Benigno Blanco, la farsa como coartada política; Avanza, la insustancialidad como principio ideológico
AR.- Tras el fracaso de Vox, tocaba intentarlo con otra formación más aseada y con alguien al frente con la musculatura intelectual de la que carece Santiago Abascal. Por suerte, la obstinación del Sistema por confundir al enfermo con falsos diagnósticos y tramposas recetas, encuentra en nosotros el contrapunto facultativo para que la dolencia no degenere en situación comatosa.
Sé que a los que mueven los hilos del cotarro les preocupa el rugido del león identitario y no el inofensivo aleteo de los lepidópteros mundialistas, aunque se vistan de progresistas o de rumiantes católicos, que vuelan siempre hacia los lugares comunes que han sido marcados para la destrucción del núcleo de la unidad familiar, la disolución del sentido de la identidad nacional, la aniquilación de los lasos afectivos en torno a valores trascendentes, el debilitamiento de los ideales defensivos, el anestesismo de la moral natural, la promoción de cualquier tara antisocial, la llegada de millones de inmigrantes y el fin hegemónico de las comunidades étnicas que conforman el ser europeo.
Dijimos, y creo que acertadamente, que el discurso de Vox, apenas caricaturizado, en lo sustancial era el mismo discurso del PP y de esa izquierda convertida al “liberalismo”, es decir para ser más precisos, al librecambismo globalizado. Los fundamentos ideológicos vienen a ser los mismos, aunque con distinta música.
Ahora la partitura ha cambiado de manos. Concretamente a las de Benigno Blanco, figura visible del proyecto político “Avanza”, que ha sido puesto en marcha. Benigno Blanco fue presidente del Foro Español de la Familia y secretario de Estado durante los gobiernos de Aznar, primero de Aguas y luego de Infraestructuras. He leído casi todo lo que defiende y propone su nuevo partido. De entrada y acaso para quedar bien con los amos, Benigno Blanco comete el error de equiparar a grupos como Podemos con los partidos identitarios europeos. Tan injusto como compararlo a él con un monaguillo faldero de la Conferencia Episcopal.
Lo que me sorprende es que Benigno Blanco haya definido el suyo como un proyecto político “al margen de las ideologías”. Me sorprende en alguien de su experiencia política, aunque siempre ligada a los personajes más sórdidos del aznarismo. Si Benigno Blanco es sincero cuando afirma que le preocupa el estado actual de la educación y la familia, debería saber que el deterioro de sendas instituciones, que a nosotros también nos preocupa, ha sido posible gracias a la implantación en la sociedad española de injertos ideológicos que han hecho florecer un estado mayoritario de opinión contrario al nivel de conciencia moral que muchos reclamamos y por el que estamos siendo tan atacados. ¿Cómo piensa combatir Benigno Blanco ideologías tan perversas como las que han hecho posible el aborto, las leyes de género, la destrucción de las familias, los incesantes cambios demográficos, si no es haciéndoles frente con otras armas ideológicas al menos igual de eficientes? ¿Se puede ganar esta guerra sin antes ganarle al Sistema las batallas ideológicas de las que éste se nutre para imponernos el cúmulo de cambios que han convertido la vida española en una pocilga?
Lo anterior demuestra que Benigno Blanco no es ni ha sido nunca un hombre llamado a transformar nada que a nosotros nos sea imprescindible. Se trata de uno de esos “mirlos blancos” que le viene muy bien a la casta de cara a desvanecer los objetivos del patriotismo identitario con la mascarada del catolicismo melifluo y de billetera. Nada que ver con el catolicismo combativo ni con el compromiso solidario con los de casa que reclama nuestro Padre Calvo.
Me consta que en el proyecto-trampa de Benigno Blanco figuran muchas personas vinculadas a Cáritas y al boom inmobiliario de finales del pasado siglo. No me consta que en el proyecto político de Benigno Blanco figure una sola línea que mencione a los inmigrantes o la invasión que está sufriendo Europa. Supongo que no debe interesarle mucho ni poco cuando tampoco conocemos ninguna declaración suya sobre estos asuntos, para nosotros capitales. Por mucho que nos cuente, por mucho que al Sistema le interese un partidito-trampa como el de Blanco, me temo que pocos católicos comprometidos a la par con su fe y con su patria se dejarán engatusar por un proyecto “humanista cristiano” que se olvida del principal nutriente vertebrador de cualquier sociedad: su identidad racial.
Si el modelo de Benigno Blanco es el de “puertas abiertas” que propugna su gente de Caritas, es imperativo que lo diga. Su desdén hacia el problema migratorio queda explicitado en la falta de referencias al mismo en los principios políticos que han hecho público. No creo necesario tener que convencer a Benigno Blanco de que la sociedad española, y en general la europea, está siendo el campo de experimentación de los poderes mundialistas para que el siglo XXI sea el primero de la historia en el que tenga lugar en Europa un cambio demográfico, sin que los ocupantes del nuevo espacio hayan tenido que guerrear para conseguirlo. Los promotores de ese siniestro plan tienen nombres y apellidos, domicilios sociales, puntos anuales de reunión, acciones mayoritarias en las principales corporaciones financieras. Hablar del aborto, de la familia o de la destrucción de los valores cristianos, sin atreverse a mencionar la bicha, es lo mismo que reconocer una enfermedad y fingir desconocer los males que la provocan, pese a su notoria visibilidad. ¿Podría Benigno Blanco explicarnos el valor que tendría su defensa del humanismo cristiano en una sociedad donde los cristianos seremos minoría antes de 80 años? ¿Se puede honestamente impulsar un proyecto político supuestamente de cambio sin franquear las líneas rojas que han sido establecidas por los amos globalistas del momento?
Por otra parte, el aspecto chivesco de Benigno Blanco, su melindroso discurso, su remilgado clasismo, su empalagosa sustancia doctrinal, su blandenguería política, le aleja del prototipo de líder que necesita España y el entero Occidente. Ese líder que consiga despertar a las masas y emocionarlas, hablándoles claro de la necesidad de dar un vuelco al Sistema, de recuperar España y Europa de las garras de los sionistas y sus lacayos políticos y mediáticos de derecha e izquierda.
Me parece bien que Benigno Blanco aglutine a una base social de raíz cristiana. Pero es lamentable que a estas alturas del curso tenga que recordarle que esa raíz cristiana, de no cambiar drásticamente las cosas, será cortada por los podadores al servicio de la gente que cobardemente no se atreve a mencionar. De ahí a considerarle un farsante político más, no tendría que costarme mucho.
“Queremos una España y una Europa orgullosas de todo lo bueno que representa su pasado, preocupados por las necesidades de las personas en el presente y con la vista puesta en un futuro que nos mira con esperanza“Somos personas corrientes, de todas las generaciones, que deseamos aportar nuestro granito de arena para hacer realidad otra España posible. Se trata de una responsabilidad que concierne a todos y cada uno de nosotros, y hemos decidido implicarnos sin miedo y con determinación”, se puede leer en la página web que acaban de lanzar, en Avanza. Palabras huecas, frases de aliño que nada significan ni en nada inquietan a los guionistas de esta tragedia.
Querríamos también que Benigno Blanco nos aclarara cuándo cogió fuerza en él su actual compromiso contra el aborto. Podemos descartar que fuera en su periodo de secretario de Estado del Partido Popular, a las órdenes de su socio Álvarez Cascos, que fue precisamente el encargado de defender en el Congreso la ley de interrupción del embarazo presentada por este partido y que hizo posible que en España se practicaran más de 500.000 abortos, como acaba de reconocer el ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria.
Amigo de Aznar, al que incluso se le vinculó con el proyecto que hoy representa Benigno Blanco, nos preguntamos por qué no actuó contundente y coherentemente cuando el entonces presidente definió la ley del aborto de los socialistas como una norma de consenso que mantiene la interrupción voluntaria del embarazo “como un delito, con alguna excepción” y no como un derecho. ¿Acaso el compromiso cristiano con las cosas que hoy defiende tiene que ser interpretados según se esté o no al frente de un importante cargo público?
Como el partidito-farsa de Benigno Blanco no se ha definido ni pronunciado sobre la inmigración, me ahorraré el engorroso deber de recordarle que fueron los gobiernos de Aznar los que permitieron la entrada en España de más tres millones de inmigrantes, seis veces más de los que se encontró el PP cuando llegó al poder en 1996. (A la hora de redactar estas líneas me telefonea un lector de Vigo para informarme que Benigno Blanco hizo ayer una encendida defensa de los inmigrantes, culpándonos a nosotros del drama que, según él, padecen).
Me sorprendería que un sólo patriota cabal y coherente se planteara la opción de Benigno Blanco como una alternativa juiciosa y fiable. Al ex secretario de Estado le daría el beneficio de la duda si denunciara claro y en alto la influencia de la élite mundialista en esta gigantesca obra demoledora del humanismo cristiano y de los pueblos europeos. O que la reversión demográfica europea y las perversiones morales en forma de leyes están siendo orquestadas por los mismos que se oponen a cualquier cosa que tenga una raíz espiritual y una razón trascendente. Izar la bandera del cambio para que todo siga igual, acercarse a la verdad para terminar abominando de ella, apostrofar contra el caballo de Troya y lisonjear a Epeo, su capintero, me parece la forma más repugnante de estar en política.
Si Benigno Blanco hablara desde las esferas de la fe y la emocionalidad para denunciar la “liquidación étnica” que está sufriendo Europa; si alguna vez apuntara a la élite sionista que está destruyendo los valores de la civilización occidental, al eliminar el heroísmo de la ecuación, el amor por la mujer, por la tierra natal, por la razón antropológica de ser y de existir, por los hijos, por la divinidad y por cualquier cosa que nos represente, entonces, sólo entonces, le percibiríamos como uno de los nuestros y como alguien merecedor de nuestra confianza.
Más que sus contradicciones y su raquitismo argumental, lo que aleja a Benigno Blanco de nosotros es que preferimos al corrupto conocido que a quien se difraza de alternativa regeneradora para terminar desbrozando lo accesorio y dejar en barbecho la causa fundamental de nuestro progresivo empeoramiento.
El cupo de la democracia española precisa de una buena provisión de tontos útiles para que la ola de desafección a la casta dirigente, pelele del poder real, pueda ser canalizada dentro de las esclusas del sistema y no alcance nunca el grado de desbordante riada.
Benigno, buen intento pero no cuela.
si no quieres una taza toma dos pero Don Benigno Bianco se va a tomar cuatro, la eutanasia, la escuelas concertadas, la asignatura de la religión y el aborto libre. Quien es usted para pedir el boto en contra de un partido de derechas y democrático “ah” uno que no ha sabido luchar por sus ideas dentro de un partido democrático liberal de derechas y centrista pero ha estado chupando del partido bastante tiempo.
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Benigno BLANCO es un hombre del OPUS DEI, y mucho me temo que ese nuevo partido es un montaje de la OBRA, para apoyar al PP.
Pues estos del Opus creen mucho en Dios, pero están todo el día dando por el…
Había visto alguna publicidad de estos tipos en Facebook y, la verdad, no me quedó claro qué eran ni qué pretendían.
Agradezco a Don Armando la aclaración. Siempre es bueno tener alguien de confianza que nos explique lo que otros ocultan.
El catolicismo oficial actual está al servicio del NOM, así que sólo surgirán “flautistas de Hamelin”, para llevarnos al huerto e ir ganando tiempo para avanzar agenda.
Por cierto, es posible que a cierto grupo religioso “ultraconservador” no le hayan gustado las maquinaciones que han hecho caer cierto banco. Pero Roma no paga traidores…
Con los disvalores y “cultura” imperante , ya no funcionan los líderes sabios y con ejemplar oratoria arrolladora como fue Don Blas Piñar Lopez(que Dios lo tenga en su gloria). Un líder carismático pero llano, que hable clarito e incluso sea un tanto vulgar, ese perfil es el que puede funcionar ya que una sociedad blandita y sumamente ignorante(aunque esté llena de titulados y licenciados) no puede comprender otra cosa. Un discurso directo, elaborado, técnico y algo agresivo nunca funcionará con la borregada que ni comprende ni asimila y a la cual le da pavor los conceptos puros y las… Leer más »
Benigno Blanco es antiideología de género y antiabortista, pero como buen católico buenista, es proinmigracionista. Muy cabal y educado el hombre, pero muy tibio y con poca fuerza. Es un monaguillo crecidito.
Si este hombre fuera coherente, se iría a VOX que es un buen ejemplo de partido marconservador y liberal.
Benigno Blanco es un mariconservador y no puede dejar de oler a pepero.
Es un hombre sabio y que tiene sus principios, pero es un tibio.
Me gusta su artículo
Leo además en Religión Digital que es un partido que “busca ser transversal”, esto es, estar a una cosa y a la otra: lo que ya es el PP
Esto parece la guerra civil pero en el lado rojo: se lucha contra el enemigo y entre los del mismo bando, el resultado solo puede ser la derrota de todos y la victoria del enemigo.
Lázaro, perdóname, pero no creo que podamos ser del mismo bando que la gente del PP y afines.
Mi voto será para SOLUCIONA; por vuestra defensa de la vida del no nacido, por vuestra valentía a la hora de defender las raíces cristianas de nuestro pueblo y la soberanía de Cristo y porque, en mi opinión, estáis surgiendo como la única fuerza política verdaderamente nacionalista y antiglobalista capaz de rescatar, bajo la guía de nuestro Señor Jesús, a España, tierra de María, de la situación crítica en la que se encuestra bajo las garras del NOM. Si supiéramos cuánto nos ama nuestra Madre del Cielo y lo grande que es nuestro pueblo a Sus ojos lloraríamos de alegría.… Leer más »
Maligno traidor, me cago en tu puta madre. Rezo para que te mueras bastardo.
Don Armando, le voy a pedir un favor. Que enumere Usted, por ejemplo los diez puntos básicos y esenciales e incuestionables, por orden de importancia, que un partido político español debería asumir para que pudiéramos calificarlo con un 10 desde nuestro punto de vista, Ya se que más o menos están claros y flotan en el ambiente, pero no esta de más fijarlo como dicen los horteras negro sobre blanco, aunque no sea en papel. Y además si le parece oportuno, la nota entre 0 y 10, que sacarían las distintas formaciones políticas actuales más importante y conocidas, incluyendo en… Leer más »
Felicidades por el artículo. El análisis es demoledor y deja bien claro qué representa Avanza y Benigno Blanco.
Necesitan personajes siniestros al mediodía tarde y noche cagando por la boca desde la caja siniestra conectada a una antena, son un jodido atud del pensamiento libre del húngaro, tranquilidad que estos no avanzan. Cuánto daría por ver donde invierten en bolsa estos pájaros , todo llegará el comunismo de alta gama es una realidad y los bobos de baba que les siguen …. que jeta tienen.
Yo cuando oi un discurso que daba diciendo que el partido venía a cubrir una insatisfacción que habían detectado en un sector de la población, que se sentía desatendido, lo tuve claro. Estos expeperos lo ven todo con el signo de euro, como si fueran a vender calzado, ala, que nadie vende deportivas pues ese sector de la población nos toca atender.
Hieden a disidencia controlada a kiloometros.
maligno blanco ?
Como he recomendado en otro comentario, la conferencia de D. Pedro Varela en Hogar Social, la pueden ver en youtube.
Básicamente el sistema no va a dejar que nada se salga del tiesto, por eso marcas blancas, oposición controlada…etc, Donde hay que estar preparados en como dice D. Pedro en las 12.05 después del derrumbamiento. Formarse, orden, disciplina, virtudes…vida cristiana…Somos la resistencia!!
Sí, D. Pedro Varela no deja puntada sin hilo. Se podrá estar o no de acuerdo con él, pero da gusto escucharle. Que Dios nos lo conserve muchos años.
Estamos en un momento que toca un discurso de enfrentamiento en todos los ámbitos, nos están dando por todos los lados, y se puede ganar o se puede perder, pero hay que enfrentar los problemas, no intentar apaciguar, al final tendremos la vergüenza y no podremos tampoco evitar el enfrentamiento. .
Esto es una farsa…