Las togas rojas están en guerra contra el Gobierno
La fiscalía es una institución bastante opaca, pero tal vez no haya otro remedio.
Los asuntos que llevan entre manos requieren mucha prudencia, pues se puede acabar con el prestigio y la honorabilidad de una persona por un quítame aquí estas pajas.
Cualquier filtración a los medios de comunicación social, que muchas veces actúan como voceros de intereses bastardos (quiero pensar que sin ser conscientes de ello), puede acabar con una brillante carrera, y algún fiscal jefe debe de pensar, si llega a leer este artículo, que tengo toda la razón.
Hay muchas cosas oscuras en el mundo judicial y fiscal, y aunque en el caso de los juzgados (no me atrevería a decir de los jueces), ya nos hemos acostumbrado a las filtraciones, un día sí y otro también, no sucede lo mismo con una casa tan cerrada como es la fiscalía.
Pero, por lo visto, se está imitando el proceder judicial en todo, hasta en lo malo.
Hoy, 1 de junio, por ejemplo, leo en Voz pópuli que el abogado de don Rodrigo Rato ha denunciado la presunta filtración por parte de un fiscal de datos de sus asuntos judiciales… Ignoro si es cierto, obviamente, pero algún tipo de información tendrá al respecto, antes de atreverse a denunciar o quejarse de todo un señor fiscal, o fiscala, esa palabreja que me parece tan horrorosa.
¿Se está perdiendo el miedo a la fiscalía…? Pues ya era hora. Una cosa es que no se les pueda recusar, tal y como establece el estatuto orgánico del ministerio fiscal (también llamado el misterio fiscal), y otra bien distinto es que no sean funcionarios, como cualquier otro, y por lo tanto sujetos a la triple responsabilidad: administrativa o disciplinaria, civil, y penal.
Para los que hemos trabajado en esa institución, tan denostada en los últimos años, siempre nos ha llamado la atención la “colonización” de la misma por las huestes socialistas y giliprogresistas, desde el famoso “Pollo del Pinar”, don Eligio Hernández, que tuvo que dimitir unos días antes de que el Tribunal Supremo fallara que no cumplía los requisitos legales para acceder el cargo (15 años de profesión jurídica de verdad, no como gobernador civil), o el inefable Conde Pumpido, que burocratizó la fiscalía a imagen y semejanza del poder judicial, de forma que ahora ya casi hay más jefes que fiscales de a pie.
Y todo ello seguido de la creación de numerosas fiscalías especiales, que lo único que han servido ha sido para romper la tradicional cadena de mando, y crear guetos donde unos determinados fiscales, generalmente de izquierdas, han actuado al albur de su libre albedrío, haciendo poco más o menos lo que les ha dado la gana.
Muchas veces utilizando la fiscalía como ariete como determinados partidos políticos o ideologías, tan respetables como cualquier otra, al tiempo que se aminoraba la presión sobre los “amigos”, o siguiendo criterios de oportunidad y conveniencia se investigaban exhaustivamente, y ad nauseam, unas cosas sí, y otros no tanto.
Pero llegó el fiscal don Manuel Moix a poner orden en semejante desorganización, y una buena parte de sus teóricos subordinados, se revolvieron contra él. ¡Hasta ahí podríamos llegar!
Qué razón tenía un viejo fiscal jefe cuando decía que estaba en contra de la creación de fiscalías especializadas, pues se iba a perder la unidad del Ministerio Fiscal, además de generarse todas estas disfunciones en el funcionamiento ordinario de la casa.
En fin, veremos en que queda todo esto, pero en principio hay algo que parece evidente: ¡que se vayan olvidando los fiscales de ser los instructores de los procesos penales! No creo que la opinión pública, ni la publicada, lo admitieran fácilmente, y más ahora que vamos conociendo todas estas interioridades, propias de un patio de vecinos mal avenidos.
Las togas rojas están consiguiendo sus objetivos: permanecer en sus puestos de combate y desprestigiar al enemigo, es decir, a los compañeros… ¡Hay que seguir luchando contra el PP, que total, solo han ganado las elecciones generales, y eso no les legitima para ocupar el poder! Nosotros tenemos la superioridad moral de la izquierda, armados de nuestra doble moral: progresistas de salón y burgueses en la intimidad.
*Ex fiscal sustituto, abogado y escritor. Académico Correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.
NO SE dice nada de la “podemización” de la U.C.O.
Seguramente es así, pero no tengo datos concretos.
Si me consta, en cambio, que la GC está siendo infiltrada por elementos hostiles al gobierno, al carácter militar del Cuerpo, que quieren acabar con su carácter militar, etc.
EN DEFINITIVA, QUE QUIEREN CARGARSE LA GUARDIA CIVIL.
Confío y espero que puedan y sepan detenerles a tiempo.
DE CUALQUIER FORMA LA GUARDIA CIVIL TIENE NATURALEZA MILITAR, pero una buena parte de sus mandos SON PRUSIANISTAS, y creo no se puede -ni debe- trata igual a un soldado que a un Guardia Civil…
Hay una izquierda judicial y fiscal que es de cuidado…
De mucho cuidado.
Utilizan la “administración de justicia” en su propio beneficio. Hacen un USO ALTERNATIVO DEL DERECHO, tal y como predican los pensadores jurídicos izquierdistas, supeditando la aplicación de las leyes a sus propios intereses.
1. Parece obvio que no se puede dejar la instrucción de los procesos penales en manos de la fiscalía.
2. Ni la fiscalía en manos del gobierno de turno…, SALVO QUE QUERAMOS SE UTILICE COMO ARIETE POLÍTICO CONTRA LOS “otros”.
3. De cualquier forma, todas estas fiscalías especializadas, que actúan al margen de la cadena de ando ordinaria del Ministerio Público, DEBERÍAN DESAPARECER, por el bien de la Institución y de los españoles.
En efecto, esta es una batalla, o incluso una guerra, que han perdido los azules, es decir, los peperos, en beneficio de la que podríamos llamar izquierda judicial, que utilizan las Instituciones para hacer política, y remar en beneficio de sus propios intereses.
Es decir, el PP es tan tonto que ni siquiera cuando mandan son capaces de controlar las televisiones y radios públicas, la fiscalía, la policía y guardia civil, etc., por lo que resulta evidente QUE PRONTO PERDERÁN EL PODER.
Totalmente de acuerdo con usted.
El PP confía en la economía, pero no se da cuenta de que para a gente hay cosas más importantes que la economía, por ejemplo LA POLÍTICA, LAS IDEOLOGÍAS POLÍTICAS, LOS VALORES Y PRINCIPIOS, ETC.
Se asemeja a la UE, que también lo confía todo a la economía, y precisamente por eso SE ESTÁ HUNDIENDO. Y ESPAÑA VA POR EL MISMO CAMINO.