Pablo Ibar busca 500.000 euros para evitar otra condena a muerte
Aunque ya no esté en el corredor de la muerte, la pena capital sigue acechando a Pablo Ibar. Hoy se cumple un año desde que el Tribunal Supremo de Florida anuló la condena a muerte que pesaba sobre el preso español y ordenó la repetición del juicio, pero Ibar continúa acusado de un triple homicidio y permanece entre rejas aguardando a que se celebre la nueva vista.
«Está cansado de esperar, pero bien», afirma desde Miami su padre, Cándido Ibar. Según explica este ex jugador de pelota, su hijo «es fuerte y está confiado en que va a salir bien», pero añade que han pasado ya «muchos años» y «tiene momentos bajos, es normal».
Pablo Ibar, de 44 años, lleva a la sombra la mitad de su vida. En 1994 se le detuvo como presunto autor de la muerte del dueño de un local nocturno, Casimir Sucharski, y dos de sus bailarinas, Sharon Anderson y Marie Rodgers. En 2000 fue condenado a la pena capital y permaneció en el corredor de la muerte hasta el pasado junio, cuatro meses después de que el Supremo estatal anulara la sentencia por la «deficiente» defensa ejercida por el abogado de oficio asignado en su día.
En la actualidad le defiende un equipo de letrados encabezado por el penalista Benjamin Waxman, que en su mayor parte viene siendo costeado por las administraciones españolas (la central y la vasca, sobre todo).
Para afrontar la repetición del juicio son necesarios 1,3 millones de dólares (algo más de 1,2 millones de euros), de los cuales hasta ahora se ha recaudado el 57,25%, por lo que faltan más de medio millón de euros, según Andrés Krakenberger, portavoz de la Asociación contra la Pena de Muerte Pablo Ibar, que va a iniciar una campaña de crowdfunding para recaudar la parte que no obtengan de las instituciones.
Tras su salida del corredor de la muerte, Ibar fue trasladado a una prisión de Broward, el condado del sur de Florida donde se cometió el triple crimen, sin que el juez le haya concedido la libertad condicional que solicitó.
Restos de ADN en una camiseta
El estado ha vuelto a acusarle de las tres muertes y ha presentado una nueva prueba, los restos de ADN en una camiseta con la que uno de los autores se habría tapado el rostro. La defensa sostiene que esta prueba no resulta incriminatoria, ya que se trata de una cantidad «microscópica» de ADN y la prenda podría haberse contaminado al entrar en contacto con la ropa entregada por Ibar al ser detenido.
Benjamin Waxman estima que, «como pronto, el nuevo juicio se celebrará a finales de este año, aunque muy posiblemente no sea hasta la primera mitad de 2018».
El abogado de Pablo Ibar recuerda que en la actualidad Florida carece de «estatuto» que regule la pena de muerte, después de que tanto el Tribunal Supremo de EE.UU. como el Supremo del estado hayan tumbado en 2016 la normativa que estaba vigente. Primero por considerar inconstitucional que negara a los acusados el derecho a que un jurado decidiera si los hechos estaban probados y luego por permitir que los jurados impusieran la pena de muerte sin unanimidad, como en el caso del español.
El abogado: «La policía falsificó pruebas»
La defensa de Ibar rechaza la que ha sido prueba clave del caso, una imagen borrosa de una cámara de videovigilancia de la casa del hombre asesinado en la que aparece alguien que se parece a Ibar. Se basa en el testimonio de un experto en reconocimiento facial que se niega a identificar al sujeto por falta de nitidez.
Además, esgrimen la coartada de que estuvo en casa de su novia –ahora esposa– en el momento de los hechos. «Mostraremos cómo la policía se centró en Pablo desde el principio para dar por resuelto el caso, ignoró pruebas que apuntaban en otra dirección e incluso falsificó pruebas», asegura el letrado Benjamin Waxman.
En la actualidad, el proceso judicial se haya pendiente de que se resuelvan las siete mociones que presentó la defensa. El juez tiene que pronunciarse ahora sobre la solicitud de descartar el testimonio que prestó por escrito en 2000 un tal Gary Foy, que habría identificado a Ibar saliendo de la vivienda de Sucharski el día de los asesinatos.
La defensa presenta un perito psicológico que apunta a una «falsa identificación» a consecuencia de los procedimientos policiales empleados, que habrían afectado al testigo.
Entre tanto, el día a día de Pablo Ibar ha mejorado no solo por el alivio que supone salir del corredor de la muerte, sino también porque ahora se le permite comunicarse a diario con su familia, algo que antes no podía. «Eso ayuda –explica su padre–, podemos hablar dos veces al día». Además, se encuentra más cerca de los suyos, que viven en la zona de Miami, en el sur de Florida, mientras que antes estaba en el norte del estado, a seis horas de viaje. En cambio, ahora no pueden tener contacto físico, ya que cuando sus parientes van a visitarle, solo pueden verlo por una pantalla y hablar con él a través de un teléfono.
Más de 22 años entre rejas
25 de agosto de 1994. Pablo Ibar es acusado junto a otro joven de la muerte violenta del dueño de un local nocturno y dos bailarinas en una casa de Miramar, en Florida.
28 de agosto de 2000. Tras dos juicios anulados, en el tercero es declarado culpable y sentenciado a la pena capital. El otro acusado también había sido condenado antes.
13 de febrero 2012. Un juez de Broward rechaza un recurso contra la condena. El Supremo de Florida había rechazado otro en 2006. En cambio, el otro acusado, Seth Peñalver, es absuelto.
4 de febrero de 2016. El Tribunal Supremo de Florida anula la condena a la pena capital y Pablo Ibar sale del corredor de la muerte en junio.