La censura de Franco y la censura de ahora
Por Christopher Fleming (R).- El otro día estuve hablando con un familiar sobre el Caudillo, Francisco Franco. Como regla general, lo que digo sobre el legado de este ejemplar líder católico no suele gustar. Hay una gran incapacidad para ver lo positivo en un régimen que los medios y la élite académica se han dedicado a demonizar durante 40 años. Quizás los que son algo inmunes a las mentiras que el Sistema propaga sobre el franquismo son los españoles mayores de 60 años, porque ellos han vivido en sus propias carnes la época en cuestión, y saben que no era como se pinta ahora. Aún no he conocido a una sola persona española de la tercera edad que hable mal de Franco, si no es descaradamente comunista o atea. La inmensa mayoría de personas mayores con las que he hablado, y he hablado con unas cuantas, porque me interesa el asunto, dicen que Franco fue un buen hombre que hizo lo que pudo para su país, y que aquellos tiempos tenían cosas buenas y malas, como cualquier época.
El otro día no fue una excepción a la regla. Me contestó el familiar: “¡pero si en los tiempos de Franco existía la censura!”. Esta respuesta es típica de la mentalidad progre, que entiende que la censura es mala, porque hay que permitir que cada uno se exprima libremente. Argumentan que si Franco utilizaba la censura, un hecho innegable, significa que su régimen fue una total abominación, porque, para el liberal, un solo pecado contra el sacratísimo dogma de la libertad de expresión es suficiente para condenarse (aunque ni siquiera crean en el Infierno). En realidad, el derecho a la libertad de expresión es un falso derecho y los católicos que lo defienden se posicionan en contra del Magisterio de la Iglesia, como explicaré más adelante. Sin embargo, hay una ironía más profunda a la postura progre actual: hoy en día, en los países democráticos y liberales, también existe la censura. Por ello respondí: “En España ahora existe la censura. Si hablas en contra de la ideología de género o contra las perversiones sexuales, te pueden multar o hasta meter en la cárcel”. La reacción a mi argumento fue simplemente la negación a aceptar la realidad: “No digas tonterías, a nadie le va a pasar nada por decir lo que piensa. No existe censura en España, ni en ningún país democrático”.
Lo que le ha pasado a Pío Moa por criticar lo que él llamó el totalitarismo de la ideología de género, demuestra que sí existe la censura en España. Puede parecer poca cosa cerrar una cuenta de Facebook, pero están todavía calentando motores. Las leyes a las que se refería Pío Moa acaban de aprobarse. Empiezan cerrando tus cuentas en internet, como aviso a navegantes, y terminan metiéndote en la cárcel. Pero no suelen llegar tan lejos, porque la gente se acobarda enseguida. Basta hacer escarnio público con una figura prominente, y todo el mundo agacha la cabeza. Como ejemplo de ello, en 2008 multaron a una juez con 3000€ por criticar la ley de violencia de género. Un amigo juez, cuyo nombre no divulgaré por razones evidentes, me aseguró que dicha ley era anticonstitucional, porque establecía distintas penas para las mismas ofensas, en función del sexo del culpable, algo expresamente prohibido por la Constitución Española. Esto es más o menos lo que dijo públicamente la juez que fue multada. ¡No importa! Si criticas una ley de ingeniería social del Sistema eres un machista, facha, reaccionario, cavernícola, que odia a las mujeres, y mereces pudrirte en la cárcel.
Dentro de poco veremos muy posiblemente a un obispo en la cárcel en España, precisamente por ir en contra del lobby homosexualista. El candidato con más papeletas para este honor es sin duda Monseñor Reig Plá, obispo de Alcalá de Henares. ¡Que me reserven una celda al lado suyo! Este hombre hace lo que deberían hacer todos los obispos del mundo: denunciar incansablemente el mal en el mundo y advertir a los fieles de los peligros que acechan. Es simplemente lo que hace un buen pastor. El Sistema espera que en cuanto metan a un obispo en vereda con un castigo ejemplar, los demás se comportarán. Por desgracia, creo que sus esperanzas están bien fundadas. La mayoría de los obispos españoles son hombres pusilánimes, a los que los aplausos del mundo, su carrera eclesiástica y las cuentas corrientes de su diócesis les importan más que las almas de sus fieles, por no hablar de la suya propia. Con amenazas creo que el Nuevo Orden Mundial conseguirá lo que quiere: hacernos tragar la ideología de género y pervertir a nuestros hijos.
Volviendo al falso derecho de la libertad de expresión, lo que pocos católicos saben es que la Iglesia, hasta el calamitoso Concilio Vaticano II, siempre ha condenado la idea de que cada uno es libre de pensar, decir y publicar lo que quiera. Esta idea relativamente moderna, de origen masónico, triunfó en Francia con la Revolución de 1789, y desde entonces ha calado muy hondo en todas las sociedades occidentales. Durante los casi dos siglos entre la Revolución y el mencionado Concilio, la Iglesia se mantuvo firme en su oposición a las ideas liberales, desde la condena fulminante de la Declaración de los Derechos del Hombre por Pablo VI, apenas dos años después de su publicación, hasta Humani Generis de Pío XII en 1950. Los Papas del siglo XIX eran esencialmente antiliberales y con el fin de luchar contra las ideas emanadas de la Revolución Francesa, como el indiferentismo religioso, la separación entre Iglesia y Estado y el tema que nos ocupa, escribieron una sucesión de encíclicas contrarrevolucionarias, entre las que destacan las de Gregorio XVI, Pío IX y León XIII.
Gregorio XVI escribió en Mirari vos de 1834 que la libertad de imprenta era una doctrina “nunca suficientemente condenada”. Haciendo un repaso al Magisterio de la Iglesia reafirmó que el error no tiene derechos. Citó la célebre frase de San Agustín: ¡Qué peor muerte para el alma que la libertad del error! En éstos términos tan contundentes condenó Gregorio XVI la libertad de expresión:
“Hay, sin embargo, ¡oh dolor!, quienes llevan su osadía a tal grado que aseguran, con insistencia, que este aluvión de errores esparcido por todas partes está compensado por algún que otro libro, que en medio de tantos errores se publica para defender la causa de la religión. Es de todo punto ilícito, condenado además por todo derecho, hacer un mal cierto y mayor a sabiendas, porque haya esperanza de un pequeño bien que de aquel resulte. ¿Por ventura dirá alguno que se pueden y deben esparcir libremente activos venenos, venderlos públicamente y darlos a beber, porque existe un antídoto y alguna vez ocurre que el que lo usa haya sido salvado de la muerte?”.
El Papa Pío IX
Pío IX escribió su famoso Syllabus de 1864 para condenar los errores liberales, incluido la libertad de expresión: “Es falso que la libertad civil de cultos y la facultad plena, otorgada a todos, de manifestar abierta y públicamente las opiniones y pensamientos sin excepción alguna conduzcan con mayor facilidad a los pueblos a la corrupción de las costumbres y de las inteligencias y propaguen la peste del indiferentismo”. (Error condenado nº 79)
León XIII escribió esto en Libertas praestantimum (1888) respecto al falso derecho de la libertad de expresión: “Existe el derecho de propagar en la sociedad, con libertad y prudencia, todo lo verdadero y todo lo virtuoso para que pueda participar de las ventajas de la verdad y del bien el mayor número posible de ciudadanos. Pero las opiniones falsas, máxima dolencia mortal del entendimiento humano, y los vicios corruptores del espíritu y de la moral pública deben ser reprimidos por el poder público para impedir su paulatina propagación, dañosa en extremo para la misma sociedad. Los errores de los intelectuales depravados ejercen sobre las masas una verdadera tiranía y deben ser reprimidos por la ley con la misma energía que otro cualquier delito inferido con violencia a los débiles”.
Podría poner muchos otros ejemplos, pero el lector interesado puede encontrar fácilmente todas las encíclicas papales de esta época en internet.
Es de sentido común que si existe la Verdad y esa Verdad puede ser conocida, el error no tiene lugar legítimo en la sociedad, y las autoridades públicas, además de los individuos, deben hacer todo lo posible para promover la Verdad y reprimir el error. El problema es que los liberales y modernistas, por definición, no creen en la Verdad, o dicen que, si existe, la inteligencia humana no es capaz de conocerla. Esto es una herejía. Los católicos sabemos que sí existe la Verdad y que Dios nos la ha comunicado, primero a través de los patriarcas y profetas, y en los últimos tiempos a través de Su Hijo Jesucristo. La Iglesia Católica custodia y enseña esa Verdad, para que todos los hombres puedan conocerla y a través de ella salvar su alma. El hombre ha sido dotado por Dios de inteligencia para poder discernir entre la Verdad y el error, por lo que nadie tiene excusa. Por esta razón, cuando se trata de la Verdad, un católico NO PUEDE ACEPTAR LAS PREMISAS LIBERALES. Por desgracia, muchos católicos han admitido los falsos derechos liberales, sin darse cuenta de que están fundamentados en graves errores, que son completamente incompatibles con la fe católica.
Los estados católicos, desde Carlomagno hasta Francisco Franco, siempre han prohibido la difusión de libros contrarios a la fe y la moral pública. Según Gregorio XVI, los mismos apóstoles quemaban libros heréticos, y así lo ha hecho la Iglesia durante casi 2000 años, hasta que Pablo VI, de infeliz memoria, decidió eliminar el Índice de libros prohibidos. En España durante el franquismo, la pornografía estaba prohibida, y los viciosos que deseaban ver películas guarras solían “peregrinar” hasta Perpiñán, ciudad francesa cerca de la frontera española. En aquellos tiempos en los kioscos hubiera sido impensable encontrar revistas con señoritas desnudas en la portada. Sin embargo, hoy en día vemos eso en vallas publicitarias gigantes por doquier. Durante el franquismo los medios de comunicación tenían mucho cuidado de difundir ideas contrarias a la fe católica y las buenas costumbres, porque sabían que el régimen les vigilaba y que les esperaría un severo correctivo en caso de infringir las normas de la censura.
Siempre he pensado que hay que imaginar que un país es como una gran familia. El jefe de estado es como el padre de todos los ciudadanos, y por ende tiene obligaciones similares a cualquier padre de familia. Un buen padre no deja que sus hijos lean, oigan y vean cualquier cosa, porque sabe que la mentira y el vicio pueden echar a perder su alma, sino que elige cuidadosamente lo que considera bueno para ellos y desecha lo que considera malo. Digo que esto es lo que hace un BUEN padre, porque hay muchos que no lo hacen. Recuerdo una reunión de padres en que una maestra nos dijo: “da igual lo que lean sus hijos, con tal de que lean.” Le tenía que haber preguntado si daba igual también lo que comieran, con tal de que comieran. Desde la perspectiva católica, la censura es algo imprescindible en la tarea de los padres y también es esencial en la tarea del gobernante.
He explicado por qué en principio estoy a favor de la censura. El dilema no es censura sí – censura no. Todos los regímenes, desde los estados católicos hasta los regímenes comunistas, la usan en cierto grado para mantener un mínimo de homogeneidad cultural. El dilema es QUÉ TIPO DE CENSURA. Si lo que se censura es el error y el vicio, como se hacía en España bajo Franco, es un ejemplo de buen uso de la censura, algo conforme al Magisterio y la práctica bimilenaria de la Iglesia, a lo que ningún católico puede objetar. En cambio, si la censura se utiliza para acallar la Verdad y el bien, como se hace hoy en día en España, es el colmo de la perversidad. En este caso sería preferible que no existiera ningún filtro en absoluto, porque así al menos la Verdad y el error, el bien y el mal, estarían en igualdad de condiciones.
¿Cuál es la situación actual en las democracias liberales? Ahora, en nombre de la libertad de expresión, se permite mentir descaradamente a todo quisque. Apenas hay depravación que no recibe publicidad; no existe límite al mal gusto, a la cutrez en los medios; ideas perniciosas, desde el marxismo hasta la ideología de género, no sólo se permiten, sino que se promueven con ahínco. Como colmo de la impiedad, la blasfemia se erige como un “derecho humano”. A la vez que el error y el mal tienen campo libre para envenenar las almas de los ciudadanos, se silencia la Verdad. Pongo varios ejemplos concretos:
Está bien visto hacer campaña a favor del aborto libre, como un “derecho de la mujer”, pero si alguien enseña en público imágenes reales de mujeres que ejercen tan fabuloso derecho, es culpable de un delito penado con multas cuantiosas.
En clase de biología en los colegios (públicos y privados) está terminantemente prohibido enseñar que el hombre fue creado directamente por Dios, como nos dicen las Escrituras y siempre han creído los católicos.
Está permitido blasfemar contra Jesucristo, Su Santísima Madre, todos los santos y la Iglesia, pero si alguien osa cuestionar ciertos datos históricos relativos a nuestros “hermanos mayores en la fe”, se encontrará pronto en la cárcel. Ya lo dijo Voltaire: “Si quieres saber quien te gobierna, pregúntate a quien no puedes criticar”.
Como ya he explicado, la promoción de perversiones sexuales está a la orden del día, pero si alguien habla en contra del poderoso lobby gay, sin duda tendrá represalias. En clase de religión católica se podrá hablar de muchas trivialidades y contar historias bíblicas, pero jamás se podrá pronunciar el dogma de fe “fuera de la Iglesia no hay salvación”.
En resumen, la censura es absolutamente necesaria, tanto a nivel familiar como social, y la enseñanza tradicional de la Iglesia es inequívoca al condenar el falso derecho a la expresión. En las sociedades occidentales hoy en día sí existe la censura, aunque los mandatarios no lo reconocen. La censura que existe es el peor tipo; silencia la verdad y el bien para favorecer la mentira y el vicio. Así que si alguien critica a Franco por usar la censura, hay que responder de la siguiente manera:
Franco ejerció la censura para combatir el error y el vicio. Ahora se ejerce para combatir la Verdad y el bien. Elija usted qué tipo de censura prefiere. Y si dice que no quiere censura de ningún tipo es usted un necio. De la misma manera que ningún padre permite que sus hijos se expongan a cualquier porquería en la televisión, los gobernantes tienen la obligación de proteger la moral pública con una censura sensata, y eliminar mensajes que dañan las almas de los ciudadanos.
La correcion politica es el silenciamento de la verdad y lo politicamente incorrecto es la verdad tratando de darse a conocer.
La censura no debe de consentirse en ningún ámbito de la vida ni civil ni política ni religiosa pero si la autocensura para lo cual la educación es básica, y ahí comienza el primer fallo. La censura es atentar contra la libertad individual o colectiva de las personas. Las personas han nacido libres con capacidad de diferenciar entre el bien y el mal. Cualquiera debería poder ejercer su libertad de expresión (o de acción) siempre y cuando no perjudique ni ofenda, como ocurre hoy en día, a una tercera persona o institución porque desde ese momento su libertad de expresión… Leer más »
BENDITA CENSURA la de la epoca del GENERALISIMO .Sociedad con principios CATOLICOS que conllevaba la PAZ y la MORAL SOCIAL . Nada que ver con la asquerosa CENSURA actual . Ahora vivimos en una DICTADURA donde solo vale lo que dicen los CABRONES, es decir los ROJOS. La ministra en funciones Delgado ,esta autentica SINVERGUENZA PALETA INTELECTUAL hija de su madre, ya va avisando de lo que se nos puede venir encima . Los ROJOS siempre lo MANIPULAN todo porque han conseguido ( con la ayuda de la derecha cobarde ) el control de la casi totalidad de los medios… Leer más »
¿y decis que hay censura en este pais cuando se os permite decir tantisima sarta de majaderías sin que os corran a gorrazos?
Censura es la que me vais a hacer a mí que seguro que no publicais mi post, sarta de adoradores de un asesino enano con bigote y amigo de moritos
SIEMPRE CON FRANCO
Auténtica vergüenza ajena. Vuelva a su cueva, señor
Claro claro… Todo esto es cierto si obviamos que el tío Frasquito subió al poder mediante un golpe de estado y que nos impuso au régimen durante casi 40 años (o igual es que ganó más elecciones que Rajoy…). Por no hablar de los presos políticos, del hambre, del catetismo y analfabetismo de este país. LA CENSURA MATA LA CULTURA
Tú sí que eres buen exponente de cateto que habla de lo que no sabe. Quien dio el golpe de estado fue Sanjurjo, y al morir este, Mola. Fue un golpe plenamente justificado e, incluso se podría decir, provocado, pues las izquierdas habían abonado el clima de guerra civil y pensaban que la ganarían. En la parte nacional no hubo hambre.
Para empezar, yo no he dicho que Frasquito diera un golpe de estado sino que subió al poder mediante un golpe de estado (aprender a leer correctamente es una experiencia increíble que te recomiendo que pruebes).
Y respecto a hablar sin saber, soy doctor en historia y alumno de sir Raymond Carr.
Un saludo, compañero.
EL FASCISMO SE CURA LEYENDO Y EL RACISMO SE CURA VIAJANDO
Con Largo Caballero de Presidente del Gobierno,las checas del PSOE desatan el terror en Madrid, mientras la efigie gigante de Stalin cuelga de la Puerta de Alcalá. Matanza de Paracuellos. El PSOE se opone a que exista Parlamento.
¿Su doctorado incluye esa época?
Aquí hace todo el mundo lo que le da la gana, y yo también
Un mundo en el que merezca la pena vivir, cullons
En el bando de Franco se alistó mucho separatista de derechas que no soportaba a San Companys.
He llegado a la conclusión de que la democracia no ha traido la libertad y es hipócrita. Si en tiempos de Franco había prohibiciones ahora también las hay y son de menos sentido común las actuales. Ahora se pueden hacer o decir cosas que antes no y al revés.Como dicen por aquí, ahora se censura en los medios comunicación cualquier manifestación en contra del pensamiento políticamente correcto (se ve racismo, homofobia e intolerancia en todo). Por ejemplo, si dices que Suárez fue un perjuro te crucifican. Expresiones y pensamientos que si se hubieran manifestado en público en tiempos del Caudillo… Leer más »
Es que parece que no te has enterado de que no hay democracia, que solo estamos en el principio de un largo camino. Nunca ha habido democracia pero ahora hay un poco más que hace 40 años. Se dan pasos hacia adelante y pasos hacia atrás, como en casi todos los procesos evolutivos.
¡ Ja ! ¡ Ja ! ¡ Ja !
Así como los dinosaurios?
Querido amigo; en Chile no hay criadas, ni domésticas, ni empleadas. Por ley son ahora “Asesoras del Hogar”!, para que te des cuenta que a imbéciles no nos ganan ni ustedes!
Tremenda censura la de Franco. Algunos ejemplos: el director Juan Antonio Bardem y el actor Paco Rabal, comunistas y el anarquista Fernando Fernán Gómez son grandes estrellas de cine; en el teatro Buero Vallejo, comunista, recibe el Premio Lope de Vega en los cuarenta y el Premio nacional en los 50; Alfonso Sastre estrena “La mordaza”, metáfora de la censura franquista, a mediados en el 54; Berlanga estrena “El verdugo”, alegato contra la pena de muerte, en el 63; en poesía y novela domina la literatura social de la generación del 50 (poetas Blas de Otero, Celaya, Ángel González, etc;… Leer más »
Mao Tse-Tung.
Tiene razón, Proby, romanizado el nombre es “Mao Tse-Tung”.
Una cosa es cierta censura y otra que valga todo, una cosa es tener sexo en privado y otra en espacios publicos y el que no entienda la diferencia que se quite la ropa, tire el dinero y se vaya a vivir en medio de la selva con los/as de su cuerda, así como las tribus africanas.
La Primera Enmienda de la Constitución de mi país, Estados Unidos, es muy clara en que el congreso no hará leyes estableciendo determinada religión o prohibir el ejercicio de ella; de impedir la libertad de expresión o la prensa; de la libertad de la asamblea pacífica y de peticionar al gobierno por el derecho a quejarse sin miedo a represalias o penalidades o multas. En otras palabras, si bien no estoy de todo en acuerdo con el autor, estoy a favor de lo que escribe en su inmensa mayoría. Creo firmemente en la Constitución de mi país y la defiendo.… Leer más »
“O.K.” al artículo de la REDACCION. Completamente verídico y real. Mi felicitación.
Nací en 1950 le pones 15 mas se veía la gente contenta aunque no se tuviera tantas coas que al final solo sirven para complicarnos la vida, teníamos trabajo duro pero trabajo y creo no había tantas prohibiciones como ahora. multas para aquí multas para allá todos con multas” dinero que nos quitan con el mismo sueldo o menos, para bien o mal muerto esta alguno, sabéis cuando habrá Gobierno el pueblo ya hablo y clarito 2 veces”
Había menos población en el mundo, menos contaminación, menos coches… Cuando ibas con caballo en el Far Western no te ponían multas ni ponían semáforos en las montañas y los pueblos. Los aviones no hacían ruido, ni las motos. Las fronteras no estaban tan vigiladas ni había un muro que separara a EEUU de México, ni a Berlín. Estabas tranquilo en la granja, como un perroflauta, sin teléfonos, ni móviles. Se vivía en paz, sin guerra, en Grecia, en Roma, en Francia, en EEUU, en España, en Polonia, en Europa, en Rusia, en Austria, en Chile, en Mongolia, en Turquía,… Leer más »
Si eres más tonto, no naces.
Al Sr CHIRIBICH y sus oponetes.. En mi elemental y mas que limitado e ingenuo criterio, creo que todos tienen “parte” de razón ó de acierto así como desacierto en lo que aseveran.. Lo he comentado alguna vez anteriormente..en mi opinión, ni Franco, ni sus oponentes militares ó políticos de su generación fueron para mí santos, ni estuvieron limpios de graves responsabilidades de sangre inocente.., antes, durante, final de nuestra contienda y hasta el fin de la 2ª Guerra Mundial.. Sólo Dios lo sabe con certeza, y ya los ha juzgado a todos por sus fallos y comportamientos, y si… Leer más »
Tu actitud en apariencia imparcial del primer párrafo incurre en una postura injusta al no reconocer la legítima reacción de las derechas.
Libertad pa que? Pa decir tontas na mas
Eso es, más o menos lo que decía Lenin.
Brillante exposición de la realidad que padecemos en España, auténtico laboratorio de esta conspiración de quienes ya sabemos (los innombrables) para llevar a cabo la destrucción de la sociedad cristiana europea en “Occidente”. Y claro que están identificados, tanto quienes ponen infinidad de millones para esas ONG que predican la herejía del dictado de los “LGBTI”, punta de lanza de la subversión social, como los lacayos en gobiernos y medios de comunicación de masas.
Yo escribo mucho, tal vez demasiado, ya desde la época de Franco, y puedo y debo decir que ahora HAY MÁS CENSURA QUE ENTONCES.
Se hace de una manera sibilina, simplemente ingorando tus colaboraciones, no publicando tus carts al director, o comentando tus libros, etc.
Es decir, no es una censura directa como en la época de Franco, PERO ES MÁS DURA, EFECTIVA Y SIBILINA.
Si no escribes lo “políticamente correcto”, ESTÁS MUERTO PARA EL SISTEMA.
Y yo estoy muerto… ¡Menos mal que queda ALERTA DIGITAL Y ALGÚN OTRO MEDIO ALTERNATIVO!
NO, SE QUIEN Ó QUIENES CENSURÁN TANTOS MIS ESCRITOS, PARECE SER, QUE ESTOY ESCRIBIENDO CENSURANDO UNA DICTADURA Ó CHEKA GRACIAS DE TODOS MODOS, AQUÍ, NO VALE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN.
P.D.
AL PÁN PÁN Y AL VINO, VINO. YO NO ALABOS A LOS POLÍTICOS HIPÓCRITAS.
QUE ARRUINAN A SU NACIÓN ESPAÑOLA, SEAN ESTOS/AS, DEL COLOR QUE SEAN.
Saludos,
Esto no es mío pero viene al caso: “Vas perdiendo el debate, tu oponente muestra una opinión razonada y tranquila, contraria a los valores impuestos??, no te preocupes, desacredita a tu oponente fácilmente, grita: Racista!!, Xenófobo!!!!, Machista!!!, Islamofobo!!! Fascista!!!, Nazi!!!; y debate ganado al instante.” No se como sería la censura con Franco (soy demasiado joven y no tuve el privilegio de vivir en sus días…), pero la utilización de las llamadas “Palabras Policía” son la más asquerosa e inmunda censura que yo haya conocido (aparte de la ofrecida por la prensa de este país, como ejemplo, leanse las noticias… Leer más »