¿Por qué Jean-Luc Mélenchon merece nuestra admiración y respeto?
Jean-Luc Mélenchon es uno de los recientes candidatos a la presidencia de la república francesa, que no ha obtenido el respaldo suficiente para aspirar a la segunda vuelta. Lo que no obsta, para reconocerle un mérito claro e indiscutible por haber logrado en cuestión de meses, aglutinar y hacerse con un número muy importante de los sufragios.
Curiosamente, desde que en la década de 1970 el balompié español contase en Primera División con un jugador que defendía los colores del equipo ilicitano, Elche C.F., y que se apellidaba Mélenchon, ya no había vuelto a oír ese nombre. Ha sido ahora, gracias a este político francés, cuando el apellido “Mélenchon” ha vuelto a sonar con fuerza en un escenario que no tiene que ver con el fútbol, pero que coincide en el tiempo con los desafíos y los insultos que dirigentes ingleses han lanzado contra España.
Y, ¿qué tendrá que ver una cosa con otra? Se preguntarán ustedes. Pues bien, Jean-Luc Mélenchon, al que no tengo el gusto de conocer, se ha ganado mi respeto, y se lo ha ganado por dos razones muy simples: la primera, por su coherencia, pues no está dispuesto a pedir a sus votantes que en la segunda vuelta de las elecciones en Francia apoyen a Macron para derrotar a Le Pen, por el solo hecho de que lo ordene Bruselas. Y la segunda razón tiene mucho que ver con mi reflexión anterior, pues este señor, al que insisto, no tengo el gusto de conocer ni coincido con sus ideas políticas, ha tenido un gesto que jamás lo hemos visto en nuestro propios dirigentes políticos. Ha tenido las agallas, el valor, y los bemoles, de poner en su sitio con estilo propio, a los poderosos medios ingleses. Medios que creen estar por encima del bien y del mal, y que piensan que el resto del mundo les tiene que rendir pleitesía. El candidato francés dijo que no contestaría a sus preguntas en inglés por dos razones: una, porque “se creen los dueños del mundo”, y dos, porque son “intrínsecamente imperialistas”. Así de clarito.
Jean-Luc Mélenchon se negó rotundamente a responder a las preguntas en inglés de un periodista de la BBC (Corporación Británica de Radiodifusión). Para sorpresa de propios y extraños, lo hizo en nuestro idioma, en español. Si señores, en el idioma más hablado en el mundo después del chino; el idioma de Cervantes, el nuestro. El idioma mediante el que se entienden más de quinientos millones de personas, aunque la democracia española se avergüence de ello y nos imponga a machamartillo el idioma inglés en nuestros centros de enseñanza.
Jean-Luc Mélenchon es de origen español, sus abuelos eran españoles, y dice abiertamente y sin complejos no tener inconveniente en emplear nuestro idioma, mientras sí lo tiene en expresarse en inglés cuando la prensa inglesa se lo exija. Y añadió: “Ellos se figuran que todo el mundo tiene que hablar inglés porque son intrínsecamente imperialistas”. Y apostilló: “Se creen los dueños del mundo”. Lamentó que todos tengan que hablar inglés en las ruedas de prensa: “Inglés no! ¡Español sí!”, exclamó Mélenchon. Estás declaraciones provocaron chacota entre los periodistas presentes, al no estar acostumbrados a ver, que un humilde dirigente político, no se “arrodilla” ante los lacayos de los globalizadores.
Apelando al dicho castellano, de que “lo cortés no quita lo valiente”, y dejando a un lado las ideas políticas, tengo para mí en este caso concreto, que Jean-Luc Mélenchon merece nuestra admiración y respeto.
A mí un tipo que hace un mitin con el coletas, no merece mi respeto, sino desprecio y asco.
Este Melanchon, Méchant-Con o Merluchon (Merluzo) como dicen en Francia es una veleta, un aparachick del sistema que vive del cuento como los demás, un comunista de salón, un pro-inmigración masiva, nacido en Marruecos, declaro hace unos años que se sentía mal rodeado de rubios con ojos azules.
Esto del Español, es una pequeña anécdota, sin más.
Podrá ser coherente , eso no se lo discuto.Pero es un maleducado de mucho cuidado. Ha tildado públicamente a Marine le Pen de loca . Y en debates televisivos la insulta en varias ocasiones y no la deja ni hablar. Hay vídeos al respecto en Youtube .
El otro dia vi una entrevista de Melenchon (su apellido es español, otro detalle),que le hizo Pablo Iglesias en 2014, y me dio la sensacion de que era un hombre cabal y con buen juicio. Aunque pueda estar en desacuerdo con el y hasta prefiera a Macron por su politica (aunque personalmente me cae fatal), es curioso como a veces hay afinidad aunque las ideas sean opuestas.
Estoy de acuerdo con usted. Ideologías aparte, hay que reconocerle a Melenchon ese gesto que ha tenido de plantar cara a los lacayos de los verdugos del mundo. Es más, ha reivindicado el idioma español, por encima del francés. Eso ya es mucho.
Pues sí. Es que en España llevamos los pantalones por el tobillo, todo por no haber cogido en su día a unos cuantos políticos y haberles dado dos ostias a tiempo.
Aunque aún estamos a tiempo.