueces ni letrados; tan solo Educación, Urbanidad y Respeto.
No les llaman fachas por decir la verdad. Les llaman fachas por falsear la verdad desde un punto de vista fascista.
¿Le ha quedado claro? Si prefiere se lo explico con unas cartulinas como a los niños de preescolar
Serà porque sois racistas,xenófobos,,franquistas,talibanes católicos ….no se digo yo.
El sentido común ya es el menos común de los sentidos. Y éste nos hace ser por mero instinto de conservación, islamófobos, comunistófobos, euroescépticos, patriotas… en el sentido más noble que le queramos dar a estas acepciones. Es puro sentido común. Es mirar con recelo a todo aquello que sabemos positivamente que acabará por jodernos de una u otra forma. Desgraciadamente una buena ingeniería social ha dado la vuelta a estos nobles sentimientos y los ha convertido en sinónomos de facha. Si encima denuncias sin cortapisas la estafa de mierdocracia en la que vivimos engañados, eres cristiano, padre de familia… Leer más »
Así es con un partdo identitario el Sr Gonzalez y el Sr Aznar como otros lacayos hace mucho tiempo que estaban dando cuentas de su enriquecimiento ilicito y acuerdos vamos a decirlo de manera amable poco claros, no gobernaria el fantoche que tenemos y aprovechados con tal de vender libros estaban en su Peru natal y no dando lecciones donde no pintan absolutamente nada mientras se arriman a señoras de “porcelana”.
Si es vd un mundialista Sr Vargas LLosa y hace tiempo le tengo calado.
Todo que sea trabajar, ganarse la vida con tu esfuerzo y no con las miserias de los demás, defender las tradiciones y nuestra cultura la convivencia sin molestar a nadie y aceptar la historia tal cual es sin rencor… Ya se puede considerar de extrema derecha… Y el que tiene el estomago agradecido y parásita allí donde puede y gorronea en nombre de la gente es de izquierdas el aprovechado enemigo del trabajo.
Otro gran artículo. Seguimos en fase de caída. No obstante, España siempre ha sacado lo mejor de sí cuando todo estaba perdido, como una especie de péndulo histórico.
Y un poco de sensatez. Es un placer leer su artículo, pero como yo soy malpensado me viene todo el rato lo que se llama líricamente, él deguello musulmanes, la blasfemia y el latrocinio de los izquierdistas y finalmente los cobardes secesionistas con media Navarra inculcando a la otra media, sin contar con las históricas. Me cago que n la puta alma de todos los que nos han llevado a este trance. Todo el mundo esconde la mano y no queda otra que enfrentar la plaga coranica y toda la plaga de los tres millones de enchufados. Yo creo que… Leer más »