Los castuzos y la desvergüenza escarnecida
Soria es una de las provincias más despobladas de España. Una tierra yerma, ganadera, vigilada por un circo montañoso, con el Moncayo y el Urbión como visera. Pero es también una cuna; cuna de pastores lo primero, y después, de maestros y poetas. En la belleza primordial de Soria, se encontraron con sus musas dos sevillanos y un cántabro: Gustavo Adolfo Bécquer, Antonio Machado y Gerardo Diego; los grandes enamorados de Soria. Ellos son los allegados, pero es que hubo y hay otros muchos poetas enteramente sorianos.
Hago esta breve introducción porque hay dos cosas que no conviene confundir, la provincia de Soria y el exministro Soria. A la provincia y sus gentes, mi admiración y respeto, al personaje, mi más absoluto desprecio por su conducta reprobable y vergonzante, en un escenario al “rojo” vivo, donde la clase política ya no goza ni del más mínimo atisbo de credibilidad.
La farsa de la democracia nos presenta otro acto cuyo protagonista es de sobra conocido, y cuyo nombramiento manido volvía a poner de manifiesto que los castuzos siguen mostrando una desvergüenza escarnecida. Puede que lo del exministro Soria haya sido la gota que colma el vaso, pero no sería justo por mi parte si esta desvergüenza escarnecida, no la solapase a toda una estela de sinvergonzonerías, protagonizadas por parte de esta patulea infecta amorrada férreamente a la ubre del Tesoro Nacional.
José Ignacio Wert, Leire Pajín, Federico Trillo, Bibiana Aído… Son sólo algunos nombres, de un amplio elenco al que denominamos castuza, y que decidieron un día cruzar la frontera, en busca de la “vida padre” a cargo de las más que escuálidas alforjas del Tesoro.
La que fuera “ministra de Igualdad” con el supervisor de nubes, Bibiana Aído, goza de un sillón como “asesora de programas para la Región de las Américas y el Caribe” en la sede neoyorkina de ONU Mujeres. 12.000 euros al mes sin contar extras, no está nada mal. Es lo que estipula su contrato indefinido reservado a los altos cargos de la organización, por el que percibe entre 120.672 y 155.636 euros anuales libres de impuestos.
La también socialista Leire Pajín siguió los pasos de Aído poco después, en julio de 2012, renunció a su escaño en el Congreso para poner rumbo a la Gran Manzana. Primero para “cumplir un sueño” en la Organización Panamericana de la Salud (OPS) de la ONU, a la que el Gobierno de Zapatero concedió ayudas públicas valoradas en 60 millones de euros. Más tarde para unirse al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como “asesora de políticas”, un cargo por el que la exministra de Sanidad y exsecretaria de Organización del PSOE se embolsaba entre 83.138 y 131.218 euros anuales sin contar gastos extraordinarios: dietas, billetes de avión, plan de pensiones, seguro médico privado y hasta 40 días de vacaciones remuneradas al año. Cuando se cansó de su ajetreada vida en Nueva York, aterrizó en Barcelona para ocupar el cargo de directora de desarrollo internacional del Instituto de Salud Global, un puesto que no existía antes de su llegada. Además se coló en el nuevo Comité Federal socialista, una decisión que no estuvo exenta de polémica y generó todo tipo de especulaciones.
Jose Ignacio Wert, a pesar de ser uno de los ministros peor valorados de la parasitocracia, no fue obstáculo para conseguir un cargo envidiable en una de las ciudades más caras de Europa: París. Allí vive y trabaja su esposa Monserrat Gomendio, la que fuera secretaria de Estado de Educación cuando Wert era titular del Ministerio. Ella fue fichada por la OCDE como directora general adjunta de Educación. Él, fue nombrado jefe de la delegación permanente de España ante este mismo organismo. El exministro cobra una suculenta retribución de 10.000 euros al mes que casi duplica a la del propio Rajoy; eso sin contar con chófer, personal de servicio, diplomáticos de apoyo y consejeros. El salario fijado oficialmente por el Ministerio de Exteriores para Wert es de 60.846 euros anuales brutos, pero claro,… luego están los complementos.
Federico Trillo, 21.000 euros netos al mes. Es lo que el embajador se embolsa, si tenemos en cuenta que el Ministerio de Asuntos Exteriores paga su residencia y su coche oficial, entre otros conceptos. Un cargo nada despreciable al que pocos políticos hacen ascos. Por eso no sorprende que mister. “yakolev-42”, no se lo pensara dos veces para cruzar la frontera. Luego está la indemnización por destino en el exterior, calculada mediante la aplicación de los módulos de poder adquisitivo, -que tiene en cuenta los tipos de cambio y las diferencias de los niveles de precios- y de calidad de vida, -que valora factores como lejanía, clima o inseguridad-. En otras palabras, en los bolsillos del que fuera ministro de Defensa con Aznar, entran bastante más de 70.602 euros anuales.
Joan Clos, número uno de Industria con Zapatero, pasó por la embajada de Turquía y Azerbaiyán entre 2008 y 2010 para acabar como director ejecutivo del Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-HABITAT) en Nairobi.
Pere Navarro Olivella, director de la DGT entre 2004 y 2012, ahora es consejero laboral y de asuntos sociales de Túnez con residencia en Rabat.
Francisco Vázquez, antiguo alcalde de La Coruña y expresidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, dio el salto a la embajada de España ante la Santa Sede hasta 2011.
Gustavo de Arístegui, exdiputado por el PP y antiguo portavoz en la Comisión de Asuntos Exteriores, llegó también a la embajada de España en la India.
Conclusión: con tal cantidad de despropósitos, los españoles disponemos de información suficiente sobre las razones que nos han llevado a nuestra ruina moral y económica, junto al sangrante despilfarro de los diecisiete gobiernos autónomos. Lo de Soria, no es nada extraordinario, forma parte del sistema establecido; es un suma y sigue, lo que sucede, es que ante una más que probable precampaña electoral, y en un momento en que la democracia española hace aguas por todas partes aunque los castuzos se nieguen a reconocerlo, ese nombramiento tan descarado e “inoportuno”, está siendo utilizado como arma política sin mirarse al espejo, por todos aquellos que tanto tienen que callar por estar en la pomada.
Lo dicho, si la masa amorfa sigue acudiendo a las urnas para legitimarlos, los castuzos seguirán también exhibiendo, y con más fuerza si cabe, una desvergüenza escarnecida.
Lo del exministro Soria me pone enfermo, pero lo de las iletradas tipejas del bobo solemne, incultas hasta decir basta y colocadas con sueldos millonarios a costa de nuestro sudor, me produce repugnancia, repulsión, asquerosidad, aversión, odio, animadversión, tirria, manía, náusea, arcada y vómito
El sr. ZP se dedicó a repartir prebendas entre su amiguetes antes de dejar la poltrona ya que el la tenia asegurada. Es la izquierda española de siempre y jamás cambiará.