Los aliados no se ponen de acuerdo sobre quién conduce la guerra en Libia
Maria Laura Avignolo.- Diferencias políticas y diplomáticas para decidir la conducción militar de la operación en Libia forzaron al presidente Barack Obama a mantener ayer dos separadas conversaciones telefónicas con el primer ministro británico, David Cameron, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, desde Chile y El Salvador. Estados Unidos quiere retirarse de la conducción de la operación lo más rápidamente posible y transferir esa responsabilidad a la OTAN, donde probablemente se va a oponer con firmeza Turquía, juntos a otros miembros. Francia rechaza la intervención de la OTAN.
Según un portavoz del gobierno británico en Downing St, Cameron y Obama creen que la OTAN debe jugar “un rol clave” en la campaña militar en Libia . “Los líderes están satisfechos del sustancial progreso que se ha hecho para implementar la resolución del Consejo de Seguridad 1973 y la acción internacional ha ayudado a salvar innumerables vidas de civiles en Bengazi”.
“Ellos acordaron que aún mucho trabajo debe ser hecho y que evitar los heridos civiles continúa siendo fundamental”, anunció. “El primer ministro y el presidente también dijeron que se había hecho un buen progreso en la OTAN sobre el comando y control de operaciones y ahora esos arreglos deben ser finalizados”, explicó el vocero británico.
Muy poco después, un comunicado del palacio del Elíseo informó que el presidente Sarkozy había mantenido una conversación telefónica con el jefe de estado norteamericano. Repitieron similares argumentos a los británicos. Pero con respecto al liderazgo de la acción bélica sostuvieron que “los dos presidentes se entendieron sobre las modalidades de utilización de las estructuras de Comando de la OTAN en sostén de la coalición”.
Sarkozy se inclina por un “comité político”, por fuera de la OTAN, para supervisar las operaciones militares en Libia. El comité busca evitar lo que Obama también pretende con el abandono del liderazgo estadounidense: que los países árabes no vean a los EE.UU. ni a la OTAN bombardeando a sus hermanos libios.
El canciller francés Alain Juppé anunció que se preparaba “para los próximos días”, una reunión de ministros de Relaciones Exteriores de los países que participan en la operación militar en Libia. Podría ser en Londres, París o Bruselas.
“A petición del presidente y con el acuerdo de nuestros colegas británicos vamos a crear una estructura política que involucre a los ministros de Relaciones Exteriores que participan en la operación y la Liga árabe”, dijo el canciller Juppé.
En su presentación en la asamblea nacional, Juppé sostuvo ayer que las acciones bélicas pueden detenerse si Libia cumple con la resolución de la ONU. Un vocero del ministerio de Defensa francés sostuvo que el debate por el rol del OTAN fue muy “vívido” y que “pasaron noches enteras discutiendo con sus colegas estadounidenses y británicos”.
Las divergencias son profundas en la coalición. Gran Bretaña piensa que deben desembarazarse de Kadafi, mientras los estadounidenses opinan que el líder libio debe irse. Los británicos creen en el rol de la OTAN que Francia considera inapropiado. Italia comienza a retroceder y anuncia que por el momento sólo ofrecerá las bases italianas pero no aviones. Noruega no participará hasta que la misión sea clarificada. Emiratos se retractó y dará sólo ayuda humanitaria y el avión de Qatar hasta ahora no atacó.Una disminución de la intensidad de los ataques aéreos va a ser observada en los próximos días.
En una admisión de que la ofensiva se decidió a las apuradas y no está organizada, el ministro de las Fuerzas Armadas británico, Nick Harvey, dijo ayer que no sabe cuánto va a durar la operación.
Mientras tanto, los bombardeos aliados no logran frenar los ataques de Kadafi, que sigue su ofensiva sobre las ciudades rebeldes. Ayer atacaron Misarata y las zonas aledañas.
Si no saben a quién entregar la batuta en esta contienda bélica, yo estoy a vuestra entera disposición. Fuy cabo en la Legión “les sirve”