Sin suicidio asistido
La propuesta holandesa de aplicar el suicidio asistido a personas que están cansadas de vivir aunque no estén enfermas me parece excesivo. Es verdad que lo de la muerte digna puede ser algo aplicable en situaciones de comas irreversibles o situaciones similares. En estos casos puede entenderse que sería una eutanasia o buena muerte entendible.
Otra cosa muy distinta es que las personas mayores que se sientan abandonadas y enfermas quieran morirse por la dureza de sus circunstancias. El suicidio en España no está autorizado por las leyes. Porque se entiende que es fundamental el derecho a la vida. Vivimos en una cultura de vida y no de muerte. La prolongación de la existencia está ya en el juramento hipocrático y forma parte de las buenas prácticas de los médicos.
Los ministros holandeses que están a favor del suicidio asistido voluntario considero que no tienen razón. Porque si un cierto número de personas mayores no quieren seguir viviendo deben buscarse las causas de su deseo de morir y no ayudarles a acabar con su existencia en el mundo.
En relación con esta polémica el médico José Antonio López Trigo, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, dice: “El cansancio de vivir es un término inespecífico. Suele esconder un ánimo depresivo y es muy común escuchar en consulta esta expresión. Si en ese momento todos se dejaran llevar, no quedaría nadie”. Se debe tratar de saber qué está ocurriendo en la sociedad para que tantos mayores quieran salir de este mundo. Las causas para mí están muy claras: soledad, abandono, falta de cuidados y de atención, etc.
El líder del partido socialista holandés, Emile Roemer, ha dicho unas fuertes palabras contra el gobierno de Holanda: “la gente mayor lo que merece es recibir buenos cuidados. Pero el gobierno está haciendo lo contrario para ahorrar dinero”. Considero que lo que debe hacerse es intentar, por todos los medios posibles, que las personas tengan calidad de vida siempre, independientemente, de la edad que tengan.
En España creo que se tiene que hacer más esfuerzo para ayudar y tratar con más cuidados a los mayores, aunque comparados con Holanda se están haciendo mejor las cosas, al menos, respecto a lo relativo a la muerte digna y la eutanasia. Lo esencial es cuidar los unos de los otros en el ámbito familiar y también los servicios sociales y la sanidad y la seguridad social deben tomar aportar más asistencia domiciliaria y de todo tipo, en función de las necesidades existentes en cada momento.
En el futuro cercano cada vez habrá más mayores viviendo solos. El concepto de familia se está resquebrajando o desapareciendo en algunos aspectos esenciales, aunque todavía puedan quedar muchos ambientes familiares acogedores en el sentido tradicional del término.
Es dramático que los datos del INE reflejen que de 2007 a 2014, el porcentaje de suicidios en el grupo de edad de 60 a 69 años aumentó un 21,9%; en el de 80-89 años en un 8,3% y en el de los de más de 90 años, un 41,5%. El cuidado de los mayores debe ser una prioridad política de cualquier gobierno, porque se merecen una vida digna, Porque, si algunas familias se desentienden de sus mayores, el Estado tiene que echar el resto y atenderlos adecuadamente.