Estimado Armando: Ayer noche, después de un día ajetreado que, entre otras cosas me impidió conectarme a internet, “ojear” la prensa digital, antes de irme a descansar me encontré con tu artículo denigrador, destructivo, en el que pones a caer de un burro a Santiago Abascal y por añadidura al partido político VOX, del que soy miembro activo.

Recuerdo que cuando entré a formar parte de VOX,algunas personas me lo desaconsejaron, con “argumentos” del tipo: “no te fíes de esas personas, no tienen un pasado demasiado claro, más bien turbio; no son trigo limpio…”, todo ello en la dirección de sembrar dudas acerca de quienes promovieron VOX y sus principales dirigentes locales, provinciales y nacionales. Nunca he oído ni leído nada que vaya en la dirección de debatir ideas, proyectos, acciones. Nunca hasta ahora he visto a nadie que critique a VOX que no hable de oídas, que no hable para poner etiquetas, por supuesto despectivas (del tipo “son el partido de la extrema derecha”, “son franquistas”, “odian a los extranjeros”, “son machistas”, y un largo etc.) para caricaturizar, para criminalizar. Nunca hasta ahora he visto, u oído, o leído a nadie que demuestre en sus opiniones o reflexiones respecto de VOX que haya leído nuestro proyecto, lo que VOX propone para dar solución a los graves problemas que España y los españoles padecemos… Nadie hasta ahora, que yo sepa, ha hecho otra cosa que recurrir a los tópicos, a las consignas, a la falacia ad hominem: “fulanito no es el más indicado para tal o cual cosa, no merece crédito alguno, por su trayectoria personal no se puede esperar más que…”; o la falacia ad populum: “todo el mundo sabe que VOX es, o no es, no sé qué y no sé cuántos”.

De veras que es grande la osadía de quienes dan el paso de opinar, criticar, hablar ex cátedra acerca de lo que ignoran; es por ello que son muchos los que acaban diciendo insensateces… claro que muchas de esas insensateces entran en el terreno de la calumnia, la injuria, la difamación. Y como dice el refranero: “difama, que algo queda”, pues el común de los mortales es desconfiado y dado a dar crédito a comentarios maliciosos, y aplica aquello de “cuando el río suena, agua lleva”.

Estimado Armando: ¿Por qué le tienes tanta “tirria” a VOX, y en particular a su presidente, Santiago Abascal? ¿Por qué haces comentarios tan despectivos acerca de su trayectoria personal? Evidentemente, Santiago Abascal, como humano que es, habrá cometido errores en algún momento, desde que echó a andar en política, como el que más y el que menos, pero de lo que no se le puede acusar es de ser un “político profesional” tal cual tú afirmas en tu artículo “Vox, una gran farsa; Santiago Abascal, un vividor a lomos del identitarismo”.

Efectivamente, Santiago Abascal abandonó el PP para fundar VOX, por la sencilla razón de que el Partido Popular hacía ya mucho que había renunciado a todo lo que siempre había afirmado que era “irrenunciable” y había acabado abrazando el consenso socialdemócrata, había acabado practicando políticas antiliberales y había acabado renunciando al humanismo cristiano y abrazando la ideología neomarxista, liberticida, totalitaria, de nombre “perspectiva de género”; y otras renuncias más.

Efectivamente, Santiago Abascal fundó junto con otros VOX, porque consideraba (y todos los que formamos parte de VOX) que existe un “camino a la derecha”, y que la hegemonía cultural de la izquierda no tiene que ser definitiva ni inevitable. Como afirmó Santiago Abascal no hace mucho, “no puede haber “izquierda” si no hay nadie a su derecha”. Santiago Abascal, y quienes con él estamos en el proyecto VOX, somos gente sin complejos, que no pedimos perdón por pensar y sentir lo que sentimos y pensamos, que llamamos al pan, pan, y al vino, vino (tal cual como tú haces desde Alerta Digital).

Armando, permíteme que te diga que me parece tremendamente injusto que afirmes lo que afirmas en tu artículo acerca Santiago Abascal, acerca de quien con cuarenta y pocos años no ha parado de implicarse en la guerra contra la mafia separatista Etarra; me parece injusto que maldigas a quien la mafia separatista vasca pretendió liquidar (también a su padre) desde muy temprana edad, cuando apenas acababa de salir de la adolescencia.

Para empezar, te recomiendo que te dejes caer por nuestra página web y leas nuestros documentos, allí podrás encontrar cuáles son nuestros principios, que descubrirás que coinciden plenamente, o casi, con lo que tú consideras cuestiones irrenunciables. También en nuestra web podrás encontrar los procedimientos, formas de acción que proponemos, así como los objetivos que pretendemos conseguir. Después de esta “obligada lectura”, podrás hacer reflexiones, críticas –sean constructivas o destructivas- e incluso propuestas de mejora; mientras tanto pienso que tus comentarios están de más. A mí no se me ocurre nunca hablar, opinar, reflexionar, y menos “pontificar” sobre aquello de lo que ignoro todo o casi todo. Permíteme que, también, te recuerde que hubo un sabio alemán, de nombre Emmanuel Kant (con el cuál se puede estar o no de acuerdo en todo o en parte) que dijo que “la persona sabia es la que está siempre dispuesta a aprender, y para ello es necesario que esté dispuesta a cambiar de opinión.

De veras, Armando, es penoso que haya personas que supuestamente parten del mismo diagnóstico respecto de la terrible situación que sufre España, y que, también supuestamente, pretenden los mismos objetivos y aplicar los mismos remedios… que, en lugar de tratar aproximarse a quienes perciben como afines se dediquen a sembrar dudas, a criminalizarlos.

¿Por qué, Armando? ¿Por qué no intentar conseguir alianzas, la unidad de acción con quienes, también como tú, están en el convencimiento de que en nuestra Patria es necesario que se consolide ya, cuanto antes mejor, una “derecha alternativa”, que acoja a todos los que sienten que su seña de identidad es la pertenencia a la Civilización Judeocristiana; una “derecha alternativa” que arrope a los cristianos, a todos los católicos que se sienten huérfanos, no representados en el Parlamento, y menos en los ámbitos en los que se toman decisiones que afectan a nuestras vidas cotidianas, a nuestras familias, a nuestro hijos y a su futuro?

¿Por qué, Armando, no promover el entendimiento –en lugar de la confrontación- con quienes, como tú, consideran necesaria una “derecha alternativa” que acoja a todos los españoles que se sienten liberal-conservadores, que sienten y piensan que lo mejor es la economía de libre mercado y la democracia liberal, con estricta separación de poderes, en la que se aplique aquello de que el mejor gobierno es el que menos gobierna (aunque en principio sea necesaria una política intervencionista que aplique una cirugía de choque a las “enfermedades” que aquejan hoy a España) en el sentido de aplicar el principio de “mínima intervención”, y que el mejor gobierno es aquel que se limita a proteger la libertad de los ciudadanos (protegiendo sus derechos a la vida, a la libertad, a la propiedad y a la búsqueda de la felicidad; que no es lo mismo que “hacerlos felices”) que el mejor gobierno es el que se limita a perseguir el crimen, vela porque se cumplan los pactos entre particulares y nos defiende ante cualquier injerencia, o invasión del exterior?

¿Por qué, Armando, no animas a unirse en un solo frente a quienes consideramos que es imprescindible recuperar el estado unitario, desmantelar el denominado “estado de las autonomías” y recentralizar las competencias que indebidamente fueron transferidas a los gobiernos regionales y que se cree una sola “oficina de compras, de contratación de bienes y servicios”; condición imprescindible para hincarle el diente a la maldita corrupción ¿Por qué, Armando, denigras y haces comentarios despectivos acerca de quienes comparten tu mismas ideas y proyectos?
¿Por qué combates, Armando, a quienes como tú, consideran que la denominada “perspectiva de género” ha de ser erradicada de la legislación española, y especialmente en lo que concierne a la defensa de la vida y de la familia?

¿Por qué, Armando…? ¿Acaso tú y quienes te rodean sois los únicos, los ortodoxos, la “vanguardia” y los demás no somos merecedores de tu respeto y consideración?

Es evidente que Alerta Digital se ha significado especialmente en la última campaña electoral de los EEUU, y apoyado de manera entusiasta a Donald Trump, por ser el candidato que representa ideas, objetivos, proyectos con los que muchos nos identificamos; aunque también otros lo hemos hecho. Sí, así ha sido. Nadie puede negarlo. Pero, permíteme que te diga que ni VOX, ni Santiago Abascal, estamos recién llegados a “esta guerra” (o si deseas, llámala “cruzada”). Te invito, nuevamente a que te dejes caer por la página web de VOX, o leas el libro de Santiago Abascal que lleva por título “Hay un camino a la derecha”, para que compruebes que no somos unos oportunistas o advenedizos, y menos gente con intención de convertirse en parásitos, en la nueva “élite extractiva” y pasar a formar parte de la casta parasitaria y oligárquica que actualmente nos mal-gobierna y que los españoles no nos merecemos.

VOX, permíteme nuevamente que disienta contigo, que te corrija, pretende ser el “cirujano” –a ser posible el mejor, el más competente- que cure a nuestra España enferma, para regenerarla, y sacarla de la corrupción en la que está postrada (corrupción moral, económica, política…) debido a los malos medicamentos que el Partido Popular y el resto de las agrupaciones que forman parte del consenso socialdemócrata le hacen tomar. Ni que decir tiene que en VOX estamos dispuestos a sumar, a aunar esfuerzos y voluntades (no olvidando, por supuesto, que solo se pueden sumar sumandos homogéneos) y que estaríamos encantados en establecer alianzas y lograr la unidad de acción con quienes compartimos principios y objetivos.

Y ya para finalizar, permíteme un ruego: no nos denigres, no nos calumnies, no nos difames, no nos insultes. Saludos.

*Vicepresidente de VOX BADAJOZ