Rajoy, un ‘rajao’ que vuelve a equivocarse apoyando la guerra de Zapatero
Carlos Segade/F.B.- Canta la canción infantil aquello de “Carlos V fue a la guerra montadito en una perra”. Las guerras del Imperio se costeaban a fuerza de préstamos bancarios y a veces las arcas del Emperador criaban telarañas financieras. Ahora esos préstamos son Deuda Pública, el gobernante es Zapatero y poco cambia el cantar si decimos “Zapatero va a la guerra montadito en…”. Una “perra”, eso es lo que queda en las arcas del Estado y sobre esa perra prestada nos embarcamos hacia Libia. El caso libio es uno de los casos más flagrantes de hipocresía que se ha vivido en el mundo occidental en décadas. El dictador libio, que lleva años y años en el poder, resulta que solo ahora es condenable por sus crímenes. ¿Qué ha hecho ahora que no hubiera hecho hace diez o veinte o treinta años o cuando visitó España oficialmente? Simplemente que ahora su posición débil y una guerra civil de resultado incierto podría encarecer el precio del petróleo en un momento bastante perjudicial para todos.
Lo que los dictadores árabes no quieren reconocer y los socialistas tampoco es que en el mundo, como en los mercados domésticos a los que vamos todos los días, el que paga es el que siempre tiene razón. La cómoda posición de proveedor de petróleo tiene la gran contrapartida de que te obliga a mantener siempre esa atmósfera estable que necesitamos los clientes para que nuestra prosperidad no se vea afectada. Sadam no era consciente de esto, ni los iraníes, ni los venezolanos, ni Gadafi tampoco. Creer que porque uno tiene el grifo del petróleo es invencible es una verdadera ingenuidad.
El que paga manda. Zapatero va a la guerra porque otros países que le han sacado del atolladero financiero quieren ahora su recompensa, especialmente Francia. No se puede mendigar por ahí para que a uno le compren deuda del Estado y pensar que la cosa va a salir gratis. Zapatero va a Libia por las mismas razones por las que Aznar fue a Iraq, porque en definitiva España no se puede permitir decir que no a los que nos pagan.
El Partido Popular se vuelve a equivocar apoyando incondicionalmente al gobierno, como si se tratara de estar siempre al lado de nuestros vecinos hagan lo que hagan. El PP se pone en el papel de partido no demagógico y serio y apoya tanta cuanta guerra sea necesaria como si eso fuese una demostración de que está a la altura de las circunstancias y de que tiene mucho sentido de Estado. Mucho me temo que eso no es un ejercicio de responsabilidad sino un intento de simular coherencia por aquello de no enmendar errores pasados y, además, de paso, asegurarse futuros apoyos externos cuando el PP esté en el gobierno. No se corrige un error con otro error.
Ahora lo que el PP debería exigir primero es la rendición de cuentas y estimación de gastos antes de apoyar la intervención. La guerra no sabemos si va a durar lo suficiente como para que los gastos militares se incrementen significativamente pero, si así fuera, ¿sabemos cuánto va a ser? ¿sabemos cómo afecta a la economía de España? Segundo, si no lo hace el gobierno, el PP debería explicar en detalle por qué apoya la intervención militar, ya que no parece haber muchas razones objetivas para ello, o por lo menos los ciudadanos las desconocemos, aunque se haga con nuestro dinero. Tercero, debe interrogar al gobierno sobre el verdadero alcance del despliegue, lejos del triunfalismo ridículo que Asuntos Exteriores proclama a bombo y platillo. Cuarto, si todos esos puntos no se cumplen, y si además no está claro quién manda y por qué en la coalición militar, el PP debería retirar su apoyo. Eso es, en definitiva, lo que se espera de un partido serio que hace oposición de verdad con sentido de Estado.
Sí, el que paga manda, todos, menos el pueblo español. El pueblo español paga mucho, mucho y se creen que no manda nada, nada.Como los dictadores árabes y algún bolivariano que otro, todos ellos socialistas, por cierto, este gobierno se cree que dando alguna dádiva de vez en cuando el pueblo es feliz. No se puede pensar que el pueblo español no va a contestar nunca. Desgraciadamente para el socialismo, la imposición fiscal lleva parejo el derecho de representación política y mal que les pese a algunos, de pascuas a ramos los españoles pasamos por las urnas y una vez cada cuatro años mandamos, y mandamos mucho.
Por si las encuestas tienen razón, en Ferraz ya le cantan a Zapatero la cancioncilla hasta el final: “la perrita se cayó y Carlos V se murió”.
Rojoy y Gallarladrón han zapaterizado el PP.
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