Les presentamos a Aizpea Etxezarraga, la vasca que desea la muerte al niño con cáncer que quiere ser torero
AD/AC.- Reproducimos su imagen para que todos la reconozcan: “Adrián, vas a morir”. Es el deleznable mensaje que esta antitaurina publicó, en su perfil de Facebook, dedicado a un niño de tan solo ocho años, enfermo de Sarcoma de Ewing y que quiere ser torero. Se llama Aizpea Etxezarraga, natural de Guipúzcoa y sabemos que puso en marcha una clínica de osteopatía con una socia, que al parecer se ha desvinculado de ella tras el escándalo. Ésta es su página animalista (ver).
Aizpea Etxezarraga cobró triste fama al publicar un mensaje en Facebook provocando una reacción unánime de condena a sus palabras y de apoyo al pequeño Adrián. “Que qué opino? Yo no voy a ser políticamente correcta. Qué va. Que se muera, que se muera ya. Un niño enfermo que quiere curarse para matar herbívoros inocentes y sanos que también quieren vivir. Anda yaaaa! Adrián, vas a morir”, escribió.
Ahora el perfil de Facebook ha sido cerrado o ha aumentado su nivel de privacidad y no puede ser consultado.
El mensaje de esta antitaurina ha provocado una oleada de reacciones de condena. La Fundación del Toro de Lidia ya ha anunciado que emprenderá acciones legales.
Es complicado entender por qué tanta gente odia (literalmente) a los aficionados taurinos, toreros, banderilleros y otras profesiones relacionadas con el mundo del toro. Yo no creo que responda a cuestiones humanitarias, porque un buen número de estos individuos se permiten pensamientos sanguinarios: odiar y -como quien no quiere la cosa- andar pregonando que aficionados y toreros merecemos todo tipo de castigo divino, incluso cierta clase de empalamiento horrible.
Supongo que no desean a los cocineros una muerte terrible, hervidos en agua caliente o calcinados sus cuerpos a la parrilla ni al calor de los fogones; y este no es un detalle menor, porque España y el mundo están sembrados de restaurantes donde se guardan refrigerados -para ser espléndidamente comidos- un importante número de restos de animales mamíferos y pescados. Sin embargo la gastronomía, que involucra permanentes escenas de matanza y descuartizamiento, está muy bien vista. El auge de su prestigio incluso deja en evidencia una cierta pereza (u holganza) intelectual interesante.
Habitamos en un mundo que da la espalda a la lectura en beneficio de la televisión. Un mundo que ignora la pintura y la escultura en favor de los deportes televisados o el consumo frívolo; que olvida la ópera y el teatro, pero vive absorto ante una pequeña pantalla portátil (entre otros muchos ejemplos diarios de lo que es la vida moderna). Es un mundo que fácilmente se entrega a una corrección política entre comillas y para haraganes; que puede permitirse el «factor desprecio», el odio inquisitorial, una tormenta de opiniones irresponsables y reaccionarias, de deseos imperdonables. También se permiten mirar a otro lado mientras el mundo se desangra en una desigualdad inestable, que mata de hambre en las guerras o en las paupérrimas barcas del exilio forzado: se permiten demasiado y, al mismo tiempo, demasiado poco.
Creo no equivocarme si considero que este fenómeno no es más que ignorancia desatada, incluso en ámbitos universitarios afines a la intolerante abolición. El Reich animalista se considera además a sí mismo el protagonista permanente de una buena acción solidaria, curiosamente humanista o rabiosamente animal. Sin embargo, desnuda un bestialismo intolerante, una profunda pereza intelectual y un peligroso desapego por la sensibilidad correcta, por la vida satisfactoria y la natural tolerancia que impone la convivencia. Exhibe un desorden de valores altamente temerario, o francamente ridículo.
Es frecuente invocar la excusa de la legalidad moral de la matanza alimentaria apelando a que «sirve para alimentarse». Servidor duda que las langostas (cocidas vivas en agua hervida), el caviar o el faisán -o mismamente los vacunos sacrificados- estén alimentando a un mundo hambriento. Desde hace siglos la mayoría se malalimenta con productos no cárnicos, digamos arroz acompañado por ocasionales pedacitos de pescado, chorizo o una carne barata. Proteínas, las justas. La justificación alimenticia de la masacre de las carnes ofende a la razón. En Argentina la ingesta de carne es un ritual de amistad, celebración familiar y festín para el paladar; no se trata de alimentarse ni paliar el hambre. Otra mala broma de las juventudes animalistas adoctrinadas en Facebook: una familia media malamente puede pagar un asado (barbacoa fetén) por mes, la carne es un lujo. Descartemos esta lobotomía portátil que justifica la escabechina que pone en funcionamiento la industria cárnica y marítima. Los restaurantes de tres estrellas Michelin parecen no importar un pepino a los muy humanitarios enemigos sanguinarios de las corridas de toros. Creo que estos detractores de los toros, tan llenos de razones como de equivocaciones, responden a una pereza intelectual aguda, agresiva y terminal: no leen libros (aunque existe el caso de universitarios ensoberbecidos de lecturas académicas que nunca se equivocan). Mayormente, mis justicieros viven embutidos en sus teléfonos galácticos y difícilmente leen a diario el periódico -o periódicamente el diario- para formarse una conciencia mínimamente aceptable; y no es que me crea a rajatabla todo lo que leo, más bien se trata de entrenamientos de gimnasia mental para poder opinar con algún fundamento, incluso leyendo entre líneas editoriales.
La tauromaquia no es maltrato de animales, ni asesinato, ni tortura. La tauromaquia es compás, es valor y es respeto por el medio ambiente y por el toro. Es ecológica y sostiene una tradición ganadera ejemplar. Es cultura benigna, porque es la costumbre de las letras de Lorca, de la tinta china de Picasso, de los libros de Hemingway, del texto imperdible de José Bergamín, de la historia contada por Belmonte y Chávez Nogales; es la tauromaquia de Dalí y de aquellos que aman al toro en la plaza, embistiendo con peligro en cada galope. Es arte que ofrece la vida. Es música, color y valor.
Valores, buenas tradiciones. Es pueblo y campo, es ciudad y es algarabía, es encierros y novilladas, es ilusión de niños toreros. Da sentido a la vida de los aficionados y a la vida del toro, el más amado de los animales (con permiso de las mascotas que esperan castradas que les permitan orinar mientras mendigan la atención de los dueños que, a falta de un amor mejor, se retratan con el perro para mostrar la foto en san Valentín). El móvil es el mejor amigo del hombre, el perro es un animal doméstico, que vive castrado sin conocer jamás la vida silvestre. El toro es el animal mitológico que representa la leyenda.
Mientras la humanidad acorrala el hábitat de los animales silvestres construyendo ciudades, caminos, y fomentando cambios climáticos, la tauromaquia protege la ecología sostenible del campo bravo y salva la existencia de la raza y su bravura. Pero la inquisitorial animalista no entiende ni quiere entender que no hay razón alguna que convalide la violación de los derechos humanos. Las juventudes animalistas (no hay edad para celebrar la intolerancia ni la ingesta inapropiada de información demagógica) están en su punto más alarmante de frivolidad y holgazanería. Y el juego político, que ofrece a diario un lamentable espectáculo, menosprecia con demagogia la cuestión para rascar unos votos. No llueve a gusto de todos. Pero no se puede parar la lluvia y prohibirla resulta una necedad imperdonable, que no se justifica con desinformación rampante, con desprecio por la voluntad de las gentes y su derecho a la libertad, ni para engordar el caldo de puchero de la clase política que atropella flagrante el espíritu del pueblo. ¡Para variar!.
Lo que ha comentado esta mujer está totalmente fuera de lugar, pero esta publicación es amarillismo puro pro taurino, no periodismo objetivo.
Aizpea Etxezarraga, el valor de tu persona en esta sociedad es el equivalente a el valor de una MIERDA PISOTEADA EN EL SUELO.
QUE LE SALGA UNO EN LA LENGUA,Y DESPUES QUE SE MUERA ESA CRIMINAL
No se puede hablar mejor ni más claro, enhorabuena.
Hipócritas animalistas. Mueren cientos de miles de personas en Sudán del Sur, Burundi, Siria, etc y no sienten la más mínima pena, y luego se vuelven ultraviolentos porque te comes una chuleta de lechal. A ver cuándo criticáis los sanfermines o la fiesta del cordero (ah, no, que a vascos, catalanes, navarros, musulmanes y aborígenes de cualquier parte del mundo ni tocarlos)
Importante el hacer que se vea bien en el titular que es vasca. Si hubiera sido una chavala de Albacete seguro que no se hubiese puesto en el titular. Pero claro, es que así matan dos pájaros de un tiro: se meten con los vascos y linchan a una antitaurina por gilipollas.
Sobra decir que del título ya no he pasado.
Lo que ella hizo está fatal, particularmente no deseo la muerte a nadie, el resto no convence, la tauromaquia no es un arte, lo será cuando quiten las banderillas y la espada y solo hagan espectáculo de capota, el resto pintes como lo pintes encierra mucho dolor al animal y sufrimiento
YO CREO QUE ESTAS ESCORIAS HUMANAS NO MERECEN LA PENA COMO PARA PERDER NI SIQUIERA UN SOLO MINUTO.
El pijoprogre izquierdista moderno(un burgués ñoño e imbécil) tenía como rasgo común psicótico aquello de la sobresocialización, pero ya no. Ahora ya es la “sobreanimalización”. Aunque no siempre, es bastante común que el animalista suela tener bastante aversión a la especie humana. Esta aversión suele estar causada por problemas relacionados con la madurez, los traumas y una personalidad inestable. El animalismo no es que te gusten los animales , el animalismo es una tara mental infantiloide que consiste en atribuir a los animales cualidades iguales o mayores a las del ser humano. El animalista habla a los animales creyendo que… Leer más »
Como animalista y antitaurina condeno del modo mas absoluto el asqueroso comentario de esta señora que no representa en ningún modo a la gente que legítimamente cree que la corrida no es cultura sino sangre y tortura. Impresentables como esta tipa por desgracia los hay en todas partes. Encuentro lamentable que la prensa y las TV no hayan dado voz a los movimientos de protección animal. No se puede juzgar a la muchísima gente que en España es abolicionista con estas repugnantes palabras de una posiblemente demente. Dicho esto tampoco me parece adecuado que unos cuantos toreros hagan propaganda a… Leer más »
No estoy de acuerdo con lo que le dijo la mujer al niño. Pero comparar un cocinero. Con un torturador de,animales y que mata sin ningun fin. Sino el disfrute de las,personas. Eso si es una barbaridad que se merecen algun castigo. La comparacion del cocinero es,de chiste
Bueno es hora de dejarla en paz, en mi opinion pienso que ella es como yo , que suelta mierdas por la boca cuando le indigna algo . El odio y hasta los putos cojones de la gente que asesinan toros es algo que a mi me hinchan los cojones y desearia ver a todos los toreros sin ese trabajo y el arte de que reciban cornadas. Es cierto que le deseo la muerte a un niño enfermito, eso si que no lo tolero, pero la puta gentuiza de mierda no se para a ver m,as alla de su odio… Leer más »
Y en esta noticia podemosnobservar lo absurdo y desproporcionado de ina persona que bien o mal solo ha publicado unas palabras y ponemos foto, nombre y apellidos etc… Cuando a los asesinos, violadores etc. Solo se piblican iniciales y en muchas ocasiones no foto.
Ya quisieran los animales que se destinan al consumo humano, pollos, conejos, terneros, etc., tener la calidad de vida que tiene el ganado bravo, tener la oportunidad de vivir en estado puro y salvaje hasta que llega la hora de la lidia, y disponer de la suerte de salir indultado. Que yo sepa, del matadero no se escapa ni un solo pollo y ya me dirás, 3 meses a base de pienso de engorde y sin ver la luz del sol.
Estoy convencido que si el niño ese en lugar de torero, quiere a ser algo útil para la humanidad, no montáis este pollo.
No se puede aprovechar un comentario horrible y totalmente desafortunado para hacer apología de la tauromaquia. Es horrible lo que ha dicho e igualmente es horrible torturar y asesinar seres vivos sensibles en el circo romano moderno que son las corridas de toros.
Nota del administrador: Estaremos encantados de validar sus comentarios cuando los escriba usted correctamente. Esto no es un chat entre perroflautas.
Perdoneme usted, pero el toreo no es arte ni cultura, es TORTURA en toda regla. Puede adornarlo con los mejores adjetivos pero la realidad es la realidad: una matanza en presencia de humanos sedientos de sangre.
Lo de esta individua, es vergonzoso me dió asco leer su comentario.
Pero es lamentable, muuuy lamentable, como el mundo taurino está utilizando el comentario de tal individua y la enfermedad del crio en pro de la tauromaquia.
Hay muchas malas personas en este mundo, así nos va, Aizpea Etxezarraga es especial y terriblemente una mala bestia, y digo bien, bestia y no persona.
Muy bien explicado.No voy ni a dirigir una sola palabra a la …..esa por que no las merece.animo adrian que tu puedes.