“Anunzios ke la jente vorda”
Jen Campbell, en su libro titulado: “Cosas raras que se oyen en la librerías”, cuenta anécdotas muy curiosas en torno a este tipo de establecimientos. De todas ellas, he querido escoger una que tiene mucho que ver con la proliferación de las tiendas online, en detrimento del comercio tradicional y la desaparición, no solo de miles de puestos de trabajo, sino de la comunicación personal entre ciudadanos de cualquier clase y estrato social. La anécdota es la siguiente:
Un buen día sonó el teléfono en un establecimiento del ramo. El librero descuelga el teléfono y pregunta:
-¿Diga?
El cliente contesta:
-¿Qué tal? Quería ver si podéis ayudarme. Estoy buscando un libro para mi sobrina. Tiene seis años y no sé qué comprarle.
Librero:
-Por supuesto. ¿Qué tipo de cosas le gustan?
Cliente:
-La verdad es que no lo sé. No la veo muy a menudo, mi hermana vive fuera del país.
Librero:
-Vale ¿Cómo se llama?
Cliente:
-Sophie
Librero:
-Pues… ¿Conoce la serie Sophie de Dick King Smith? Hasta hay un libro que se titula: Sophie Hits Six (Sophie cumple seis años).
Cliente:
-Perfecto, eso suena bien.
Librero:
-¿Quiere que compruebe si hay ejemplares? Estoy casi seguro de que quedan algunos.
Cliente:
-No, no os preocupéis. Ya lo pediré por internet.
Librero:
-Pero… se lo acabamos de recomendar nosotros.
Cliente:
-Y os lo agradezco. Es una pena que Amazón no tenga una persona con quien hablar de estas cosas. Pero al menos puedo contar con vosotros”.
Este corto relato del libro de Campbell, nos debería hacer reflexionar sobre lo siguiente: Las nuevas tecnologías como internet y la posibilidad de comprar y vender productos a través de la Red, permite que el cliente pueda realizar la gestión sin tener que trasladarse hasta el establecimiento, y beneficiarse así de un precio más asequible ya que en teoría, el vendedor no grava en el precio del producto los gastos que conlleva mantener un establecimiento abierto al público. Pero por el contrario, este tipo de comercio tiene algunos inconvenientes aparte de la frialdad entre las personas que realizan las operaciones. En primer lugar la falta de seguridad en las transacciones; en segundo lugar la carencia de un trato personal por un profesional del ramo con nombre y apellidos con quien poder conversar y despejar dudas; y en tercer lugar y creo que de vital importancia, la destrucción de miles y miles de puestos de trabajo.
Las nuevas tecnologías tienen ventajas pero también inconvenientes. Lo barato sale caro, porque la comodidad nos deja a veces desamparados. Por una parte pueden ofrecernos mejores precios, pero nunca una atención tan personal como ese comercio tradicional que sostiene además un alto porcentaje de población activa.
Otro ejemplo lo encontramos en los teléfonos móviles. Nadie pone en duda las ventajas de poder comunicarse desde cualquier punto del Planeta sin tener que acudir a una cabina telefónica, y sin tener incluso que cargar con el ordenador personal a todas partes. El teléfono móvil se ha convertido en una herramienta con multitud de funciones que nos permiten gestionar cualquier trámite desde cualquier sitio y a cualquier hora.
Todo eso es cierto, pero sin querer entrar a debatir sobre los riesgos para la salud de las radiaciones que emiten los repetidores de telefonía -ya que esto sería tema para un experto en la materia-, no es menos cierto que, como ocurre con la compra/venta online, y lo hemos visto en el caso del librero, ese aparato (móvil) no solo está acabando con las comunicaciones orales entre personas dentro de las familias y en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana, sino que está condenando también a los jóvenes estudiantes a suspender en ortografía hasta las pruebas más básicas sobre Lengua y Literatura.
Y como para muestra vale un botón, me he permitido recopilar una serie de anuncios que la gente suele colocar por nuestras calles y establecimientos, que nos deberían hacer reflexionar acerca de las consecuencias que se derivan de una utilización irregular, incontrolada y enfermiza, de las nuevas tecnologías en el campo de las telecomunicaciones. Por ejemplo:
En una librería: “Por favor no habrir los libros”.
En una tienda de artículos de regalo: “¡Aviso! Se solicita trabajador(a) para trabajar”.
En un bar: “Si trae perro, átelo afuera, si no, no”.
En una droguería: “Se pintan casas a domicilio. Teléfono: (…). Con pintura”.
En el ascensor de un edificio: “EL ASCENSOR SUBE SÓLO AL SEGUNDO PISO (SIN PASAR POR EL PRIMERO)”.
Y por último, en la puerta de otro ascensor: “HA BERIAO”.
Esto es solamente una pequeña muestra de lo que ya forma parte del paisaje urbano. Como podemos comprobar, en la España de nuestro tiempo hay personas, la mayoría jóvenes, que dejan su sello personal cuando tratan de escribir en un papel un texto y hacerlo público. La gran cantidad de faltas ortográficas que se cometen y que se leen por todas partes, son achacables en parte al bajo nivel de formación, pero también a la moda de abreviar reiteradamente los SMS,s de móvil o WahtsApp,s para comunicarse durante las veinticuatro horas del día, saltándose a la torera todo tipo de normas ortográficas y reglas gramaticales.
Sea cual sea el motivo, lo que es indudable es que se trata de una “enfermedad” que se está propagando como la peste, que nadie hace nada para detenerla y sanarla, y que está convirtiendo España en un país donde la clase obrera se ha quedado sin obras; la clase media no tiene medios; y la clase alta carece de clase.
Yo reconozco que cuando tuve el primer móvil sí escribía abreviado,ya como no tengo pues no,pero vamos…que escribiría como se debe de escribir
Como se DEBE escribir (sin “de”).
Si somos tan lelos que me gustaría poner el ejemplo de las emisoras de radio Soy oyente de toda la vida y pese a que cada vez que dan menos emisoras que se puedan es cuchar hace años informaban del santoral del dia hoy por ejemplo (San Elpidio Santa Antusa) esto era hasta gracioso por los nombres tan raros y casi de risa. Ya no, todo lo que venga de la iglesia esta mal visto y sustituyen los santorales por dias del niño del gato la abuela del nano el agua caperucita roja y no se que mas. Pues hoy… Leer más »