Jaume Asens

El teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Asens (En Comú Podem-Podemos), ha anunciado que el consistorio prohibirá la reapertura de la librería ‘Europa’, situada en el barrio de Gràcia de la capital catalana y dedicada a la difusión de libros que ofrecenuna versión diferente a la oficial sobre los hechos ocurridos en la Alemania nacional socialista. La excusa esgrimida por el consistorio barcelonés para justificar su cicatera medida contra la librería: carecer de licencia administrativa y haber funcionado hasta ahora sin ella.

Asens ha explicado que han dado instrucciones para que el establecimiento, que ahora está precintado por una orden judicial, no pueda reabrir sus puestas al haber descubierto que hasta ahora estaba trabajando sin licencia. Sorprende la escrupulosa observación del legalismo administrativo, que observa en este caso el equipo de gobierno presidido por Ada Colau, en comparación con su complicidad política con la venta ilegal y agresiones a la Guardia Urbana por parte de manteros subsaharianos. Asombra no menos el reglamentismo sectario que aplica el equipo municipal de Barcelona con la librería ‘Europa’, en contraste con su apoyo a la actividad delictiva de activistas de la extrema izquierda, al ‘okupar’ ilegalmente locales e inmuebles de propiedad ajena. Un ejemplo de los perversos efectos de la dictadura del pensamiento único que prevalece ya en muchos sectores de la vida catalana.

Fuentes de la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona creen que la pretensión del Consistorio barcelonés sería la asunción del alquiler del local regentado hasta ahora por Pedro Varela para su uso por parte de varias ONG dedicadas a promover la llegada de inmigrantes.

Asens dijo que en marzo comprobaron que la librería no tenía licencia y así se lo comunicaron al fiscal especial para delitos de Odio y Discriminación de Barcelona, pero éste les pidió entonces que parasen este proceso administrativo a la espera de concluirse la investigación judicial que se estaba llevando a cabo. Hace dos semanas, dentro de la investigación que encabeza la Fiscalía de Odio, se detuvo a cuatro personas vinculadas a la editorial y a esta librería por difundir textos “con ideología nazi” (sic) y se registró el establecimiento; el viernes día 15, el dueño de la librería, Pedro Varela, se entregó en el juzgado acompañado de sus abogados después de que los Mossos emitiesen una orden de búsqueda y captura.

Una vez concluida esta operación, Asens anunció la puesta en marcha de estas medidas administrativas, que no sólo ordenan el cese de la actividad sino que prohibirán que reabra amparándose en que hace un par de meses se aprobó un plan de usos que impide abrir en esta zona establecimientos con actividades similares. Es decir, que el equipo municipal de Ada Colau proscribe la venta de libros que ellos llaman de “ideología nazi” pero en cambio autoriza la venta de ejemplares que ensalzan o justifican las matanzas de Stalin, que asesoran a la mujer sobre las ventajas del aborto, que justifican la existencia de ETA o que llaman al aniquilamiento de los cristianos, entre otros ejemplos preclaros de la dudosa moralidad de esta repugnante caterva ultraizquierdista.

“No sólo ordenamos el cese de la actividad que se hace en la librería Europa, sino que garantizamos la imposibilidad de que pueda legalizarse al menos tal y como está ahora configurada”, ha explicado. A preguntas de los periodistas, el teniente de alcalde ha reconocido sin embargo que no pueden garantizar que este establecimiento pueda llegar a reabrir en otra zona de la ciudad: “Haremos todo lo que nos permite la Ley, pero no haremos nada que no esté dentro de nuestras competencias”, ha añadido.

Asens ha tildado a esta librería como “un cuartel general de la extrema derecha en la ciudad” y ha anunciado que el Ayuntamiento se personará en la causa penal abierta: “Como ciudad comprometida con los Derechos Humanos no se puede permitir la vergüenza de tener abierta una librería de estas características”. También ha explicado que están estudiando impulsar un protocolo conjunto para que el Ayuntamiento tenga un papel más activo ante expresiones de intolerancia, odio y discriminación.

Se saben los amos del momento, en feliz consorcio con los objetivos del mundialismo. Sólo nos cabe esperar que el derrumbe moral de la vieja civilización europea les termine cayendo primero a ellos. Y después a toda su progenie.