Bilderberg, el poder en la sombra
Considero que el Club Bilderberg, con su secretismo, es un poder paralelo respecto a los gobiernos de los numerosos países del mundo. En este preciso sentido, es claramente incoherente e irracional que líderes empresariales, ministros, altos dirigentes políticos, profesores de Universidad, etc., se ocupen de conversar y, supuestamente, de tomar decisiones de forma oculta, y que nos afectan a todos.
Una cuestión diferente es que estas reuniones se celebraran con luz y conocimiento público de lo que se habla y se pretende lograr. Si así fuera, podrían ser legítimas o, al menos, justificables como un intercambio de análisis y opiniones, acerca de asuntos que nos incumben a todos, con el fin de buscar las mejores soluciones a los problemas mundiales. Pero, como era de esperar, en las noticias de las televisiones no se ponen de relieve los aspectos negativos relacionados con el secretismo de este tipo de encuentros, y con los intereses económicos y políticos en juego. No es de extrañar que el neoliberalismo del Club Bilderberg impaciente a la opinión pública. Porque lo que necesita el mundo son planteamientos solidarios, equitativos y justos, y que no siga la explotación de los más débiles por un neocapitalismo feroz.
Como círculo de poder posee una fama considerable, pero inmerecida, si son ciertas las operaciones que ha tramado. Solo cuatro españoles figuran, oficialmente, en la lista de asistentes de estos días en Dresde.
El mantenimiento de privilegios es algo intolerable en pleno siglo XXI. Y que los miembros de Bilderberg decidan cuándo y cómo aumentará el precio del petróleo, o si debe haber cambios políticos o de moneda, etc., no es algo ético. Sobre todo, porque se hace de forma oculta, y sin contar con la ciudadanía, y con los procedimientos democráticos, que son los que deben regular la acción de los gobiernos en el mundo. Ni siquiera la ONU ostenta un poder semejante. Los jefes de las petroleras y los representantes de los medios de comunicación más influyentes del planeta, y altos cargos de los gobiernos más poderosos, no deben decidir sobre cuestiones económicas, sociales y políticas, de modo clandestino.
Los estados y el derecho internacional no deberían permitir este tipo de reuniones, como las realizadas por el Club Bilderberg. Y, si lo que se habla por parte de los asistentes es, simplemente, definible como conversaciones informales, o mero intercambio de opiniones, que se divulguen, de forma abierta, para que se enteren los ciudadanos.
Como representación española aparecen en este año 2016 en la reunión del Club Bilderberg: Juan Luis Cebrián, Ana Patricia Botín, César Alierta, y el economista Luis Garicano, asesor de Ciudadanos.
Es significativo que los temas de debate que serán tratados son los que preocupan, de forma general, a todos: China, los problemas migratorios de Europa, la situación de Oriente Medio, la economía de EEUU, la ciberseguridad, la geopolítica de la energía, innovación tecnológica, clase media, precariedad, etc. Lo que no puede ser es que los poderes fácticos de las grandes corporaciones, etc., impongan sus directrices a los gobiernos de los Estados.
Analizar la actualidad es legítimo, pero pretender actuar como un gobierno mundial en la sombra no lo es. Tampoco el interés de mantener los grandes privilegios y la injusticia social global no es una actitud política responsable, sensata y racional.
Que, el mayor experto mundial sobre el Club Bilderberg Daniel Estulin, afirma que la influencia de este círculo de poder se ve en Ciudadanos, y hasta en el surgimiento de Podemos. No creo que sea así. Otra cuestión es que ocho millones de personas estén en mala situación económica, y que esto propicia que aparezcan nuevos modos de hacer política. En cualquier caso, lo que no se merecen los hombres y mujeres del mundo es vivir como esclavos deshumanizados del neocapitalismo representado por Bilderberg.
Tienen éxito porque son invisibles, como ya tienen mucho conseguido, ahora no les importa que sepan de sus reuniones, eso sí, bajo actas secretas de los temas tratados. Ya lo dijo Rockefeller ante miembros de la ONU dando las gracias a los medios de comunicación por no informar sobre ellos durante años.
La pertenencia a una nación es la que protege a los que no somos parte de la oligarquía económica. Hay pacifistas inconscientes que están contra las fronteras y las banderas: justo lo que impide que seamos esclavos.
Hay una escritora llamada Cristina Martín Jiménez que ha escrito varios libros sobre el tema…Donde dice que se decidió la abdicación de Juancarlos,y ahora la salida del club de la reina Sofía
El club Bilderberg es parte de lo que dirigen el mundo desde las logias masonicas que casi siempre pertenecen al CFR, Trilateral y Club de Roma es decir lo mejor no, lo peor de cada casa. Todos aquellos que cuando hay problemas dicen que esto no es una conspiración judeomasonica son unos sinverguenzas o imbeciles redomados, lo peor es que ya no conspiran ya hablan abiertamente de sus planes y avanzan porque no se les para, ahora estan ebrios de poder lo cual es muy peligroso pero tambien les debilita al precipitarse.
Estoy totalmente de acuerdo con Usted. En que se tendria que saber todo de lo que se habla y de todas las decisiones politicas, porque este club para mi, parece pura mafia, y el resurgir estos partidos nuevos,mas bien es por la situación social, y los robos masivos que ha habido durante toda esta falacia de democracia, como bien dice Usted
El poder de estos clubes es una realidad,y como bien dice el titulo de este artículo operan en las sombras,son variadas sus ramas,no solo Bilderberg sino,Huesos y calaveras,los masones,los Illuminatis,que están cohesionados para llevar adelante el nuevo orden mundial,Todo esto aunque tú no creas está escrito en la palabra de Dios,donde la escritura dice que cuando salga la iglesia de la tierra,se manifestará aquél inicuo.2Tesalonicenses 2:7 Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. 2:8 Y entonces se manifestará… Leer más »