Ilegales encaramados a la valla en Melilla.

Por José L. Román.- Ante los próximas elecciones generales y frente a un problema gravísimo como el de la inmigración ilegal, vuelve a surgir un contraste de luz y de oscuridad; metáfora que se sostiene por esos dichos muy nuestros como: “revelar algo” para que sea de conocimiento público; “aclarar cuentas” para despejar dudas; o “permanecer en el anonimato” que es, ni más ni menos, lo que están haciendo en campaña electoral “los cuatro” candidatos elegidos por “Atresmedia” para alcanzar la Moncloa, cuando silencian mediante un acuerdo tácito el gravísimo problema planteado sobre la inmigración ilegal.

Me estoy refiriendo a una cuestión que nadie, con un mínimo de sentido común debería valorar aisladamente, sino más bien tendría que solaparse a otras como nuestro alarmante número de desempleados; a un terrorismo yihadista que nos acecha; a nuestro moribundo sistema de pensiones; a nuestra deuda “eterna”; y a una religión islámica, a todas luces intolerante, que está siendo apoyada sin fisuras por las instituciones españolas para que se extienda e implante en nuestro pueblo, no solamente poniendo en peligro nuestras raíces occidentales cristianas y nuestras infraestructuras sociales, sino conculcando y pisoteando los derechos más elementales de las mujeres.

Aunque los podemitas y otros partidos de izquierda son los más coherentes fuera de campaña cuando anuncian alegremente apertura total de fronteras y papeles para todos, son “los cuatro” elegidos para candidatos por “Atresmedia”, los que durante la contienda electoral permanecen mudos como en un rincón donde no llega la luz, para ocultar la verdad sobre lo que piensan hacer si gobiernan, acerca de este gravísimo problema que tenemos planteado los españoles.

“Los cuatro”, omiten tácitamente lo que fuera de campaña proclaman y sostienen; pactan “por debajo de la mesa” un silencio para que la luz no desvele sus verdaderas intenciones. Se trata de una maniobra calculada, siniestra y oscura, aunque gracias a Dios no lo suficiente, para que, como decía San Lucas, “sea tan oculto que no se haya de manifestar ni tan secreto que al fin no sepa”.

Pero, ¿cuál es la verdad escondida por “los cuatro” durante la campaña electoral y que muy a su pesar acabamos descubriendo, no por la información de los medios oscurantistas al servicio del sistema, sino por los acontecimientos que se vienen desarrollando en algunos países de Europa?

Pues la verdad que los españoles percibimos y que nuestros políticos de izquierda y los medios informativos nos intentan ocultar es que, mientras miles y miles de cristianos son masacrados en cualquier latitud del Planeta en nombre del islamismo, nos imponen que acabe por implantarse definitivamente en España, sin tan siquiera consultar a nuestro pueblo vía referéndum para que éste decida democráticamente si quiere o no, una religión como la islámica, que somete a las mujeres desde que nacen hasta que mueren.

La izquierda, quiere para España fronteras abiertas y papeles para todos en nombre del socialismo y el marxismo, auspiciando la religión islámica, pero sin embargo, no dicen a su electorado que:

Si cruzas ilegalmente la frontera de un país marxista como Corea del Norte, puedes ser condenado a doce años de trabajos forzados.

Si cruzas ilegalmente la frontera de un país teocrático y cliente de “Podemos” como Irán, te detienen por tiempo indefinido.

Si cruzas ilegalmente la frontera de un país islamista como Afganistán, eres blanco de los fusiles de su ejército.

Si cruzas ilegalmente la frontera de un país con una monarquía teocrática de religión islámica y amigo de Occidente como Arabia Saudí, acabas con tus huesos en la cárcel.

Si cruzas ilegalmente la frontera de un país gigantesco, poderoso y marxista como China, es posible que jamás se vuelva a saber nada de ti.

Si cruzas ilegalmente la frontera de un país marxista y amigo de los podemitas como Venezuela, te acusarán de espía y podrás dar tu futuro por perdido.

Si cruzas ilegalmente la frontera de un país marxista y amigo de los podemitas como Cuba, serás condenado a cadena perpetua como preso político.

Y con todo este arsenal, el PP, que representa a la derecha liberal española, no contraataca a la izquierda marxista y socialista, por complejo y cobardía, y se convierte en uno más de “los cuatro” candidatos de “Atresmedia”, que durante la campaña electoral omite y da por asumido entre sus votantes, que si cruzas ilegalmente la frontera de un país como España, incluso por la fuerza, te habrás hecho acreedor a través de cualquier oenegé de los siguientes derechos:

Un certificado de empadronamiento.

Un trabajo y una vivienda digna pagada por el ayuntamiento de turno y, en su caso, un subsidio a cargo de las arcas públicas por tener hijos en riesgo de exclusión social.

Una tarjeta de la Seguridad Social que te permitirá gozar de una asistencia sanitaria pública sin límite alguno, a cargo del presupuesto español.

Enseñanza pública gratuita y gastos de comedor para tus hijos.

Miles de cargos políticos, instituciones locales, autonómicas y nacionales, así como la gran mayoría de medios de comunicación, que te protegerán y darán prioridad frente a los hijos de España.

El derecho a tomar la calle y manifestarte para protestar, cuando consideres que no se respetan tus derechos.

El derecho a utilizar los símbolos y normas de tu religión, aunque ésta atente contra las costumbres y tradiciones españolas, o contra los derechos más elementales de las mujeres.

El derecho a delinquir de forma reincidente con total impunidad, ya que, aparte de defensa gratuita de la que dispondrás por parte de la oenegé de turno, la expulsión de nuestro país es un trámite costosísimo y con una burocracia pausada, lenta e interminable.

Y, por último, podrás adquirir el derecho a votar y a presentarte a unas elecciones en las listas de un partido político, en igualdad de condiciones que cualquier hijo de España.

En resumen, que este acuerdo tácito para silenciar y no plantear el problema de la inmigración ilegal ante los próximos comicios, no es ni inocente ni anodino, puesto que entraña consecuencias muy graves, y es normal que algún día sus responsables deban pagar por ello.