Imagen de la cocina de la casa

Dos salones de reuniones, un amplio comedor, una cocina industrial, un dormitorio común para 50 literas, aparcamiento propio y un «acceso asfaltado exclusivo para la finca». La «casa cortijo» de El Bosque (Cádiz) vinculada a los Cañamero en régimen de cooperativa reúne todos los alicientes para encandilar a un aficionado al turismo rústico.

La gestión del alojamiento rural proporciona buena parte de los ingresos con los que vive el hermano del diputado de Unidos Podemos, José Manuel Cañamero, y su esposa Francisca García Bueno. Completa el consejo rector de la cooperativa, que tiene tres únicos socios, otra cuñada del ex portavoz del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), Antonia García Bueno, que figura como tesorera.

Entrada a la finca

Entrada a la finca

Tras cruzar la verja donde se lee la inscripción «Tierra y Libertad», el nombre de la cooperativa, el visitante que se topará con una edificación de 386 metros cuadrados en una sola planta diseñada, en sus orígenes, como escuela de formación para jóvenes del sindicato con capacidad para 60 personas y un alojamiento con cuatro habitaciones con capacidad para 50 personas en camas literas, tres cuartos de baño y duchas individuales y para grupos, según la información que difunde la organización en su página web.

Uno de los cuartos de la finca

Con el tiempo, el proyecto financiado con fondos públicos y en el que intervinieron alumnos de talleres municipales, empleados municipales y vecinos del pueblo, se ha decantado por la agricultura ecológica y el «turismo rural y alternativo».

Una bodega bajo tierra

Para ello, cuenta con una «casa cortijo» de dos habitaciones, que dispone de un salón-comedor con chimenea y «en el exterior cuenta con patio, jardín, barbacoa y un porche con unas vistas preciosas, así como aparcamiento propio». Así se vende en el portal www.nocherural.com. De su gestión se encarga el hermano de Cañamero. Pero ésta no es la única fuente de ingresos del matrimonio. En la finca se instaló un recinto ganadero de 800 metros cuadrados, una huerta y una bodega bajo tierra donde se curan los quesos artesanales.

Uno de los cuartos de la finca

La sociedad cooperativa fue constituida en 1988, apenas dos meses antes de que el Gobierno andaluz le concediera una subvención de 162.000 euros (27 millones de las antiguas pesetas) para comprar la finca de 63 hectáreas, enclavada en pleno Parque Natural de la Sierra de Grazalema, a caballo entre los municipios de El Bosque y Ubrique, en la conocida Ruta de los Pueblos Blancos.