Gracia Noriega, periodista, escritor y cinéfilo
Mi amigo José Álvarez San Miguel me informa del fallecimiento del escritor y periodista asturiano José Ignacio Gracia Noriega. Para mí, probablemente el mejor escritor de periódicos en Asturias en las últimas décadas. Conocí a Gracia Noriega a través de sus sabrosos artículos en La Nueva España, y personalmente, hace unos veranos en los cursos de La Granda, donde nuestro común amigo, el general Ramos Oliver, disertó sobre el general Prim. Ese mismo verano también lo haría yo en Soto de Luiña, sobre la vida del Marqués de Muros… pero ambos teníamos referencias el uno del otro por amigos comunes, que durante años nos fueron transmitiendo algunas de nuestras ocupaciones. En aquella ocasión me preguntó en qué andaba, y le confesé que hablaría en Soto de Luiña sobre el Marqués de Muros, a lo que me contestó que ese personaje había sido fusilado por participar en las revueltas de la “septembrina”, que llevaron a la caída del trono de Isabel II y le dije que no, que ese era el hermano del marqués…sobre el que Valle Inclán había escrito una novela (yo tenía los datos frescos, claro). Los ojos de Gracia Noriega, vivos, me dejaron ver que por su memoria pasaban las secuencias y los recuerdos como el agua baja por una cascada, tratando de revisar de sus muchas lecturas, los recuerdos fiables de estos personajes… quedamos en vernos más tranquilamente y me dijo que iría a mi conferencia si podía salvar un compromiso anterior. No vino.
A través de otro amigo, en este caso García Tuñón, tuvimos también un intercambio de información sobre la muerte de Graciano Antuña, líder del PSOE durante la II República. Gracia Noriega escribió, en dos ocasiones al menos que yo pudiera leer, en La Nueva España, una versión que según él le había contado una señora, hermana de Charo, del restaurante Niza de Oviedo. Según este testimonio, Graciano Antuña fue detenido y custodiado en el Gobierno Militar en Oviedo. Allí le llevaban la comida desde el restaurante Niza, y la cena cada día. Un día, a la hora del almuerzo, la señora (la menor de las dos hermanas) acudió como de costumbre con la comida y el guardia de asalto, que estaba en la puerta, le dijo que ya no necesitaba la comida, y entreabrió la puerta y en el suelo yacía el cadáver del joven socialista descansando su cabeza sobre un charco de sangre.
Esta versión no es real, y así se lo hice saber a Gracia Noriega. Graciano Antuña, a pesar de ser un líder socialista, no debía de entenderse bien con sus colegas. Desde distintos estamentos socialistas he podido comprobar que Antuña no gozaba de los parabienes de sus camaradas. Antuña fue detenido el día 20 de julio en Oviedo, porque lejos de huir, como hicieron los demás, él prefirió quedarse, y no lo hizo porque su mujer estuvieran enferma, sino porque decidió esperar a ver cómo cursaban los acontecimentos. Fue detenido por un cabo y cuatro guardias de asalto, tras un chivatazo de algún espabilado, en el domicilio del señor Villanueva, a donde había acudido a tomar café y quitarse de andar por las calles con el consiguiente peligro . Durante la detención, forcejeó con los guardias. Permaneció detenido en el Gobierno Civil hasta que fue llevado a la prisión de Oviedo. El 23 de mayo de 1937 fue trasladado a Luarca y puesto a disposición del teniente auditor honorífico Carlos Humberto Santaló Ponte, de la columna de Operaciones de Asturias.
El historiador Luis Suárez dice que Antuña fue de los que estuvieron a punto de ser canjeados por José Antonio Primo de Rivera, pero los que custodiaban a José Antonio no estaban decididos a soltarlo a ningún precio.
El 23 de marzo comenzó la vista, bajo la presidencia de José Rodríguez Abello, y el 23 de abril de 1937 se hizo pública la sentencia, siendo condenado a la pena capital por un delito de rebelión militar. La sentencia fue ejecutada el lunes 13 de mayo de 1937. Fue fusilado en Luarca, y enterrado en el famoso cementerio en una fosa común, porque nadie reclamó su cadáver… tenía 34 años y dejaba mujer y una hija de unos tres años…
Gracia Noriega agradeció que yo le contara esta versión, tomada de los archivos militares de la IV Región Militar, con sede en Ferrol, y tras mis artículos sobre este suceso, algún personaje de la Fundación Barreiro comenzó ya a hablar de Graciano Antuña, digamos, con normalidad.
Descanse en Paz Gracia Noriega, a quien debemos más de cuarenta libros, muchos y buenos artículos de prensa y una sensatez que ya quisieran para sí muchos políticos. Él sufrió los devaneos de las miserias de los políticos cuando sus colegas del PSOE (él militó en el partido pero poco tiempo), le quitaron el nombramiento de Cronista Oficial de Llanes, que le habían dado, ¡qué curioso!, los del PP, hasta que volvió a recuperar este nombramiento del que yo he dicho más de una vez que no entiendo que un cronista no escriba asiduamente crónicas de su concejo, aunque a Gracia no se le puede negar su actividad a lo largo de su vida. Y como la vida es un capricho, también tengo que decir que con otro amigo no se llevó bien… y es que estos de Llanes son muy de Llanes, y es una pena porque ambos fueron ejemplo de personas entregadas y valientes… me refiero, en este caso, a Cosme Sordo Obeso. Seguro que allí arriba, donde están ahora, harán las paces… y Gracia Noriega le informará de en qué aldea, entre brumas, se come el mejor potaje de berzas que se come en Asturias, sin estrellas Michelin y ni pomposos reconocimientos. Descanse en Paz este maestro de escritores.