Además de cornudo, apaleado
“Además de cornudo, apaleado”. Así decimos cuando, además de ser el engañado, le toman a uno por culpable y se lleva los palos. Hay un dicho que dice: “Tras cornudo, apaleado o sobre cuernos, penitencia”, que viene como remate de un cuento tradicional de Juan de Timoneda (1490-1583) en “Sobremesa y alivio de caminantes (LXIX)”:
“Tenía un aldeano una muger hermosa, la qual se rebolvía con un criado de casa. Y como el marido lo sospechasse, ella, por deshazelle la sospecha, díxole un día: “Señor marido, havéys de saber que por haverme requerido de amores mi criado, y porque vos veáys si es assí, le he prometido esta noche de aguardarle junto de la puerta del corral; por tanto conviene que hos vistáys de mis vestidos para aguardalle en el mismo lugar.” Dicho esto, fuese al criado y, contado su negocio, díxole: “Toma un palo, y en venir que le veas vestido de mis vestidos, dale con él, diziendo: “Tan ligeramente me havías de creer, perra traydora, que esto no lo hazía sino por provarte.”” En fin venidos al puesto, haviendo rescebido los palos el cornudo dixo a su criado: “A no ser tú tan fiel como lo has mostrado, se pudiera dezir por mí cornudo y apaleado.” “Mas no,” dixo el criado, “sino sobre cuernos penitencia.”
Y, díganme, ¿acaso no es lo del cuento lo que en la vida real y con otros matices, nos está sucediendo a los contribuyentes españoles con nuestra clase política? El sostenimiento de diecisiete gobiernos autónomos y todo el entramado político nacido con el sistema constitucional de 1978, al que sin vergüenza torera siguen llamando democracia en lugar de parasitocracia, es la causa de que, como explica el profesor Centeno, vivamos en un auténtico infierno fiscal donde, un trabajador con un sueldo de 24.400 euros anuales, es obligado por ley a desprenderse de 15.706 euros cada año, para sostener tanto pesebre y a toda esta caterva de golfos y parásitos.
Si esto no fuese así, y, por poner un ejemplo, individuos como el ya expresidente del Congreso Patxi López, no tendrían la posibilidad de embolsarse 77.000 euros en concepto de pensión indemnizatoria por haber ejercido el cargo durante sólo siete meses. Este individuo, que lleva toda su puta vida amorrado a la ubre del Tesoro -como tantos otros, y otras-, ha dirigido la legislatura más corta de la parasitocracia y sin gobierno constituido. Este sujeto ha estado embolsándose mensualmente como presidente del Congreso 13.750 euros incluyendo la asignación económica como diputado, más el complemento como miembro de la Mesa del Congreso, más la ayuda por ser parlamentario de fuera de Madrid, y más el dinero para gastos de representación y libre disposición. Todo ello, multiplicado por catorce pagas. En total, una retribución anual superior a los 192.000 euros, la más alta de los altos cargos de la Administración General del Estado.
Pero es que además, con independencia de que opte por cobrar o no la pensión indemnizatoria, este barón socialísta podrá utilizar durante cuatro años el coche oficial y la escolta a la que tienen derecho los expresidentes del Congreso, por motivos de seguridad. El mismo derecho que le ha llevado a utilizar durante el desempeño de su cargo la residencia reservada para quienes tienen esa responsabilidad.
No debe extrañarnos por tanto, las pugnas y puñaladas traperas por ir en las listas primero, un granero apetecible que le otorgue suficientes votos y salir elegido después, y un sinfín de peleas por formar grupo parlamentario propio, mucho más tarde. Todo ello, unido al pasteleo como el que se llevan ahora los del PP con los nacionalistas antiespañoles catalanes y vascos, con el fin de conseguir su apoyo, a pesar de que el principal objetivo de estas formaciones y sus representantes no es otro –y lo han dicho públicamente-, que la independencia de España.
La Cámara otorga una subvención a cada grupo parlamentario de 28.597,08 euros mensuales, a lo que hay que sumar otros 1.645,49 euros por cada diputado al mes. De no modificarse esas cantidades, el PP, con 137 diputados, percibirá por ambos conceptos algo más de 254.000 euros mensuales, y el PSOE, 168.463 euros.
Pues bien, todo esto, legitimado por las urnas -no hay que olvidarlo-, y multiplicado por diecisiete, es un montante millonario que sale única y exclusivamente de nuestros bolsillos, o sea, del esfuerzo, la sangre, las lágrimas y el sudor, de todos los contribuyentes españoles. Y lo peor de todo, es que algunos les siguen votando. Lo dicho: “Tras cornudo, apaleado o sobre cuernos, penitencia”.
Sr. Román: Los cornudos, los burros, los estúpidos, los masoquistas (estos son nuestros títulos, en general). Tenemos dos mecanismos para entender el comportamiento de estas subespecies. O les gusta ser como son, y no les importa, o son un tipo de máquinas con nulo albedrío (a mí eso del “libre albedrío” de los homo siempre me ha producido la risa floja), esto es máquinas incapacitadas para elegir otro comportamiento que el que fatalmente tienen. Yo me inclino por este segundo mecanismo. Luego está la subespecie de los consumidores de mentiras (mentiras en número infinito y de todas las clases imaginables),… Leer más »