Un insólito y surrealista selfie en medio de un secuestro aéreo
Este viernes, Seif Eldin Mustafa, un egipcio calificado de “psicológicamente inestable” secuestró con un falso cinturón de explosivos un avión de la compañía EgyptAir, obligándolo a aterrizar en Chipre, antes de rendirse y de que fueran liberados sanos y salvos todos los pasajeros.
Un acto que, con el transcurso de las horas, se ha demostrado que estuvo envuelto de más de una situación surrealista. Para comenzar, según las autoridades chipriotas, ese mismo secuestro de este Airbus A-320 con 55 pasajeros a bordo no tiene nada que ver con el “terrorismo”.
No obstante, una de las imágenes que han dado la vuelta al mundo ha sido la difundida a través de las redes sociales, así como numerosos diarios británicos. Se trata de el seflie que Ben Innes, un joven inglés que viajaba en el vuelo, decidió hacerse junto al propio secuestrador.
Según puede apreciarse en la instantánea, y confirmado por los propios medios de las islas, Mustafa aceptó de buen grado retratarse junto a Ben, uno de los últimos siete secuestrados que permanecieron en la aeronave.
Según The Guardian, el propio Innes confirmó que pensaba que el cinturón de explosivos -que resultó falso- era real: “Pensé que si su bomba era real no tenía nada que perder de todos modos”, asegura. Dicho y hecho, el joven decidió acercarse a Mustafa, y simplemente le preguntó si podía hacerse una foto con él. El secuestrador aceptó de buen grado, y posó sonriente.
Poco después, y tras ocho horas de tensión, el pirata del aire egipcio salió del avión, estacionado en el aeropuerto de Lárnaca, que había sido cerrado al tráfico. El aeródromo ha sido reabierto una vez concluido el secuestro.
Con las manos en alto, se rindió sin oponer resistencia.
Bajó por la escalerilla del avión, dio algunos pasos en la pista antes de ser inmovilizado en el suelo por dos policías, que lo cachearon antes de llevárselo a un edificio del aeropuerto, según un periodista de la AFP.
“El pirata del aire acaba de ser detenido”, dijo Nikos Christodoulides, portavoz de la presidencia de Chipre.
El ministro de Aviación Civil, Cherif Fathy, afirmó a la televisión estatal que “los pasajeros y los miembros de la tripulación están sanos y salvos”.
Las últimas personas a bordo, entre ellas el propio Innes, bajaron por la escalera mientras otra salió por una ventanilla de la cabina de pilotaje del Airbus. Pocas horas después, el joven inglés tuvo sus 15 minutos de fama.
El avión había sido secuestrado a primera hora de la mañana tras despegar de la ciudad costera egipcia de Alejandría (norte) rumbo a El Cairo.
Según el ministerio de la Aviación Civil, el piloto del avión explicó a la torre de control que un pasajero amenazaba con hacer estallar un cinturón de explosivos, y lo obligaba a aterrizar en Lárnaca.
“No tenía ni pistola ni ninguna arma”, dijo Fathy, quien en ese momento había admitido que no se sabía si el cinturón de explosivos era real, “pero hemos considerado que lo era, por la seguridad de los pasajeros”.
Ningún rastro de explosivo fue hallado en el individuo o en el interior del avión, según las autoridades chipriotas.
El presidente chipriota, Nicos Anastasiades, afirmó rápidamente que el secuestro “no está relacionado con el terrorismo”.
“Es la acción individual de una persona psicológicamente inestable” afirmó por su parte el secretario del ministerio de Exteriores chipriota, Alexandros Zenon.
Según una fuente gubernamental chipriota, el secuestrador pidió ver a su exesposa chipriota. La mujer fue conducida al aeropuerto, acompañada por un niño.
El hombre entregó “una carta en árabe a la policía”, precisó una portavoz de la policía chipriota, Nicoletta Tirimou.
De los 55 pasajeros, 21 eran extranjeros: ocho estadounidense, cuatro británicos, cuatro holandeses, dos belgas, un francés, un sirio y un italiano, según la Aviación Civil egipcia.
Este secuestro se produjo cinco meses después de que, el 31 de octubre pasado, un Airbus A-321 ruso se estrellara en el Sinaí minutos tras haber despegado del balneario de Charm el Sheij, un drama que costó la vida a sus 224 ocupantes.
Egipto padece la violencia de grupos yihadistas, especialmente en el Sinaí, desde la destitución por el ejército en julio de 2013 del presidente islamista Mohamed Mursi y la posterior ola de represión masiva contra sus simpatizantes.
Por su parte, el aeropuerto de Lárnaca ya fue escenario de varios secuestros de aviones en los años 1980 y 1990.
El 26 de agosto de 1996, un Airbus A-310 de la Sudan Airways, que cubría la ruta Jartum-Ammán con 199 personas a bordo fue desviado hacia Lárnaca y luego al aeropuerto de Stansted (a 50 km de Londres), por siete piratas iraquíes que quería obtener asilo político en Gran Bretaña.
Se rindieron sin violencia al término de una toma de rehenes de 20 horas.
En abril de 1988, un Boeing 747 de Kuwait Airways, que iba de Bangkok a Kuwáit, fue desviado a Machhad (Irán). Los siete piratas aéreos pidieron en vano la liberación de 17 extremistas chiitas proiraníes detenidos en Kuwait. Luego el avión voló a Lárnaca, donde dos pasajeros kuwaitíes fueron asesinados por los piratas. Los últimos rehenes fueron liberados tras una última escala en Argel.
Cada vez hay más engendros de estos. La democracia es una fábrica de subnormales. Tenían que meterle la misma pena de cárcel que si fuera terrorista real, ¿quién va a pagar el sufrimiento psicológico de la gente que tuvo que soportar al enfermo del avión? Lo más triste de todo es que sin ir armado nadie le diera un porrazo, cuando eran bastante más en el avión. Lamentable la pasividad de la gente, son borregos.
¿Que será lo proximo hacese un selfie con un terrorista?
Bueno una tal Angela ya se lo hizo, espere todavia no se explote vamos a hacernos la foto…