Así manipula Podemos las redes sociales
La pelea política se da en las televisiones y en las redes sociales. Son territorios en los que Podemos se mueve como pez en el agua. Documentos internos del partido de Pablo Iglesias muestran las fórmulas empleadas para aumentar la influencia en el mundo virtual, atacar las debilidades de los contrincantes políticos y el extenuante trabajo que efectúa la organización para que nada quede al azar en una comparecencia ante las cámaras. Incluso, hasta que el resultado electoral del 20-D alivió sus arcas, la financiación de la campaña de Podemos dependía prácticamente en su totalidad de la labor en Facebook y Twitter.
Podemos casi triplica al PSOE en seguidores en Twitter, y multiplica casi por diez los de Facebook. Pablo Iglesias tiene cinco veces más followers que Pedro Sánchez. Entre PP y Ciudadanos, la cosa cambia, porque Mariano Rajoy dobla en Twitter a Albert Rivera, red en la que PP vence a C’s, no así en Facebook: los de naranja duplican a los de la calle Génova.
Podría parecer que si la guerra entre unos y otros para robarse votos se circunscribiera a las redes sociales, sin duda Podemos se merendaría al PSOE. Pero el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas aclara las cosas: el 58,8 por ciento de los votantes socialistas no han utilizado ninguna red virtual en los últimos seis meses, que incluyen las elecciones catalanas y las generales, por lo que es imposible convencerles de que cambien su voto a través de estos medios. Tampoco los de Iglesias pueden echar las campanas al vuelo, porque si bien son los que más se mueven por las redes sociales, tienen un 36 por ciento de votantes que no las utilizan, y uno de cada cuatro no usa siquiera el correo electrónico. En el otro lado del arco, las proporciones son similares: el PP es el que más votantes tiene que no pasan por las redes, un 61,5 por ciento, más de veinte puntos por encima que los que apoyaron a C’s.
Guerrilla comunicativa
Pese a que parece tarea harto difícil mejorar sensiblemente los resultados electorales gracias a las redes sociales, Podemos dedicó a ello un amplio esfuerzo, como atestiguan varios documentos internos de la formación. De hecho, en el comité de campaña para las últimas generales, figuró como un área propia de trabajo “Guerrilla comunicativa”, que no depende ni del área de Medios de comunicación ni de la de Redes sociales. Incluso, al frente de esta guerrilla se colocó a una sola persona, miembro del Consejo Ciudadano Estatal de Podemos, sin ningún cometido en el resto del comité de campaña.
En las elecciones catalanas, ya experimentaron este trabajo, y en la valoración de aquella campaña de Cataluña Sí Que Es Pot (CSQEP) tienen un apartado dedicado específicamente a la “guerrilla”. En el documento se fijan cuatro objetivos: “1. Identificación de CSQEP con Podemos. 2. Ataque a C’s. 3. Derecho a decidir. 4. Relación de Mas con C’s y PP”.
Los responsables de la “guerrilla” analizan punto por punto sus éxitos y sus fracasos. La campaña para que las siglas catalanas se identificaran con el partido morado comenzó el 16 de septiembre y consiguieron ser trending topic “durante más de tres horas, alcanzó las 2,7 millones de personas y viralizó multitud de infografías”. Dos días más tarde comenzaron con su ataque al partido naranja con el hashtag #VotarNaranjaEsVotarAzul para conseguir “relacionar C’s con el PP, mostrar que votan lo mismo que el PP y que son la muleta del PP en multitud de municipios y en autonomías. Fuimos TT durante horas, llegamos a 4,9 millones de personas y viralizamos muchas noticias, infografías y vídeos”.
El hashtag #DesmontandoAMas tuvo un alcance de 6,7 millones de personas y fue trending topic durante más de nueve horas, pero no obtuvo igual éxito la “guerrilla” sobre el derecho a decidir, que en castellano se quedó en un millón de personas y en catalán apenas 92.000.