Se viene abajo la rampa principal de la sede de vela de Río de Janeiro
Los fuertes vientos dañaron hoy la principal rampa de acceso de barcos al puerto de la Marina da Gloria, desde donde partirán los regatistas para la disputa de las pruebas de vela de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro que serán inaugurados el próximo viernes 5 de agosto.
La estructura temporal, que fue diseñada exclusivamente para los Juegos, se vino abajo esta mañana cuando aún no habían acudido deportistas para entrenarse, precisó el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos.
Las pruebas de vela comenzarán el 8 de agosto.
La ciudad ingobernable
Todo en la Villa Olímpica de Río está hecho a lo grande. Es la más grande de la historia de los Juegos, la que tiene los edificios más altos, la que cuenta con más apartamentos, más mantas, más duchas, más armarios. Pero de tanto pensar a lo grande, han fallado los detalles. Y en los días previos a los Juegos apenas se ha hablado de otra cosa que de esta ciudad en la que convivirán 18.000 atletas y miembros de los equipos técnicos y 13.000 trabajadores y voluntarios. El complejo de siete condominios y 31 edificios de 17 pisos cada uno, es una ciudad con más habitantes que el 65 por ciento de los municipios brasileños.
Desde la puerta de entrada a la Villa, el visitante se da cuenta de la majestuosidad de la obra. En la plaza central han levantado un centro comercial con bancos, oficina de correos, salón de belleza y tienda de productos de lujo. Entre las 13.000 personas que trabajan en la Villa, 10.000 fueron contratadas para la seguridad y la limpieza del lugar. Otras 2.000 trabajarán en el restaurante principal, del tamaño de un trasatlántico, que servirá 60.000 comidas al día. También se ha habilitado un espacio recreativo con salón, billar y videojuegos. Un carril-bici, piscinas y una amplia zona verde completan la zona de esparcimiento de los atletas. Una línea de autobús funcionará dentro de los condominios para aquellos que no caminar de una punta a otra de la ciudad.
Denuncias de acoso
Los atletas se alojarán en un total de 3.604 apartamentos con más de 600.000 unidades instaladas en los pisos: camas, duchas, armarios, lámparas y cortinas. El COI cree tener garantizado que la red wifi llegará hasta el último rincón de la Villa. Por supuesto, hay un gran gimnasio y un ambulatorio capaz de dar servicio a tal densidad de habitantes. Por haber, hay hasta una oficina donde se tramitarán las quejas de acoso o abuso sexual durante los Juegos.
La Villa Olímpica de Río es centro de polémica, de dimes y diretes, desde su mismo nacimiento. De hecho, una de las constructoras, Odebrecht, la más grande de Brasil, ha estado envuelta en la trama de corrupción de la petrolera Petrobras. Pero los auténticos problemas empezaron cuando llegó la denominada preapertura, el pasado 18 de julio, y sobre todo con la llegada de los primeros atletas. Las quejas no dejaron de sucederse.
Entre los que se quejaron más airadamente destacaron las delegaciones de Australia –que tachó la Villa directamente de «inhabitable»–, México, Filipinas, Italia, Bielorrusia, Angola, los Países Bajos y los Estados Unidos, cuyos atletas se trasladron al Hotel Hilton. Cuando los australianos regresaron al complejo, les recibió con honores el alcalde de Río, Eduardo Paes, quien se sintió avergonzado por lo ocurrido.
Pero que haya habido problemas en algunos edificios no quiere decir que todos estén igual. De hecho, los apartamentos son muy distintos los unos de los otros. Los hay de dos, de tres y de cuatro dormitorios. Los más pequeños miden 77 metros cuadrados y los más grandes 230. Las 11.152 habitaciones están dotadas todas ellas de aire acondicionado. Hay 19.000 camas y 10.650 armarios. Están disponibles 120.580 toallas, 70.200 sabanas y 19.000 mantas para dormir. En todos los apartamentos hay una mesa y un sofá. Sin embargo no hay neveras en las cocinas, porque la opción elegida fue la de instalar máquinas expendedoras de bebidas en los pasillos de los edificios.
Recorte en televisores
Afortunadamente, alguien sí pensó en el detalle de que las duchas fueran más altas de lo normal, sobre todo para los jugadores de baloncesto. Sin embargo, no todos los apartamentos disponen de televisor, debido al recorte de gastos en las obras tras la profundización de la crisis económica en Brasil. Así que gran parte de los atletas tendrán que bajar a las salas comunes de la planta inferior de cada edificio para ver las retransmisiones de los Juegos, navegar por internet o imprimir cualquier documento. A pesar del aspecto minimalista de todos los apartamentos, las cifras oficiales apuntan a que solo en muebles se han gastado alrededor de 19,6millones de euros.
Desde que empezaron las quejas, todas las autoridades han ido eludiendo las responsabilidades por los desperfectos. El primero en caer fue el exdirector de la Villa Olímpica, el argentino Mario Cilenti, que ejercía como una especie de alcalde de la megaciudad y que ha sido destituido tras la polémica por el calamitoso estado que presentaban bastantes habitaciones.
Según Cilenti, los apartamentos fueron entregados a principios de julio sin prácticamente nada, y a partir de entonces se ha rematado todo en tres etapas. La primera correspondió con la seguridad de los pisos. En la segunda, se puso a funcionar el aire acondicionado y las lámparas. También se montaron los muebles. Y en el último paso se instalaron los elementos tecnológicos. Pero no todo salió bien, y varias delegaciones se quejaron del olor a gas, de los problemas eléctricos, de las humedades y del estado de los baños y los techos, entre otros muchos otros desperfectos.
El alcalde de Río, Eduardo Paes, le echó la culpa tanto a Cilenti como al COI, a quienes acusó de haber dejado la Villa Olímpica desprotegida, lo que facilitó las ocupaciones y los robos. Sin embargo, el presidente del COI, Thomas Bach, que se instaló el jueves en la Villa, minimizó los problemas. Bach se escuda en que jamás comenzaron unos Juegos con el 100% de las instalaciones funcionando el primer día. Incluso asegura que recibió bastantes elogios por parte de los atletas y ha felicitado el esfuerzo brasileño por arreglar la situación. Más de 500 operarios han trabajado sin descanso tras las quejas de la delegación australiana.
En cifras
31.000 personas convivirán durante los Juegos: 18.000 atletas y técnicos serán atendidos por 13.000 empleados y voluntarios.
11.152 habitaciones: habrá 19.000 camas, 10.650 armarios, 120.000 toallas, 70.2000 sábanas y 19.000 mantas.
60.000 comidas: se servirán cada día en el restaurante de la Villa Olímpica, del tamaño de un trasatlántico. En este servicio de restauración trabajarán unas dos mil personas.
500 operarios están trabajando, día y noche, en la Villa Olímpica durante estos días para intentar arreglar los numerosos desperfectos que se han encontrado en las habitaciones, como el que se muestra en la imagen inferior de un apartamento del equipo coreano con los cables eléctricos al aire en los techos.
¿En Brasil, el país del futuro?. ¿En Brasil, el país del mestizaje, el baile, la fiesta y la alegre fornicación?.
Imposible que suceda esto.
Se estan luciendo en Brasil. Yo los celebraba en Cabo Verde.