El Real Madrid ganó con la camiseta
Alejandro F.- Las finales no se juegan, se ganan; el equipo de Simeone tuvo en sus manos la posibilidad de asestar un golpe a la historia, pero tuvo miedo de ser grande.
La debacle del Atlético de Madrid tuvo tres puntos de inflexión fundamentales.
ENTRARON DORMIDOS
Si algún sello distintivo ha tenido el Atlético del Cholo es la concentración máxima desde el pitazo inicial, esa intensidad que ahoga e intimida a sus rivales. El Atlético siempre ha llevado al rival a jugar el partido que le gusta.
Eso no sucedió en la final de Milán, desde Oblak hasta Torres, los jugadores colchoneros se quedaron en el vestuario los primeros veinte minutos y le permitieron al Real Madrid sentirse cómodo sin ser un gran equipo.
Bale y Casemiro dictaron el ritmo del partido desde el inicio y los volantes del Atlético no tuvieron respuesta para evitar lo que se veía venir desde aquel remate de Benzema que salvó de manera milagros Oblak. El gol del Real Madrid era solo cuestión de tiempo, llegó muy pronto y eso le permitió al equipo de Zidane poner a los de Simeone en la peor situación posible.
A partir del primer cuarto de hora del partido el Atlético de Madrid tuvo que jugar otro partido, uno en el que no se siente cómodo, en el que pierde su razón fundamental, desde ese momento le correspondió ser protagonista, tuvo qye llevar el ritmo ofensivo y la propuesta. Allí no son fuertes.
NO PUEDES PERDONAR
En el arranque del segundo tiempo el discurso de Simeone en el vestuario pareció calar en sus jugadores, la actitud fue ideal y muy pronto llegó la oportunidad de cambiar para siempre la historia, penal a los cinco minutos, Griezmann tuvo en sus botines el momento de giro definitivo del partido. Falló.
No perdonas al Real Madrid a los cinco minutos del segundo tiempo estando un gol abajo. En mi concepto en el instante que Griezmann estrelló el balón en el larguero, terminó la Champions para el Atlético.
Regresar después de perdonarle la vida al equipo más ganador de la historia es imposible.
NO MATARON CUANDO PUDIERON
Fue tan interesante el trabajo del Atlético en el segundo tiempo, que a pesar del yerro de Griezmann igualaron el partido y luego tuvieron a merced al Real Madrid, pero les faltó jerarquía, carecieron de lo que le sobra al Real Madrid; historia, abolengo, grandeza.
Simeone se demoró en hacer cambios, no supo gestionar el momento en el que los jugadores del Real Madrid se arrastraban por la cancha, el Cholo tuvo un momento exacto en el que debió ir por la yugular de su rival, pero dudó, no se atrevió, dejó llegar a los penales a los merengues.
Correa y Thomas tuvieron que estar en la cancha los treinta minutos del alargue, la zaga blanca no hubiera resistido el ritmo de dos jóvenes atrevidos enteros físicamente. Griezmann y Torres estaban liquidados.
Tras ganar al Atlético de Madrid 1-1 (5-3 a los penales), El Real Madrid consigue su undécima Copa de Europa. El Rey del Viejo Continente vuelve a Reinar. (Photo by Shaun Botterill/Getty Images)
Al final el Real Madrid se impuso con total validez, porque es grande, porque nunca se rinde, porque aunque jugó mal, traicionó su historia y no enfrentó a ningún rival fuerte en la presente edición de la Champions, al final la ganó.
Por eso el real Madrid es el más grande de la historia, porque aún jugando mal, gana títulos, y la historia no recuerda los procesos, ni el estilo particular de una edición puntual de un torneo; al final lo único que recuerda y valida la historia son los títulos y hoy el Real Madrid tiene once.
El R. Madrid, expresión más que sobrada del mundialismo disolvente. Aunque todos los clubs grandes son presa de ello, este equipo (al igual que el FC Barcelona) refleja los cánceres del cosmopolitismo despersonalizado y antinacional. Sus jugadores, niñatos mimados y multimillonarios, muñecos de publicidad frívola y decadente, en muchos casos batidora de multiculturalidad asesina de las identidades, con un entrenador expresión viva de la islamización de Europa. Patrocinado en su publicidad por el arabismo wahabita que se está haciendo con el futbol europeo. Nada que ver con el glorioso Real Madrid de los 50, 60, 70 y 80 del pasado… Leer más »
El R. Madrid, expresión más que sobrada del mundialismo disolvente. Aunque todos los clubs grandes son presa de ello, este equipo (al igual que el FC Barcelona) refleja los cánceres del cosmopolitismo despersonalizado y antinacional. Sus jugadores, niñatos mimados y multimillonarios, muñecos de publicidad frívola y decadente, en muchos casos batidora de multuculturalidad asesina de las identidades, con un entrenador expresión viva de la islamización de Europa. Patrocinado en su publicidad por el arabismo wahabita que se está haciendo con el futbol europeo. Nada que ver con el glorioso Real Madrid de los 50, 60, 70 y 80 del pasado… Leer más »
No es injusticia sino mala pata por no tener fe suficiente, Simeone lo sabe. Tiene la negra desde el minuto uno. Tendria que haber ido en bermudas y hawaiana. El madrid es solo una enpresa iluminati con sus semidioses ingenuos y maravillosos.nasqueroso su sacerdote florentino el cochino, pues nonque dice que la violencia es yihadista. Disculpo los muertos en irak el hijodeperra por la violencia de los yihadistas. Es decir laviolencia de los luchadores. Florentino ponte la chilaba ya cabron.
Llevo tu camiseta las ganas de vencer,los días que tu juegas son todo lo que soy,ya corre la saeta,ya ataca mi Madrid,soy lucha soy belleza el grito que aprendí, ¡Madrid,Madrid Hala Madrid y nada más y nada Más Hala Madrid.