Los hechos vuelven a dar la razón a Trump: Disturbios en Suecia dos días después de las declaraciones del presidente de EEUU
Parece que los hechos han terminado dando parte de razón a Donald Trump, a pesar de las mofas y protestas de políticos, medios de comunicación y usuarios de las redes sociales de Suecia. «¿Veis lo que sucedió la noche pasada en Suecia? ¡Suecia! ¿Quién podría creérselo?», decía Trump en un mitín el pasado sábado en Florida. Unas palabras que provocaron el estupor de los suecos que, en la noche del viernes, vivieron como acontecimiento más destacado el Melodifestivalen, un concurso por el que se elige la canción que representa al país en el festival de Eurovision y que atrae una gran audiencia televisiva. Last night in Sweden (Anoche en Suecia) se convirtió en tendencia y miles de suecos bromearon en las redes sociales sobre acontecimientos que habían podido alterar su tranquilo fin de semana. Algunos se cuestionaban si Trump no habría confundido una aurora boreal con un ataque de armas químicas y hasta el exprimer ministro sueco Carl Bildt se preguntaba en Twitter qué fuma el presidente de Estados Unidos.
Pero, tras las bromas, el primer ministro del país, Stefan Lofven, pedía en una conferencia de prensa que se comprobaran las informaciones antes de difundirlas y la portavoz del gobierno, Catarina Axelsson, declaraba a la agencia TT que Estocolmo iba a reclamar explicaciones a la administración americana. «Nuestra embajada en Washington está en contacto con el departamento de exteriores americano para conseguir que nos lo aclaren», dijo Axelsson.
Lo cierto es que no se había producido ningún atentado terrorista en Suecia -el último fue en diciembre de 2010- y que Donald Trump se refería a un programa que había visto la noche anterior en Fox TV, un reportaje en el que el periodista Ami Horowitz destacaba la violencia de algunos barrios de mayoría inmigrante en las ciudades de Estocolmo y Malmoe, donde la Policía se muestra impotente para lidiar con las bandas de delincuentes que trafican con drogas y armas.
Y una muestra de ello sucedió el lunes por la noche, cuando la detención de un traficante en la estación de metro de Rinkeby, un suburbio de la capital, provocó violentos disturbios con coches ardiendo, periodistas agredidos y lanzamientos de piedras a los policías que tuvieron que hacer uso de sus armas de fuego para calmar la situación. «Tenemos oportunidades, tenemos retos, trabajamos en ellos cada día. Pero creo que entre todos debemos ser responsables para utilizar los hechos de manera correcta y para verificar cualquier información que difundimos», había dicho el primer ministro Löfven unas horas antes.
En tres años, 270.000 refugiados
La realidad es que Rinkeby, en Estocolmo, y Rosengård en Malmoe se han convertido en barrios sin ley, con asesinatos, agresiones con armas de fuego e, incluso, ataques con granadas de mano. Una situación que Klas Fliberg, el nuevo jefe de la policía de Malmoe, describió como grave el pasado mes de enero cuando dos jóvenes de 16 y 22 años fueron asesinados en apenas siete días. «Hay una situación grave en Malmoe relacionada con el crimen organizado y la violencia. Ha habido demasiadas muertes de jóvenes aquí», explicó Fliberg.
Aunque las estadísticas de crímenes se mantienen casi invariables desde hace diez años y la policía no tiene permiso para informar sobre el origen étnico de los delincuentes, muchas personas señalan la generosa política de asilo sueca como la culpable del aumento de la violencia en las ciudades suecas por la falta de integración de los inmigrantes en la sociedad escandinava.
Ya en los noventa, Suecia concedió asilo a más de 100.000 personas, la mayoría bosnios que huían de la guerra de los Balcanes, y el conflicto de Siria ha provocado nuevamente una llegada masiva de refugiados, cerca de 270.000 en apenas tres años. De momento, Suecia parece a salvo de ataques terroristas, a pesar de que uno de los detenidos por los atentados de Bruselas, Osama Krayen, había nacido en el barrio de Rosengård, en Malmoe, igual que uno de los héroes nacionales del país, el futbolista Zlatan Ibrahimovic, al que se atribuye la frase escrita en uno de los muros de sus calles: «Puedes sacar a un chico de Rosengård pero no puedes sacar a Rosengård de un chico».
Fuente: ABC
¿Y ahora que me dice el gobierno sueco?
Trump dijo la verdad, solo que se adelantó unos dias.
No, fué muy comedido. Lleva años pasando. Posiblemente la mayoria de los eritreos que vienen a Europa van a Suecia. Y los eritreos son especialmente violentos. También hay un alto porcentaje de somalies. La guerra de Siria no tiene nada que ver con la invasión de extranjeros en Suecia.
No hay más ciego que quien no quiere ver. La cruda realidad revela a qué y para qué ha venido esta chusma africana/moros/maras a Europa. No han venido a cumplir unas nobles aspiraciones de integrarse y formar parte del primer mundo. Ha venido a devolver el primer mundo al siglo XI antes de Cristo.
Rojos, perroflautas y disminuidos psíquicos en general, desengañaos ahora que todavía estamos a tiempo. Si la invasión no se detiene cuanto antes, tarde o temprano todos sin distinción seremos víctimas de vuestra propia estupidez.
Avisados estamos. El reloj no se detiene.