El Juli: «Ya no somos ídolos para los jóvenes por mucho que nos juguemos la vida»
Alfredo Casas.- Si dices Julián López, dices poco. Si se habla de El Juli, todo el universo taurino mira hacia arriba, a la cúspide. Él se sienta allí. A sus 28 años ocupa el número 1 del escalafón según toda la crítica especializada y, pese a su juventud, se siente con derecho a defender una profesión en la que ha hecho historia. Tomó la alternativa con quince años y once meses, nadie empezó tan joven y muy pocos han llegado tan lejos. Por eso su voz es una de las más respetadas dentro del G-10, ese núcleo duro que agrupa a las diez primeras figuras, surgido para defender la Fiesta tras la prohibición de los toros en el Parlamento catalán. Un veto político que les ha unido por primera vez y también les ha hecho reflexionar. «Ya no somos referentes sociales y hemos dejado de ser ídolos para los jóvenes por mucho que nos juguemos la vida», se duele el torero.
– No habrá toros en Cataluña. ¿Qué siente cuando se lo recuerdan?
– Decepción. Y también siento que los taurinos hemos pecado de conformismo. Nadie imaginaba que eso pudiera suceder y reaccionamos tarde porque no estábamos organizados ni unidos para responder. Con todo, la noticia ha servido para que los profesionales empecemos a preocuparnos por nuestro futuro.
– ¿Cuáles son los pecados del mundo del toro?
– El mayor es no habernos sabido adaptar a la sociedad de nuestros días. Somos un mundo endogámico y hermético que nos expresamos en un lenguaje en el que no nos entienden, que siempre vivimos mirando al pasado. En definitiva, ¡nos hemos aislado! No hemos sabido transmitir la grandeza del espectáculo y nos han terminado dando de lado desde la juventud hasta la televisión. Los adolescentes españoles ya no se miran en el espejo de los toreros. Nos hemos encerrado en nuestros pequeños universos, en nuestras fincas. Ya no somos referentes sociales, ni personajes ejemplares, ni mucho menos ídolos para la juventud por mucho que nos juguemos la vida. También le digo que algunos compañeros han dado una imagen frívola en los medios de comunicación que nos ha ayudado poco. Han sido un lastre.
– ¿La sociedad se ha ‘destaurinizado’?
– No digo que no, pero las opciones que tenemos al alcance de la mano son infinitamente superiores a las de tiempos pasados. Además, no olvide que somos el segundo espectáculo de masas del país, que generamos cerca del 1,5% del PIB de España y cerca de 200.000 puestos de trabajo directos e indirectos. Que más de 5.000 municipios programan festejos taurinos y que el Estado recauda por el IVA algo más de 41 millones de euros; por encima del cine, el teatro, la danza. Más que ‘destaurinizados’, diría que los españoles nos comparten con otras muchas opciones y aficiones culturales.
– Vuelvo al caso catalán. Al final, la Fiesta de los toros ha caído en manos de la clase política.
– Sí, y eso no debía haber ocurrido jamás. Estamos escarmentados.
– ¿Por qué la mayor parte de los españoles cree que todos ustedes son de derechas?
– (Risas) Es una idea equivocada y negativa pensar eso. El toreo es del pueblo y los toreros pertenecemos al público. El toreo no tiene banderas, ni ideologías. Otro asunto es lo que cada uno de los toreros vote el día de las elecciones, pero el toreo nunca se ha decantado por unas siglas políticas. Que lo hayan querido utilizar políticamente es otro asunto.
– ¿Los políticos del PP les tratan mejor que los socialistas?
– Mire, en Andalucía, gobernada por el PSOE desde hace más de tres décadas, se cuida la Fiesta con verdadero esmero. Y al igual sucede en Extremadura. Por el contrario, existen comunidades donde gobierna el PP y no recibimos el mismo trato ni por parte de la Administración, ni de las televisiones autonómicas.
– ¿Cómo surgió el G-10? (Agrupación de figuras del toreo que encabezó la respuesta a favor de los toros).
– De forma natural, entre los callejones y los hoteles. Tras lo sucedido en Cataluña creció una inquietud, una preocupación por lo delicado de la situación. Hablamos mucho y al final vimos que era el momento de dar un paso adelante, de valernos de nuestra representatividad social para defender el toreo.
– ¿Y cuáles son los objetivos del G-10?
– Blindar políticamente el toreo. Por eso es necesaria la declaración de la Fiesta como Bien de Interés Cultural y, por tanto, tener transferidas las competencias en materia taurina al Ministerio de Cultura.
El público más pacífico
– ¿Por qué a Cultura?
– Desde que tengo uso de razón y pertenezco a este mundo siempre he escuchado a todos los profesionales demandar el paso a Cultura. Sin embargo, nadie era capaz de explicarme las razones por las que continuábamos perteneciendo a Interior. Alguno te razonaba que nuestra dependencia de Interior tenía que ver con el miedo a las alteraciones de orden público, ¡pero si el espectador taurino es el más pacífico del mundo! Lo que necesitamos es difusión, promoción, diálogo entre artistas, acercamiento a otras disciplinas, incentivos fiscales. ¿Qué mejor que el ministerio que anualmente premia con la Medalla de las Bellas Artes a los toreros?
– Hábleme de más propósitos.
– Sentíamos que el toreo estaba inmerso en una guerra política entre partidos, una batalla que nada tiene que ver con nosotros. Precisamente por eso hemos sido moneda de cambio y víctimas de lo sucedido en Cataluña. Debíamos evitar que el toreo fuera de la mano de uno u otro partido, debíamos lograr que los políticos de todos los colores y nosotros remáramos en la misma dirección. Además, tenemos pendiente la reestructuración del mundo del toro. Plantear nuestros propósitos a todos los profesionales que integramos el sector y que sea una sola institución, en este caso la Mesa de Toro, la que hable por boca de todos los estamentos.
– Hay quien cree que sus verdaderas intenciones son defender sus honorarios y renegociar los derechos de imagen…
– El tiempo dará y quitará razones. Para empezar, prácticamente, dependemos del Ministerio de Cultura. Hemos encauzado a los dos partidos mayoritarios en una misma dirección. Ya se ha pedido la rebaja del IVA. Creo que hemos avanzado, vivimos una situación inimaginable hace un año. Nosotros no hablamos a título personal, de verdad que no luchamos por intereses personales. A pesar de todo, es cierto que nos han dado pa’l pelo en muchas ocasiones.
– ¿Qué tres acciones inmediatas impulsarían los toros?
– Un lastre muy importante son los cánones económicos. Los propietarios públicos de gran parte de las plazas deben rebajar sus exigencias. Al ser los cánones tan elevados, los empresarios deben de medirse mucho, en ocasiones, en detrimento del propio espectáculo. También debemos pelear por una mayor presencia en los medios y, en especial, en la televisión. Por último, debe existir una ventanilla única que nos represente frente a terceros y que nos ayude a solventar los muchos problemas a los que se enfrenta la Fiesta.
– ¿Y ustedes? Con la que está cayendo en el país ¿no piensan ajustar sus elevados honorarios?
– Toreros y ganaderos ganamos en función de lo que generamos. Lo que no tiene sentido es que los toreros tengamos que ganar menos y los propietarios de las plazas, la mayor parte de ellas públicas, tengan que ganar más. Los toreros somos quienes llevamos la gente a la plaza y, sin embargo, no hemos incrementado nuestros honorarios como lo han hecho las empresas. Insisto, tenemos que ganar lo que generamos, al igual que en otros muchos espectáculos.
– ¿Son sus elevadas retribuciones las causantes del descenso del número de festejos?
– Es cierto que se programan menos espectáculos, del mismo modo que lo es el hecho de que la oferta de festejos estaba sobredimensionada. Digámoslo claramente, en algunas plazas se estaban ofreciendo un número de corridas que el público no demandaba. El mercado taurino, como tantos otros en nuestro país, se hinchó de forma ficticia en los 90 y ahora estamos volviendo a la realidad. Que miren cuántos festejos se programaban en los 60.
– ¿Y la retransmisión de festejos?
– Soy partidario de la televisión y plenamente consciente de que lo que no sale en la televisión, no existe. Recuerde lo que le pasó al baloncesto. Ahora bien, la mayor parte de los festejos se retransmiten en cerrado, en la modalidad de pago por visión. Salvo por algunas televisiones autonómicas, las cadenas públicas han vuelto la espalda al toreo, ahí está TVE. Pero todo llegará. Lo que hay que hacer es cuidar la calidad del espectáculo que se emite y cuidarnos un poquito más a los protagonistas.
– ¿Cree que la ministra González-Sinde rebajará al 8% el IVA de las corridas?
– De verdad que estamos muy interesados en que se reduzca el IVA del 18% al 8% para lograr una reducción del precio de las entradas y ser más competitivos frente a otros espectáculos culturales.