Enrique Moradiellos relata la ‘Historia mínima de la Guerra Civil Española’: “Franco dio una lección de supervivencia”
El historiador Enrique Moradiellos ha recopilado en menos de 300 páginas la ‘Historia mínima de la Guerra Civil’ (Turner), un trabajo analítico en torno al conflicto español que recoge “un cambio de perspectiva” del autor sobre algunos de sus sucesos más importantes y también sobre las figuras más destacadas de esta batalla.
“Mi idea sobre la guerra ha ido cambiando y un ejemplo de ello es la opinión sobre Franco: ahora me parece una personalidad más compleja de lo que pensaba e incluso me ha sorprendido su inteligencia. Dio una lección de supervivencia en un contexto muy duro”, ha señalado Moradiellos en un encuentro con la prensa.
El historiador ha querido acabar con la idea de que el exjefe del Estado español fue “un tiranuelo cruel y afortunado”, ya que entiende que “barajó muy bien sus cartas”. “A diferencia de la creencia establecida, daba sopas con honda a Serrano Suñer, que podría ser más culto, pero en política hace falta tener olfato e instinto. Y Franco lo tenía”, ha afirmado.
‘Historia mínima de la Guerra Civil española’ aborda el conflicto atendiendo a los acontecimientos que ocurrieron en los dos bandos, con un apartado especial sobre la participación internacional de países como Francia, Alemania o Italia. Basada en fuentes primarias, se reproducen fragmentos de discursos, cartas o diarios personales, entre otros documentos.
Según Moradiellos, resulta imposible que, al hablar de esta guerra, “no surjan refriegas” debido a distintos puntos de vista. A su entender, la Guerra Civil únicamente puede situarse en el tiempo desde su comienzo, el 17 de junio de 1936, hasta la conclusión, el 1 de abril de 1939, a diferencia de algunos analistas que contemplan otras fechas tanto de inicio como de final.
“En las ciencias humanas las palabras tienen sentido y, cuando se habla de guerra, se está diciendo que hay dos bandos dispuestos a enfrentarse por un tiempo prolongado y con muertos de por medio. La Guerra Civil no empieza en 1934 o termina en 1975 con la Transición, como algunos pretenden”, ha señalado.
UN REGUERO DE PÓLVORA
Respecto al bando del alzamiento, ha explicado que se puso en marcha con “una conspiración no muy bien organizada”. “En el libro se ve perfectamente cómo se fue extendiendo como un reguero de pólvora, pero no llegar a sublevar ni Madrid, ni Barcelona ni Valencia fue una barbaridad”, ha afirmado.
La “rápida internacionalización” del conflicto fue decisiva para este bando, ya que contó con poderoso aliados. “Reino Unido y Francia todavía no estaban tan militarizados como Italia y Alemania y la República no podía pedir ayuda armada a países como México, muy débiles en este aspecto”, ha indicado.
EL MITO DE UNA “REPÚBLICA INMACULADA”
Por su parte, el bando republicano, cuya “figura más inteligente con diferencia” fue Juan Negrín, se encontró con este alzamiento tras unas decisiones “cuestionables”, entre ellas las de aprobar una Constitución “muy defectuosa” sin un referéndum con “marcadas políticas anticlericales”.
“Existe el mito de una República inmaculada que cuatro beatos destruyeron con la fuerza de las armas, pero la Guerra Civil no fue una militarada, había una crisis de autoridad. Donde no hay guerra es donde uno se somete”, ha apostillado Moradiellos.
Por último, ha insistido en que se trató de un conflicto muy cruento con numerosas bajas, haciendo especial hincapié en las zonas rurales y con menos población porque “la violencia es más mezquina cuando eres conocido”. “Se habla mucho de la represión en la cuenca minera asturiana, que fue muy gorda, pero allí murieron 3.000 personas. En la provincia de Badajoz, los muertos ascendieron a 11.000”, ha concluido.
No estoy de acuerdo, con su teoría sobre la revolución de Asturias. Fue un intento de tomar el poder mediante una revolución cruenta. Ahí están los documentos para él quiere saber la verdad. Y los revolucionarios dijeron, que habían sido vencidos en una batalla, pero que la guerra la ganarían. Es preciso documentarse en este aspecto y no ocultar la verdad.