El Papa aprovecha la homilía en la Sagrada Familia para condenar el aborto y pedir a los estados leyes que apoyen la natalidad
El segundo y último día de la visita del Papa a España tenía dos momentos importantes. El de la consagración de la Sagrada Familia como templo y el mensaje que de Benedicto XVI en la homilía de la misa celebrada en la obra que diseñó de Gaudí. Un día después de su llamamiento contra la caicidad creciente de España, el Papa ha pedido que se supere la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana y ha condenado con firmeza la eutanasia y el aborto. En ese sentido ha pedido a los estados que la natalidad sea “dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente”.
También ha pedido apoyo del Estado para los matrimonios entre un hombre y una mujer, así como medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y el trabajo su plena realización. En la misa de consagración, a la que asistían los Reyes, el Pontífice ha señalado que la belleza “es la gran necesidad del hombre, ya que invita a la libertad y arranca el egoísmo.
El Obispo de Roma ha destacado durante la homilía que el templo está dedicado a la Sagrada Familia y ha dicho que aunque las condiciones de la vida han cambiado mucho y con ellas se ha avanzado enormemente en ámbitos técnicos, sociales y culturales, no podemos contentarnos con estos progresos. “Junto a ellos deben estar siempre los progresos morales, como la atención, protección y ayuda a la familia, ya que el amor generoso e indisoluble de un hombre y una mujer es el marco eficaz y el fundamento de la vida humana en su gestación, en su alumbramiento, en su crecimiento y en su término natural”, ha afirmado. El Papa ha agregado que sólo donde existen el amor y la fidelidad, nace y perdura la verdadera libertad.
En defensa de la “institución familiar”
Benedicto XVI ha añadido que la Iglesia aboga por adecuadas medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización, y para que el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia sean decididamente apoyados por el Estado. También ha dicho que la Iglesia pide que se defienda la vida de los hijos como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción; para que la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente. “Por eso, la Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar”, ha subrayado.
Del templo de la Sagrada Familia ha dicho que es un “signo visible del Dios invisible” y que en él, Gaudí quiso unir la inspiración que le llegaba de los tres grandes libros en los que se alimentaba como hombre, como creyente y como arquitecto: el libro de la naturaleza, el libro de la Sagrada Escritura y el libro de la Liturgia.
Tras la misa, a la que asisten unas 8.000 personas dentro del templo y unas 50.000 fuera, el Papa ha rezado el Ángelus desde el atrio de la fachada del Nacimiento.