Lo que ha sucedido este sábado 1 de octubre en Ferraz es increíble e impropio de un partido democrático. Y es algo que también ha ocurrido los días anteriores al abrirse las hostilidades entre los críticos y los oficialistas de Sánchez. Porque que en el Comité Federal del PSOE haya habido insultos, descalificaciones, broncas, etc., es una prueba del descontrol y el caos que reina en la dirección de esta formación política.

No es lógico que en un partido político se desate una guerra interna tan brutal por el control del poder. Los críticos dirigidos por Susana Díaz han obligado a dimitir a Sánchez. Las formas me parecen deplorables. Un destacado socialista como es Pérez Tapias que era partidario de la celebración de un Congreso Extraordinario para buscar soluciones a la fragmentación de la dirección del partido socialista salió sintiendo que el “el PSOE está roto” y “ya no tiene arreglo”. Tras la dimisión de Sánchez hasta que se celebre el próximo congreso interno y salga una nueva dirección una gestora estará al frente del partido socialista de forma temporal por Javier Fernández. Se esté o no de acuerdo con el pacto firmado con Ciudadanos por el partido socialista parece que en la dirección de un partido no se pueden hacer las cosas tan mal. Considero que las agrupaciones territoriales no deben ser las que marquen el rumbo político de ningún partido.

A partir de ahora parece que el desbloqueo político puede ser superado con la previsible abstención de los socialistas para hacer posible la investidura de Rajoy y poner fin a la situación de interinidad que está padeciendo la ciudadanía española desde hace tantos meses. Al final el poder de los barones socialistas ha sido más que suficiente para destrozar los planes de Sánchez y su estrategia política en unos pocos días.
Fernando Savater ha hablado de un consenso o pacto entre PP, PSOE y Ciudadanos y da la impresión de que va a conformarse o constituirse algo bastante parecido con la voluntad explícita de una considerable parte de los integrantes del Comité Ejecutivo. Aunque con las vueltas y cambios de la actividad política española no se puede asegurar nada con certeza, ya que de un día a otro las cosas cambian de modo espectacular.

Desde luego el espectáculo mediático que se ha producido en Ferraz ha sido lamentable, por causa de la tremenda división interna en la dirección de los socialistas. Todo esto es un ejemplo de lo que no debe ser nunca un partido que representa, supuestamente, los intereses y el bienestar de todos los ciudadanos desde un enfoque ideológico determinado. Y todo esto teniendo en cuenta que España está sufriendo un nivel de pobreza que alcanza a uno de cada cinco hogares. Y frente a esta situación límite en la dirección del PSOE se dedican a luchar por el poder en su partido. No cabe duda de que es preocupante pensar que el 28,6 % de la población de los ciudadanos españoles estén en riesgo de pobreza y exclusión social. A esto es a lo que deberían ir orientados los esfuerzos de los políticos y dirigentes de cualquier partido político.