Poliamor, la tendencia sexual que la sociedad no acaba de aceptar
Carlos Álvarez Cozzi.- El poliamor, como alternativa a los conceptos heredados de pareja, celos o fidelidad, gana terreno y sus activistas luchan para que las leyes los tengan en cuenta. Tomemos un texto de la web sobre este tema: “Entonces el señor ratón y la señora ratona, que estaban muy enamorados, vivieron juntos, tuvieron ratoncitos, fueron felices y comieron perdices, perdón, queso. Más adelante, doña ratona conoció a otro ratón y como le gustaba mucho, éste fue a vivir con ella y su familia durante un tiempo, hasta que encontró una nueva madriguera, a la que iba la ratona a visitarle. Los tres ratones adultos, aunque discutían a veces, como todas las familias, se querían mucho y los pequeños ratoncitos crecieron con dos papás y una mamá, que les fueron enseñando como cuidar de si mismos y como escapar de los gatos.
La versión poliamor del hipotético cuento de los ratones no está todavía disponible en las librerías, y a juzgar por los resultados que se pusieron sobre la mesa en el congreso Queering Partnering, que tuvo lugar en la Universidad de Coimbra, el pasado 30 y 31 de marzo, parece ser que se hará esperar. Según el Proyecto Intimate, financiado por el European Research Council, coordinado por Ana Cristina Santos y que tiene por objeto analizar las diversas formas de convivencia y relación de la población LGBTQ en España, Italia y Portugal, la no-monogamia es menos aceptada por la familia o la sociedad que la homosexualidad. Al fin y al cabo, las parejas homosexuales repiten el modelo tradicional, aunque los dos miembros sean del mismo sexo. La verdadera revolución a nivel sexual, de afectos, relaciones, convivencia y, en cierta forma también social, viene de la mano de lo que se denomina poliamor.
En palabras de Giazú Enciso, psicóloga, activista e investigadora sobre estos temas, que publicó su tesis Poliamor, afectos y emociones en la Universidad Autónoma de Barcelona,“una definición de poliamor puede ser la de una relación de más de dos personas al mismo tiempo. De amor y compromiso, y no necesariamente sexual. Donde todas las personas involucradas saben y están de acuerdo en estar en esa relación. En mis conferencias siempre pongo el ejemplo del típico triángulo amoroso jefe-secretaria-esposa. Normalmente los tres lo saben, pero eso no es consenso, no significa que estén de acuerdo, no hay negociación. Hay resignación, mentiras e infidelidades. En el poliamor se ama a más de una persona al mismo tiempo, no se trata de follar a la mayor cantidad de gente posible”.
Hace ya tiempo que muchos llevan viendo la monogamia como las historias que nos contaba la factoría Disney, poco real y en colores brillantes. Empezando por el lado meramente científico y biológico, hay ya abundante literatura que nos demuestra que es muy difícil, por no decir imposible, encontrar especies en el reino animal que cumplan esta regla. El mito de la monogamia: la fidelidad y la infidelidad en los animales y en las personas (Siglo XXI, 2003), escrito por el zoólogo David P. Barash y la psiquiatra Judith Eve Lipton, utiliza diferentes saberes –biología, fisiología, antropología– para demostrar lo irreal de esta idea y lo poco conectada que está con el instinto animal. Hasta ahora se decía que muchas especies, sobre todo algunas aves, eran monógamas; pero las nuevas técnicas de determinación del ADN han permitido descubrir que los genes de muchos polluelos no siempre son del padre, y que engañar a la pareja, en ambos sexos, es algo mucho más común de lo que creemos y no requiere necesariamente de la existencia de Ashley Madison. La monogamia social existe en muchas especies, pero la sexual es algo insólito en la naturaleza.
La historia es otra prueba evidente de que la pareja, como célula social que luego dará paso a la familia, no es el único modelo posible, sino que hay muchos otros, basados casi siempre en razones económicas o de supervivencia. Además de la poligamia de los países árabes o de los mormones de Utah; la poliandria –una mujer que convive con varios varones– se practica en el Tíbet, en algunas zonas de India y era habitual entre los inuit, cuando había un exceso de hombres debido, en parte, a la horrible costumbre de matar a los bebés niñas. Y en Loshui, China, la comunidad Mosuo, es un ejemplo viviente de sociedad matriarcal, ya que sus mujeres viven en comunidad con sus hijos pequeños. Ellas son dueñas de los animales y la tierra y reciben a sus amantes o parejas de noche, pero no se casan ni viven con ellos.
Dos son compañía, pero tres no siempre es multitud.
Puesto que la monogamia hace aguas y conceptos como amor, pareja, celos, afectos, fidelidad, matrimonio, traición o exclusividad son subjetivos, creaciones sociales o invenciones humanas; muchos empiezan a buscar alternativas al modelo de pareja tradicional, como pueden ser las relaciones abiertas o el poliamor. Golfxs con principios, en Madrid, es un colectivo dirigido a informar, dar herramientas y recursos a los que apuesten por las relaciones DIY. Según Miguel Vagalume, su impulsor, “en 2008 empezamos a reunirnos como grupo informal en fiestas, donde se mezclaban un montón de identidades, prácticas y tipos de relaciones. El nombre surgió como una traducción suavizada de uno de nuestros libros favoritos, el que marcó un antes y un después, Ética Promíscua, de Dossie Easton y Janet Hardy (Melusina, 2013), aunque yo ya escribía en el blog La Mosca Cojonera sobre sexualidad no convencional desde 2006. A través de charlas, eventos, actividades e información pretendemos ayudar a aquellos que quieran vivir una sexualidad diferente. Ofrecer todas las piezas posibles con las que cada cual pueda construirse su propio puzle, su propio Lego”.
Aunque Golfxs con principios no es un grupo cuya labor sea la militancia, para eso ya están asociaciones de poliamor en diferentes partes de España, si que, según Miguel, “abogamos por unos cambios legislativos que dejen de asociar una serie de derechos a un determinado modelo de relación y no a otros. Siendo el matrimonio un acuerdo con unas enormes implicaciones económicas, es curioso como se asigna únicamente a un determinado tipo de vínculo amoroso que debe demostrarse auténtico. Es un asunto muy extenso, y que afecta a muchos aspectos de la vida”.
Los abanderados del poliamor crecen cada día, realizan bodas que, aunque no tienen validez legal, sirven para apoyar y dar visibilidad a su causa y muchos, aunque no todos, creen que el siguiente paso, tras la consecución del matrimonio entre personas del mismo sexo, es el de las uniones entre más de dos individuos. La Asociación Poliamor Madrid,con un año y medio de vida, centra sus esfuerzos en otro punto. Según Karen Moan, su portavoz, “nosotros no creemos en el matrimonio como institución, aunque respetamos a los que la elijan. Nuestros esfuerzos, como activistas, están más en la línea de conseguir que la custodia legal de un niño puedan tenerla más de dos personas, o en que las uniones poli tengan los mismos derechos que las parejas de hecho”.
Brad, 37 años, y Patricia (33), llevan una relación poliamorosa con Andrés (41). Los tres viven en Barcelona, aunque no comparten casa. Patricia y Brad tienen un hijo de 4 años y Andrés vive solo. “Nunca nos planteamos nada a priori”, cuenta ella, “sino que las cosas han desembocado así. Tras un cierto tiempo viviendo como una pareja normal, Brad y yo desembocamos en una relación abierta. Llegado un punto nos empezamos a aburrir, queríamos otras cosas, aunque estábamos muy bien juntos, y decidimos permitirnos algo más, relaciones esporádicas sin ninguna consecuencia. Pero Andrés la tuvo y empezó a ser algo más que una aventura”. Ninguno de ellos se ha planteado nunca decir su verdadera condición ni salir del armario. “Jamás lo entenderían”, cuenta Patricia. “Para los vecinos y para el niño Andrés es un buen amigo de mamá y papá, que a veces pasa días con nosotros o nos acompaña en vacaciones. De momento no hay más preguntas. Cuando el niño crezca, tal vez se lo expliquemos, aunque nadie sabe si para entonces seguiremos juntos”. “¿Los celos?”, responde esta poliamorosa a mi pregunta sobre problemas en la relación, “si fuéramos celosos no estaríamos así, aunque también tenemos nuestros problemas. Esto no es la panacea, yo diría que los conflictos surgen más por temas de rivalidades, competencias; pero son las mismas que hay entre personas del mismo sexo, amigos o familiares”.
El gran problema y, al mismo tiempo, la gran ventaja del poliamor es que viene sin libro de instrucciones y no se disponen de muchos modelos a seguir. Iván Rotella es sexólogo, director de Astursex, un centro de atención sexológica en Avilés, y miembro de La Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología (AEPS). Por su consulta pasan relaciones poliamorosas en busca de consejo. “Desde un punto de vista convivencial este modelo lo complica todo”, sentencia Rotella, “pero también propicia que la relación se construya a medida y que esté en permanente estado de revisión, lo que ayuda a su mantenimiento. El principal problema de las parejas al uso es que no negocian ni se comunican, y piensan que todo viene rodado. Yo diría que los que se inclinan por el poliamor son personas con una curiosidad erótica, a los que el ‘hasta que la muerte los separe’ no convence demasiado, los que tienen un pensamiento crítico respecto a todos esos conceptos alrededor del amor y la pareja, que hasta ahora parecían inamovibles”. En el apartado de los inconvenientes, este sexólogo subraya que “entre los hombres abunda la competitividad erótica –quién es mejor amante o quién la tiene más grande–, mientras que ellas pueden verse más inseguras frente a otra mujer más joven”.
Victoria Rosa es una coach de relaciones abiertas y poliamor (umbrellacoaching.com) que vive en Londres. Según ella, “la pareja ha vivido una importante evolución y veremos un gran cambio en los años que vienen. Aparecerán nuevas formas que convivirán con las más tradicionales. Pero incluso, para los que no abracen el poliamor, sus reglas pueden ser muy útiles para todos y pueden ayudar a gestionar los celos o a vivir el divorcio de una forma mucho menos traumática. Los países del norte de Europa nos llevan ventaja en libertad sexual y en independencia, ya que las naciones del sur, al ser más comunitaristas y depender más de la familia, se atreven menos a romper los moldes”.
Muchos ven el poliamor como un instrumento de lucha feminista para acabar con el modelo patriarcal. De hecho, como apunta Miguel Vagalume, “las dos biblias de este pensamiento han sido escritas por mujeres, Ética Promiscua y Opening Up (Melusina, 2015) de la feminista norteamericana Tristan Taormino. Los hombres han compaginado y solapado relaciones con el beneplácito de la sociedad. Ellas no podían, se las hubiera tachado de putas”.
No se necesita mucha formación humana para apreciar a que grado de desintegración y desvinculación está llegando la sociedad posmoderna. Las personas se consumen como si fueran cosas, y luego, claro, se desechan. El sentido del compromiso no existe, es deleznable para esta concepción del llamado “poliamor”, que de amor, claro, ¡no tiene nada!
Propongo matrimonios poliamorosos entre los socios y aficionados de los clubs de fútbol
Aquí hay una movida de la que la peña no se está dando cuenta, me parece, me da impresión, de que lo del poliamor es para gente muy muy sofisticada con una o más carreras universitarias, muy muy progres y con un sentido del compromiso muy poco común y con un sentido de las relaciones muy exclusivo. Algo de lo que no se dan cuenta los psicologos -de los cuales la gran mayoría no dicen más que gilipolleces, habida cuenta de que se jartan de maría en la uni-, es que lo del poliamor está hecho para una clase especial… Leer más »
Sí, pero luego te encoñas con tu futura parienta y ya no la dejas. ni por 20 calendarios del Playboy
Tienes razón, pero con muchas salvedades, tú tienes tu parienta, que será la madre de tu hijo o ya lo es, pero que tampoco te importaría seguir dándole caña a la plantilla de victorias sicret siempre y cuando la parienta no se enterase, porque quieres seguir con ella a tu lado. (por aquello de asegurar la supervivencia de tu hijo…o qué se yo)
En definitiva, parienta sí, pero victorias sicret también
Hombre, es verdad que si tuviera un Velázquez en casa, uno no dejaría de visitar el Museo del Prado
Yo quiero casarme con mi lavadora. La amo.
“Más de dos en el amor es una multitud”
Los aforismos siempre tienen prevista toda la sabiduría.
Si se puede elegir, yo me pido un haren pa mi solito y que me mantengan ellas je je je. Juro que las voy a querer mucho, mucho.
Efectivamente. Y si a Usted le gusta pegar a los viejos, oiga, no se prive, que la libertad y hacer lo que le dé a uno la real gana es lo moderno y lo que “priva”.
Vamos retrocediendo con una fuerza impresionante eliminando la racionalidad y dando paso al mero bestialismo y caos mental.
Hombre si la poli esta guena, se le puede hacer un favor, y darle con la porra duro.
por que mayoría de la gente en la actualidad ve la poligamia como inmoral, mientras que la Biblia en ninguna parte la condena explícitamente???El primer caso de poligamia /bigamia en la Biblia fue Lamec en Génesis 4:19, “Y Lamec tomó para sí dos mujeres;…” Muchos de los hombre prominentes en el Antiguo Testamento fueron polígamos. Abraham, Jacob, David, Salomón, y otros; todos tuvieron varias esposas.
Usted nunca ha tenido novi@/espos@? Nunca ha estado enamorad@? Quizá nunca lo haya estado. Hay gente que no puede disfrutar ese sentimiento por motivos que desconozco. Pero la mayoría de occidentales creo sí somos capaces de ello. Cualquiera que haya vivido esa experiencia natural le podrá asegurar que hay pocas cosas peores que imaginar a la persona amada con otro hombre o mujer. Son cosas que no se aprenden. va en nuestros genes y así es como nos hizo Dios o la naturaleza. Empeñarse en añadir un tercero a la ecuación sentimental es ir contra la naturaleza. Y como todo… Leer más »
Sr Crapula, si es que no se ni por que nos molestamos, yo he hecho un comentario ironico en esta noticia hace unos dias y viendo las respuestas no se ni que pensar de la fauna que nos rodea…
Siempre nos quedara pensar que sembrando, cosecharemos algo.
A Adán Dios le dio una Eva, no dos; y a la Virgen María, Dios le dio un San José y no dos, o tres o cuatro o cinco o seis…… Cientouno, ciento dos… Ochocientos veinticinco, ochocientos veintiséis……….
Me parece muy mal que se me censure un simple comentario mío en el que no faltó a nadie y sólo pongo como ejemplo los casos de poligamia existentes en la Biblia y en el nuevo testamento…
Se ta olvidao decir que si el hombre tiene un rabo también tiene dos guevos.
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Debemos apresurarnos si queremos revertir la tendencia catastrófica de la sociedad occidental que ya denunciaba Splenguer hace décadas. Debemos despojarnos de complejos y mantras inculcados por los medios al servicio del NOM. Simplemente se trata de recuperar el sentido común y pensar por uno mismo. Analizar y sacar conclusiones obedeciendo a nuestro propio instinto de conservación. Todo lo que no obedezca a ese patrón nos llevará al colapso.
pues nada: a vivir como bestias salvajes que eso es “progreso”
Vivir como bestias no es eso….eso es disfrutar de la vida….yo personalmente nunca lo haría pero si esas personas lo hacen y no molestan a nadie me parece perfecto