La crisis del PSOE
Carlos Mallo.- Desde la celebración de la última cita electoral en Galicia y País Vasco, la semana e ha desarrollado alrededor de la debacle socialista en ambos territorios sin importar condición, característica o elemento diferenciador alguno. La campaña política desenvuelta en ambos territorios, unido a la elección de los candidatos y las listas conformadas han representado en todo momento los temas más discutidos durante la misma, observando los espectadores – electores como cobrara más importancia la lucha por el poder antes que la conquista de la gobernación de ambos territorios.
Es más, a pesar de que el candidato socialista había sido elegido por primarias, la falta de aceptación desde el primer momento ha supuesto la desafección política de la mayoría del partido, negándose a participar en la campaña en ningún momento, y convirtiéndose en la actualidad en los denominados críticos. La falta de apoyo a los candidatos ha sido más que evidente por ausencias singulares como Doña Susana Díaz Pacheco, Don Guillermo Fernández Vara, o Don Ximo Puig Ferrer a nivel nacional o Don Pachi Vázquez Fernández o Don Abel Ramón Caballero Álvarez a nivel autonómico que han evidenciado la negativa a participar en la cita electoral, a diferencia de otras personalidades como la popular Doña María Dolores de Cospedal García que ha paseado Galicia hasta lugares insospechables como Cospeito en Lugo para apoyar (o no) a su candidato.
Las palabras de Don Felipe González Márquez en la Cadena Ser han confluido en el sacudido Comité Federal del día de ayer y la dimisión del Secretario General del PSOE a las 20 horas veintiún minutos de la tarde, Don Pedro Sánchez Pérez – Castejón, como si dicho hecho supusiera la resurrección del partido. La formación de la gestora se identifica como la única maniobra política para corregir las decisiones, votaciones y discurso político vendido del partido hasta días atrás. Quedará para el recuerdo la famosa expresión del “No Es No, Y Que Parte Del No, No Se Ha Entendido”, así como las aspiraciones del candidato para conformar el mal llamado gobierno del cambio, a saber, la realidad ha sido más bien distinta por cuanto los intereses particulares o la verdadera falta de entendimiento, prohibido, con otras fuerzas que no fueran el Partido Popular y/o Ciudadanos han decantado el camino a la perdición Don Pedro Sánchez Pérez-Castejón. A la par, la forma de controlar organizacionalmente al partido socialista ha dejado mucho que desear toda vez que los numerosos escándalos notorios no han dejado a nadie indiferente.
Sin embargo, no debería de apuntarse únicamente hacia la figura del mismo como verdadero inconveniente del Partido Socialista por cuanto la jugada política orquestada en los pasados días por los críticos ha demostrado reiteradamente el rechazo a la introducción de fórmulas democráticas nacidos de la nueva política, al ser los altos dirigentes quienes han obligado a dimitir al candidato, fijado el nuevo rumbo político y los miembros de la gestora sin contar con el apoyo o discordancia de los afiliados. Por tanto, en la vida política española no sólo el fondo de la cuestión es importante a la hora de intentar manejar un partido, sino que las formas y maniobras de cara al futuro electorado son clave para el expectante auge o fracaso de próximas citas electorales.
Asimismo, la victoria de los críticos socialistas tampoco resuelve la frustración de merma de votos que comenzó en tiempos de don Alfredo Pérez Rubalcaba por lo que el cambio de la figura del líder deberá ir acompañada de una demostración real de cambio de políticas, abandonando aceptadas consignas populares o simples propuestas al viento. Los ciudadanos y afiliados deberán recuperar la confianza en los que presidan el partido, siendo las actuaciones de los dirigentes las que permitan identificar las probabilidades de existencia de una alternativa para la gobernación.
A tenor de lo anterior, el cuidado en la elección del próximo secretario general, los integrantes del comité federal y el equipo humano que les acompañe deberán ir en la misma dirección cuando menos ante la opinión pública basada en principios de regeneración democrática e ideario propio y definido. No es posible para la ciudadanía la existencia del nuevo Partido Socialista Español como un reflejo de los algarabíos y corruptelas del partido socialista de Andalucía, a pesar de que no fuera su lideresa la causa de las mismas.
Igualmente, debe recordarse que, si la causa exclusiva de despido del secretario general hubiese sido la negativa a apoyar un gobierno de don Mariano Rajoy Brey, en dicho momento, los díscolos representados en el Congreso de los Diputados deberían haber presionado el botón de la abstención, con independencia de las consecuencias que les pudieran suceder, pues esas eran y son su auténtico posicionamiento político. La renovación democrática y la regeneración política siguen siendo expresiones vacías de contenido desde el momento en que la disciplina de voto sigue vigente y la responsabilidad personal para con el líder del partido.
Mismamente, la contrariedad de las aspiraciones del ex líder socialista podrían haber sido sorteadas fácilmente mediando la libertad de voto en el Congreso de los Diputados apelando al sentir que cada uno de los diputados tuviera a bien, o bien haberse sentado a negociar con el Partido Popular pudiendo haber pedido cuanto le viniera en gana, y convirtiéndose en el control y sobrepeso del gobierno de España, tarea que a partir de la próxima semana será desenvuelta por la Gestora. Sin embargo, ¿cómo es posible que las decisiones se hayan postergado nuevamente una semana más con la delicada situación de España?
Asimismo, las informaciones que han salido a la luz no permiten ver cual primeramente si dimitirá de su escaño en el Congreso, ya que los días en el partido socialista están contados o bien se incorpora al grupo mixto como independiente, o bien permanecerá desaparecido, pero con su alto sueldo durante el tiempo de legislatura viendo como otros luchan por la supervivencia del partido.