Sin libertad de expresión en Turquía
O eso parece, si se valora, objetivamente, lo que ha sucedido con la columnista holandesa Ebru Umar detenida por unos tuits críticos con el presidente Erdogan. Parece increíble que esto suceda en un país euroasiático como Turquía, y que Umar tenga que ser asistida en la vista ante el tribunal turco, por un abogado enviado por el cónsul honorario de Holanda es tremendo.
Pero, esta falta de libertad para hablar sobre el mandatario máximo de la república turca queda verificada, si se piensa que el presidente turco ha demandado a 1.800 personas por insultos o chistes sobre él, en los últimos 18 meses. Ciertamente, los insultos son algo inadecuado e improcedente, pero las caricaturas y el humor no. Según dice Akgün, uno de los fundadores de la revista Leman, en Turquía se abre juicio a cualquiera por compartir algo en las redes sociales.
En este bello país las penas por insultar al jefe del Estado conllevan penas de cárcel de más de 5 años. En el caso de la columnista la publicación de unas críticas no son motivo para detenerla y someterla a juicio. En España, y en el resto de países europeos esto no sucede, como es lógico, porque si ocurriera, habría miles o cientos de miles de juicios, o causas judiciales más, de los que ya se celebran. Aparte de que sería algo que iría, directamente, contra los derechos humanos, y los principios constitucionales y legales.
Es verdad que han sido muy sonados los juicios contra el caricaturista Musa Kart por dibujar a Erdogan como un gato. Y la acusación contra una modelo, simplemente, por compartir en las redes un poema satírico respecto al presidente, roza también lo esperpéntico. Si en los países europeos se procediera así, habría multitud de detenciones continuamente.
Es lamentable que todos los turcos sepan, desde hace tiempo, que hablar de Erdogan puede suponer ir al banquillo. Es como si vivieran en una dictadura, aunque, teóricamente, no lo sea.
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Otra decisión que es claramente desproporcionada, a mi juicio, es el de la apertura de un peritaje para determinar si comparar a Erdogan con Gollum, el personaje de “El Señor de los Anillos” es un insulto al presidente de Turquía.
No hace falta poner más ejemplos, con los indicados, los lectores ya se pueden hacer una idea de la situación, respecto a la libertad para expresarse en territorio turco.
Es cierto que el presidente turco ha cambiado la legislación, en el sentido que consideraba más apropiado para sus intereses políticos. Pero es de sentido común que la justicia turca y el gobierno deben proceder como las democracias europeas y respetar, de forma similar, las críticas y el humor sobre las autoridades políticas. Es lo que sucede en países como España, Francia, Reino Unido, Holanda, Italia, Bélgica, y el resto de estados que componen la Unión Europea. Únicamente, se pide eso.