España sigue teniendo el deshonroso privilegio de liderar el desempleo en la Unión Europea. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de paro alcanza al 20,05% de la población. Con respecto al desempleo juvenil la situación es aun más dramática: un 42,8%. La crisis económica no sólo ha frenado la llegada de inmigrantes a España, sino que ha obligado a muchos españoles —graduados universitarios en su mayoría— a salir del país en busca de trabajo que no han conseguido en su madre patria. Se van para no pasar a formar parte de lo que algunos ya denominan la “generación perdida”.

Más de 100.000 profesionales ya se han ido

En total, a partir del año 2009 cientos de miles de españoles han abandonado el país en busca de empleo en el extranjero. El número exacto es difícil de estimar: de acuerdo con los datos oficiales, un total de 102.432 personas se han anotado en los consulados en otros países a lo largo del año 2010, y aún se desconoce cuántos no se han registrado.

Los profesionales españoles recuerdan ahora a los años 60, cuando más de dos millones de personas se dirigieron a Europa del Norte en busca de una vida mejor. Pero la situación actual contrasta con aquella época: la mayoría de los inmigrantes de hoy son jóvenes con titulo universitario, años de estudios y se quejan de que sus títulos no tienen valor alguno en el paralizado mercado laboral español. Los datos oficiales no hacen otra cosa que confirmar esto: el desempleo entre los licenciados de entre 29–35 años roza un 19%, al contraste con Alemania que, según los expertos, precisa entre 500.000 y 800.000 nuevos trabajadores especializados.

Cuando la revista Der Spiegel informó sobre la intención del Gobierno alemán de captar jóvenes profesionales en la Península Ibérica, la cantidad de alumnos en los cursos de alemán en España se multiplicó inmediatamente. Según dijo al diario The Guardian Matilde Ferrolasa, profesora de una escuela que imparte cursos de idiomas extranjeros en Madrid: “hemos visto un flujo repentino de estudiantes”.

¿Dónde se vive mejor?

Pese a la invitación alemana, los españoles no se apresuran a optar por el país sajón. Será por cercanía lingüística que un tercio de los que abandonan la Península Ibérica se dirigen a Argentina.

Según un informe de la consultora internacional Adecco, basado en datos del departamento de migraciones español en los últimos años unos 35.000 nacionales empujados por el estallido de la crisis ingresaron a Argentina con el objetivo de estudiar o trabajar. Cada mes al país andino arriban unos 1.200 españoles en busca de nuevos horizontes, lo que convirtió a los españoles en el tercer grupo migratorio no latino de Argentina, detrás de los chinos y los estadounidenses. El promedio de edad de los inmigrantes es de entre 25 y 35 años, y en general están altamente calificados.

Entre los destinos favoritos de los emigrantes de nuevo cuño se destaca también EE. UU, nación que en 2010 ha recibido a más españoles que Francia y Alemania juntos. El segundo lugar de peregrinación es Europa con más de medio millón de inmigrantes. Al viejo continente le pisan los talones los países asiáticos y los de economías emergentes como Brasil.

España, poco atractiva para los inmigrantes

España, que en la última década ha sido un imán para los inmigrantes, pasó a convertirse en uno de los destinos menos atractivos. La crisis ha frenado la llegada de inmigrantes y se estima que los flujos de llegada podrían prácticamente desaparecer en el año 2014. De acuerdo con un estudio de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), la recesión y la ausencia de oportunidades de trabajo que ofrece la economía española desaniman al inmigrante. Según el estudio, en los próximos años cada vez menos extranjeros van a elegir a España como destino y para el 2014 llegarían tan sólo unas 3.000 personas.